Crónica de la gala 3 en TVE

'Maestros de la costura 5' expulsó a su primer novato y presentó a una nueva aprendiz

Escena de 'Maestros de la costura 5'

Paula Hergar

La tercera gala de Maestros de la costura contuvo varios momentos inéditos en la historia del talent. El primer fue el abandono voluntario de MJ, solo arrancar la entrega: “Vengo a despedirme, me ha costado mucho tomar esta decisión pero no puedo continuar. Para mí está siendo muy difícil y antes va mi salud”, confesó.

Esa decisión provocó que el programa buscara a una sustituta: Judith, “la princesa del barrio” de Sabadell, de 28 años. Varios de los aprendices la reconocieron por haber coincidido con ella en el casting: “Cosía muy bien”, recordaron. Y se incorporó en la prueba de exteriores.

Una prueba que mandó a unos cuantos a coser por mantener su continuidad pero el que no la logró fue Anthony. El francés se convirtió en el primer novato expulsado tras no entender el último reto.

Isabel repite podium en la prueba de habilidad

En la primera prueba, Paul García de Oteyza y Caterina Pañeda- fundadores de la firma Oteyza- descubrieron a los aprendices los secretos de una de sus prendas icónicas: la capa española o castellana. A partir de sus enseñanzas, los aspirantes tuvieron que demostrar su habilidad con la aguja.

Los aprendices trabajaron a contrarreloj y cuando acabaron los 15 minutos, los jueces se pasearon para ver las prendas finales. Anthony no lo acabó, ni lo que dejó a medias era acertado. Lluis convenció con sus acabados “bien hechos”. Lily entregó un resultado “decente” pero inacabado. Pablo recibió halagos por su trabajo. A Borja le exigieron más que al resto y Jesús tampoco convenció. Mientras que Sonia volvió a enamorar y Navarrete entregó una capa “regulera”, como Caterina.

Por todo ello, los jueces señalaron a Caterina como la peor de la prueba y a Isabel como la mejor.

Prueba por equipos con final inesperado

Los jueces se llevaron a los aprendices al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en Madrid, para transformar cuadros en prendas y demostrar que el arte y la moda llevan décadas siendo grandes aliados.

Para ello se dividieron en dos equipos: el primero de ellos formado por Isabel (jefa de taller), Eduardo, Anthony, Judith y Lili, se visitó de verde para dar vida al ‘Bodegón: Instrumental’ de Liubov Popova y el segundo coloreado de naranja, contó con Jesús (jefe de taller), Lluis, Pablo, Borja y Caterina que se encargaron de la ‘Composición XX’ de Theo van Doesburg.

Para lograrlo, el jurado exigió que trasladaran a las prendas el juego de colores, los volúmenes, las geometrías, las proporciones y los contrastes sugeridos en cada cuadro. Algo que desconcertó a los naranjas que no acababan de acatar las órdenes de Jesús, al que ponían en duda constantemente. Pero no solo los aprendices, también Caprile al darse cuenta que había cambiado la decisión de un diseñador profesional y le abroncó como nunca.

En cuanto a los verdes, se entendieron mejor pero no supieron gestionar bien el tiempo. De forma que los volúmenes se consiguieron gracias a su ambición pero con un “gran fallo” en la elección de las telas. Mientras que el caos de los naranjas no frenó que la prenda acabara siendo “estupenda”.

Sorprendentemente, “el ganador de la prueba por equipos fue el naranja”. Jesús, Lluis, Pablo, Borja y Caterina lo celebraron con abrazos.

Prueba de eliminación con el primer novato expulsado

En la última prueba de la noche, el jurado recordó cómo era la moda de los años 80. A partir de prendas de esa época, Isabel, Eduardo, Anthony, Judith y Lili, vestidos con los mandiles negros, crearon otra nueva adaptada a las tendencias actuales.

Tras los 90 minutos de transformación, las mejores críticas se las llevó Eduardo por haber entendido a la perfección la prueba con una prenda “tremenda, sexy y bonita”, Lily por un conjunto “con gracia” pero poco esfuerzo y Judith, aunque logró un aprobado justo..

Mientras las peores valoraciones fueron para Isabel por modificar dos vestidos para crear uno solo que decepcionó al ser “un diseño cogido con pinzas” y Anthony que empezó mal sin patrón y acabó haciendo una “chapuza”.

Por lo que, tras la deliberación, los jueces decidieron: “El aprendiz que no continúa en el taller es Anthony”. Una noticia que él se tomó con filosofía: “Es un juego, alguno se tenía que ir y me ha tocado a mí”, señaló con una sonrisa.

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