Especial Vertele

7 grandes libros que deberían tener una serie

Libros que tendrían que tener una serie

Eider Calvo

Siempre se ha dicho eso de “mejor el libro que la película”. Una frase que incluso pasa menos desapercibida en el Día Internacional del Libro. Sin embargo, para este 23 de abril en Vertele queremos reivindicar la proyección audiovisual de obras cuyo trasvase podría alentar la creación de una nueva generación de lectores.

Porque, ¿cuántos nuevos aficionados se han sumado a las novelas de George R.R. Martin desde el lanzamiento de Juego de Tronos en HBO? Muchos son los fans de la épica ficción que han conocido los manuscritos después de verlos plasmados en televisión.

También ha habido ocasiones en las que se ha dado el proceso contrario: una película/serie tiene tanto éxito que da lugar al libro. Ha sucedido con Piratas del Caribe, Homeland y House M.D., así como con producciones nacionales como El secreto de Puente Viejo y Las aventuras de Tadeo Jones.

Aquí nuestra selección de algunos títulos que nos gustaría ver por episodios. Si usted lector tiene alguna sugerencia, puede compartirla en los compentarios:

El último paciente del Doctor Wilson (Reyes Calderón)

Reyes Calderón hila con maestría este apasionante thriller de terror basado en un rocambolesco experimento: demostrar que es posible mantenerse cuerdo tras cometer una serie de asesinatos en serie a sangre fría y en primera persona. Un examen mortal que será puesto en conocimiento de la jueza Lola MacHor y de su compañero, el inspector Iturri.

Lo que en un principio será tomado por los protagonistas por una broma de mal gusto, pronto dará lugar a una persecución a contrarreloj para atrapar al psicópata, del que solo conocen el nombre, que ya ha comenzado su sangrienta andadura.

Marina (Carlos Ruiz Zafón)

Lo que Carlos Ruiz Zafón ha hecho con Marina es poesía que merece traspasar las fronteras de la imaginación y llenar sus páginas de imágenes en movimiento sobre un soporte físico. Y aunque lamentablemente ello nunca sucederá, pues tal y como ya ha asegurado su autor jamás lo autorizará, la verdad es que merecería la pena ver el intento de un guion televisivo que sea capaz de recoger el aroma fantasmagórico de la Barcelona mágica a la que alude Zafón.

En esta novela, Marina nos conduce hasta la historia de Oscar Drai, un hombre atormentado por su pasado al que no puede evitar regresar. El personaje comparte con el lector una dramática historia de amor 15 años después de sucedida: “Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma”, comienza: “Este es el mío”.

Sé lo que estás pensando (John Verdon)

Como el juego del gato y el ratón, John Verdon presenta una historia tan negra como intrigante en el que un hombre recibe una carta que le pide que piense en un número cualquiera. De algún modo, resulta ser el mismo que figura en el propio escrito.

David Gurney, un policía retirado tras 25 años en el cuerpo, se verá irremediablemente involucrado en el caso tras recibir el auxilio de un conocido. Y aunque al principio la misiva recibida por la víctima parece tratarse de un simple chantaje, la narración adquirirá un tinte radicalmente oscuro cuando el protagonista descubra que está ante el modus operandi más extraño de un asesino en serie al que se ha enfrentado nunca.

Una llama entre cenizas (Sabaa Tahir)

En una antigua Roma distópica, el precio a la desobediencia es la muerte. Así, Laia y su humilde familia viven al día en los callejones más pobres de la ciudad sin atreverse a alzar la mirada, temerosos de las consecuencias.

Sin embargo un día, el hermano de la protagonista será encarcelado por traición, por lo que no le quedará más remedio que enrolarse en la resistencia para liberarlo. De esta forma, se convertirá en espía de quienes ha solicitado auxilio tras entrar en la Academia Militar, donde conocerá al soldado Elias: su más fiero rival.

Sabaa Tahir da luz a la que será la primera de una trilogía medievo-fantástica de corte juvenil que recuerda a otras grandes como Los Juegos del Hambre. No le falta de nada: acción, un universo diferente, una potencial amenaza e, incluso, un triángulo amoroso. Ideal para pegar el 'taquillazo' televisivo.

La caricia de la bestia (Cristina G. Pombo)

Más que la historia per sé, merece la pena por los personajes. Pombo construye un relato que no es fantástico aunque al principio lo parezca: una pareja de adolescentes son agredidos en el bosque por lo que aseguran posteriormente a la policía que se trataba de un zombi.

La declaración es tan disparatada que la encargada de la investigación, Laura Tébar, una veterana inspectora solitaria, brillante y dotada de cierto carácter, tendrá que poner todo su arsenal de conocimientos sobre la palestra para tratar de desentrañar el enigma; más aún cuando los ataques se repitan y aludan a la misma fuerza sobrenatural.

El problema es que no podrá hacerlo sola: tendrá que “aguantar” al subinspector Merino, un recién iniciado joven con poca experiencia en la materia pero enérgico y motivado. Una personalidad que chocará directamente con el de su superior. No obstante, como polos opuestos no tendrán más remedio que “atraerse” si quieren resolver el misterio.

El silencio de la ciudad blanca (Eva García Sáenz de Urturi)

De policías siguen las tramas. El silencio de la ciudad blanca se retrotrae apenas dos años a la Vitoria de 2016. En esta, Urturi acerca al lector a la vida de Unai, un joven atormentando y experto en perfiles criminales a quien le asignan la misión de atrapar de una vez por todas a un conocido asesino, amante de macabros rituales.

Y es que 20 años después, cuando el presunto psicópata está a punto de salir de prisión, la historia se repite: la ciudad es nuevamente infestada de aterradores crímenes en los que los cadáveres de las víctimas son expuestos cual maniquís en lugares emblemáticos del territorio alavés, adornados con eguzkilores: una famosa flor propia de la mitología vasca.

La apelación (John Grisham)

La historia de Grisham daría para un drama legal que seguro el ecologista Marshall Eriksen (Cómo conocí a vuestra madre) disfrutaría viendo en televisión. La trama comienza cuando el fallo de la sala de un tribunal de Mississippi perjudica, por una vez, a quien más dinero tiene.

Por veredicto de un juez, una empresa química es declarada culpable de contaminar el sistema de conducción de agua potable de la ciudad, provocando así el aumento de casos de cáncer más elevado de la historia. La compañía tratará entonces de mover la balanza a su favor, por difícil que le resulte: así, tras presentar un recurso ante el Tribunal Supremo, opta por introducir a uno de los suyos entre los miembros del tribunal aprovechando la vacante.

La persona elegida será un joven abogado perfectamente manipulable al que financiarán y moldearán a su antojo para sus corruptos fines. La premisa, sin duda, interesa, pese a lo plomizo que en ocasiones pueda resultar la lectura; un motivo más para ofrecer su versión en la pequeña pantalla.

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