En #0

Se llama Malvin, es negro albino y el mejor tipo que vas a conocer en TV

Melvin, personaje estrella del episodio de Maraton Man en Zimbaue

Laura García Higueras

Maraton Man viaja a África para conocer la realidad de Zimbabue, un país en pleno cambio después de 40 años de dictadura bajo el mandato del mismo gobierno. Desde la capital, Harare, Raúl llega a la frontera con Mozambique y conoce a una mujer víctima de sanaciones tradicionales, a un albino que lucha por su colectivo perseguido en toda África y a una organización que educa a niños sobre la preservación de animales. En Mutare se enfrentará a una animada media maratón local.

“La gente cree que si tienes sida y te acuestas con un albino, te curas. Como resultado, muchas mujeres con albinismo acaban siendo violadas y, un alto porcentaje de ellas, infectadas con VIH”. Esta es sólo una de las atroces situaciones a las que se enfrentan los albinos en el país natal de Malvin, el héroe por excelencia del programa emitido en #0 el pasado domingo. El joven aspira a representar el albinismo en el Parlamento de su país, “e incluso llegar a Ministro”. Así lo reconoce en su entrevista con el runner y presentador español.

Además de las consideraciones sobre el VIH, Malvin habla a Raúl sobre otros problemas a los que han de hacer frente. Uno de ellos, la necesidad de protección del sol, que no todos se pueden permitir. “Como nuestra piel no tiene melanina, si nos da el sol demasiado tiempo podemos contraer cáncer de piel. Por eso muchos albinos en Zimbabue mueren antes de los 35”, lamenta. El motivo: “no se pueden permitir lo que necesitan para protegerse del sol”.

Otra de sus deleznables dificultades es ser considerados amuletos en países como Mozambique o Sudáfrica. “Mucha gente está siendo asesinada, porque se cree que si tienes la mano de un albino tendrás buena suerte. Lo venden a hombres de negocios, porque pueden permitirse pagar semejantes cantidades de dinero”. Y no sólo eso, “hay padres que incluso venden a sus hijos”.

También se ven afectadas las madres que conciben hijos albinos, ya que son frecuentemente culpadas y abandonadas por sus maridos. No fue su caso, ya que sus padres se mantuvieron unidos, ante lo que se muestra muy agradecido. Tanto con sus progenitores como con su prometida, igualmente albina, “que ha estado siempre a mi lado. Nos amamos y apoyamos en todo lo que hacemos”.

Melvin considera que el problema reside en que “la gente no sabe lo que es el albinismo. Por lo que por un lado es una cuestión de ignorancia”. El segundo impedimento señalado es la pobreza. “La gente que es pobre busca cualquier forma de hacerse rica, por eso acaban cometiendo todo este tipo de atrocidades. Pero ahora estamos intentando cambiar la mentalidad, para que la gente vea que somos iguales. Que no hay diferencia entre tú y yo”, explica.

A pesar de lo atroz de sus declaraciones, el joven se muestra optimista. La esperanza contagia a todos los personajes que aparecen en el episodio, gracias en gran parte a la inminente celebración de elecciones cuando se grabó el programa en el mes de junio. Después de 40 años con el mismo gobierno, los ciudadanos se disponían de nuevo a ir a votar. Finalmente, la Unión Nacional Africana de Zimbabue volvió a quedarse el poder con más del 50% de los votos. El nuevo presidente Emmerson Mnangagwa, prometió un nuevo régimen en el que el cambio que tanto esperan llegará.

“Si hay un cambio puede que seamos capaces de sobrevivir”, admite la madre de Melvin al recibir a Raúl en su hogar. El presentador propone al joven albino que le acompañe a correr la media maraton de Tangana, pero 21 kilómetros son demasiado para él. Por ello, deciden optar por el recorrido de 5KM que finalmente completa junto a su pareja Ngoni. Por supuesto, su llegada a la meta es uno de los momentos más emotivos del episodio, “ojalá inspiremos a otros a proteger a nuestra comunidad”. Allí se reencuentran con Raúl, a quien el padre de Melvin avitualla con agua en el ecuador de su trayecto.

“No había sido víctima de un hechizo, tenía cáncer”

Junto a Melvin, Raúl conoce en su viaje a Zimbabue a otros personajes con historias personales de gran calado. La primera es la fotoperiodista Charmaine Chitate, que ayuda al runner a contextualizar el momento tan trascendente que estaba viviendo su país. Para la informadora, una de las peores consecuencias de la dictadura había sido la “pérdida del derecho a la libertad de expresión, el alto nivel de desempleo” que, en el caso de los jóvenes asciende al 80% - 90% y “el sistema de saneamiento”.

A continuación, se encuentra con Margret Bangajena, una funcionara del Ministerio de Agricultura, víctima de las sanaciones tradicionales. Cuando era niña, sus padres la llevaron a un curandero por un fuerte dolor de pierna. Allí dijeron a su familia “que alguien le había hechizado”, pero lejos de la realidad, lo que padecía era cáncer. “Así son las creencias en nuestras costumbres africanas. Se cree que cuando alguien está enfermo es por una maldición”, explica la también corredora. La miseria vuelve a ser motivo de la falta de una atención hospitalaria adecuada. “Como la gente es pobre, prefieren ir a los curanderos antes que a los hospitales”.

Cuando finalmente, ante la ausencia de resultados y auge del dolor, Margret acudió al centro hospitalario, le informaron de que lo que tenía era cáncer y que tenían que amputarle la pierna. Desde entonces, vive con una sola, pero eso no le ha impedido seguir trabajando ni practicar deporte. “Empecé a correr en silla de ruedas para jugar al baloncesto en el centro de rehabilitación, después me apunté a una carrera y llegué la primera”, recuerda. En 2008, volvió a ser la primera en cruzar la meta en otro recorrido de 42 kilómetros.

“Comencé una nueva vida, el deporte es para mí una nueva forma de estar en la sociedad como el resto de la gente. Tener una discapacidad no significa no ser capaz. Yo soy capaz de hacer cualquier cosa como cualquiera”, concluye. Por supuesto, es otra de las participantes de la media maratón que corre Raúl, en la que repite como ganadora.

En su recorrido por el país, el runner hace una parada para admirar la naturaleza y fauna de África. Acude a una escuela dentro del Parque Nacional de Imire, que define como “tierra de elefantes”, y allí conoce a un grupo de niños a los que enseñan a entender la importancia de proteger a los animales. “Porque si perduran les traerá empleo y comida a sus mesas”, explica el jefe de conversación Reilly Travers.

Así, la productora de Jesús Calleja maravilla por partida doble en la noche del domingo. Maraton Man es un programa de Zanskar que curiosamente, ayer se emitía en #0 al tiempo que Planeta Calleja en Cuatro. Eugenia Martínez den Irujo fue la invitada a mostrar su espíriu aventurero en las Islas Feroe. Los parajes en el programa de Mediaset, capturados en el pequeño archipiélago danés en pleno Atlántico Norte, eran igualados en el de Raúl Gómez con lo espectaculares que fueron los personajes del episodio.

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