Leiva regaló a 'La Resistencia' su vídeo delirando tras ser anestesiado: “El yonki sindicalista”

El vídeo de Leiva tras ser sedado, en 'La Resistencia'

Redacción verTele

La Resistencia recibió este jueves la visita de un amigo del programa como es Leiva. Aunque hubo dudas sobre si el que aparecería en realidad podría ser el imitador Raúl Pérez, por la broma que ambos han acordado en redes, fue el verdadero cantante el que volvió a visitar el plató-teatro del programa de David Broncano.

El artista ha creado una especie de tradición cada vez que va al espacio: llevar una foto desnudo, bien sea de él mismo, o de su padre. La enmarca, y se la regala al presentador para que la ponga en la mesa, como puede verse cada día. Y esta vez jugó con esa tradición, pero guardándose un giro.

Leiva explicó que recientemente le habían tenido que hacer unas pruebas médicas para lo que fue necesario que le anestesiaran con propofol, explicando que fue la droga que “mató” a Michael Jackson. Y contó: “Mi hermano Juancho, que es un cabrón, me hizo un vídeo”, refiriéndose al también cantante del grupo Sidecars.

Así que Leiva pensó que el mejor regalo que podía hacerle al programa y a Broncano era ese vídeo de él todavía bajo los efectos de la anestesia, delirando, mientras era grabado por su hermano.

Antes de que se emitiera, porque para sorprender a Broncano se lo había pasado al equipo del programa, también para pedirles que lo subtitularan, Leiva advirtió de que antes de esas pruebas había visto una película que da protagonismo a los temporeros y sus condiciones, por lo que sus palabras delirando tenían que ver con eso, y pidió perdón. Podía entenderse que quizás fruto de ese delirio había dicho algo racista o irrespetuoso, pero fue justo lo contrario:

“Es inminente una recolección de fresa con árabes. Hay que distribuir equitativamente. Sería preocupante que no tuvieran un trato justo porque son temporeros que vienen de muy lejos”, se escucha mascullar al cantante, completamente 'drogado' por la anestesia, entre los aplausos del público y la consideración de que Leiva, hasta delirando, tiene en cuenta a los demás:

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