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Los malvados de Disney cuyo mal humor no debes imitar durante el confinamiento

Los malvados de Disney cuyo mal humor no debes imitar durante el confinamiento

Laura García Higueras

Queridos lectores de Vertele: sabemos que están siendo unos días especialmente duros encerrados en casa, que queréis salir a la calle, a los bares, al cine, a los parques. Y que seguramente todos estos anhelos os estén generando episodios de bastante mal humor, ira, impotencia y ganas de romper cosas. Normal.

Ahora bien, por la salud mental de vuestros compañeros de cuarentena y la vuestra, hemos decidido preparar una guía de comportamientos que deberíais tratar de evitar. Para ello, nos hemos inspirado en los villanos de Disney+que, tras la llegada de la plataforma, estarán disponibles en vuestras televisiones. Insistimos que lo que vais a leer a continuación son actitudes que no tenéis que imitar durante el confinamiento, pero con las que sí reíros cuando las veáis en pantalla.

Úrsula: respeta la voz de los demás

La mala malísima de La Sirenita (1989) estaba obsesionada con la voz de Ariel. Tanto, que la convence para que renuncie a ella. A cambio, le concede “el par de piernas” con el que salir “a pasear” y conocer al príncipe Eric del que se enamoró tras rescatarlo de una tormenta. La princesa de dieciséis años llevaba soñando toda su vida con formar parte del reino de los humanos y la villana se aprovecha de ella. Menos mal que para entonces ya ha cantado el temazo Parte de él, que por cierto, también es muy apropiado para vuestros cánticos en la ducha durante el encierro. “Y poder ir a descubrir, que siento al estar ante el sol...”, si no os sentís identificados con esto, decidnos cómo lo hacéis. Volviendo al tema, ¿qué es lo que debemos aprender de Úrsula? Que aunque estemos encerrados en casa, nuestra voz no cuenta más que la de nadie y que hay que respetar lo que digan los demás, hasta cuando sus tonos sean insoportables.

El enanito Gruñón: menos gruñir y más colaborar

Vale, Gruñón no es el malvado de la película de Blancanieves (1937), pero su actitud es igualmente criticable en tiempos de confinamiento. El enanito es un cabezota en toda regla, aunque en el fondo esconde un buen corazón. Su cara de mala leche es todo un clásico, y también la que debemos evitar poner en el encierro, al igual que su actitud de auténtico cascarrabias. Un poquito más de sonrisa y menos quejarse, que todos estamos pasando por lo mismo y cuanto más fácil nos lo hagamos los unos a los otros, mejor. Eso sí, si estáis muy, muy enfadados por lo que sea, tampoco os lo quedéis dentro o acabaréis explotando con seguramente peores consecuencias. Para esos casos, un poquito de respirar hondo, gritarle a una almohada, cantar o hacerse unas cuantas flexiones del tirón.

Cruella de Vil: cuidad a vuestras mascotas

La villana de 101 dálmatas (1961) veía en los adorables perritos la manera de hacerse abrigos de pieles. Tal es su empeño que decide secuestrar a unos cachorros con la ayuda de los torpes ladrones Horacio y Gaspar. Pues bien, en estos días hay que pensar que nuestras mascotas están tan desesperadas como nosotros, aunque es cierto que una parte de ellas estarán encantadas de que pasemos más tiempo juntos. Por eso mismo, y sabiendo que no podemos llevarles a dar grandes paseos o a jugar con otros perretes, hay que prestarles atención, no pagar con ellos nuestra impotencia y cuidar su alimentación. Aprovechad que los tenéis cerca para recibir su incondicional cariño. Compartid vuestra angustia tranquilos, que ellos os darán besicos a lametazos para levantaros el ánimo.

Hades: ¿echas humo por la cabeza? Los demás, también

Partimos de la base de que Hades es el señor del inframundo y que teniendo tal cargo era complicado sacarle algo positivo. Pero bueno, por un lado habría que tener en cuenta que quiere cargarse a Hércules (1997) porque se interpone en sus planes para destruir a su hermano Zeus. Teniendo esto en cuenta, ¿qué tal cuidar un poquito mejor a nuestras familias? Y nada de consultar al futuro como hace él, mejor quedarnos en el día a día, que bastante tenemos. Por otro lado, la frustración de Hades hace que eche humo por la cabeza y sí, habrá momentos en los que a vosotros también. Pensad que drenar así el estrés nos puede dejar a todos sin un pelo en la melena. Si nos dejamos llevar en conjunto por los ataques de irascibilidad... ¿quién va a salir cuerdo de esta? Tengamos paciencia y, ya puestos, escuchemos No importa la distancia, que nos va a animar bastante.

Filoctetes: ¡Stop presión por hacer deporte!

Seguimos con Hércules para detenernos en Filoctetes que, ojo, es bueno, pero su labor como entrenador nos vale para hablar sobre la presión, a veces autoimpuesta, de tener que hacer deporte todos los días. Sinceramente, los habrá a los que no os apetezca y no pasa nada. Cuanto menos obsesionados estemos con cualquier cosa, mejor. Nos quedamos con su ímpetu y su motivación para mantener la actividad, pero que nadie termine de adquirir su rol. Por cierto, si alguno sois entrenador personal, profesor de educación física, de pilates, de todo lo que tenga que ver con el ejercicio y os ponéis a dar clase a vuestros compis de piso, tened paciencia. No les riñáis como si no hubiera un mañana porque no sepan hacer una abdominal o flexión en condiciones. Y recordad: “Lo que es de novatos es rendirse”.

Maléfica: está bien respetar la siesta, pero no tanto

Maléfica es una de las mayores malvadas da de Disney. Entre su vestido negro (mejor estos días un vestuario un poco más colorido), sus cuernos (esto ahora está más difícil que pase) y hechizos da un miedo que echa para atrás, más incluso que el aliento de Shrek. Ella es la responsable de la maldición que hace caer sobre Aurora, protagonista de La bella durmiente (1959), según la cual la joven princesa moriría al pincharse el dedo con una rueca en su dieciséis cumpleaños. En días de encierro en casa, donde hay tiempo hasta para echarse una siesta en condiciones, mejor no pasarse. Se recomienda media horita, si eso, y seguir aprovechando la tarde. Lo que sí que puede imitarse de la película es la solución que la hada Primavera da a la maldición: despertar del sueño profundo con un beso de su amor verdadero. Los que estáis confinados con vuestras parejas, podéis tomar la costumbre de despertaros así. Dosis de buen humor -y puede que de algo más- asegurada.

Frollo: la misa... desde el sofá de casa

Aunque Frollo era el juez de El jorobado de Notre Dame (1996), sus asiduas visitas a la catedral para ver a Quasimodo nos llevan a recordar que no hay que salir a la calle bajo ningún concepto. Ni para ir a misa, que además la podéis seguir viendo, como mínimo, en La 2. Podéis montaros vuestros propios altares en casa, rezar antes de ir a dormir, al levantaros, cuando queráis. Hasta podéis mantener la costumbre de arreglaros los domingos y cantar las canciones de misa. El chupito de vino también lo podéis mantener, que dicen que una copa al día -del tinto- es bueno para la salud.

De Frollo hay que evitar igualmente su crueldad como padre, ahorrarse los prejuicios hacia los gitanos y su absoluta misoginia. Este sí que es un señoro, no queráis ser como él. Por si os queda alguna duda, poneos la canción Fuego que él mismo interpretaba en la peli. Suerte con los escalofríos.

Madrastra de Cenicienta: no hay que limpiar a todas horas

Lady Tremaine, a la que conoceréis como la madrastra de La Cenicienta (1950), es la responsable de que la finalmente princesa tuviera que encargarse de las tareas del hogar. Este es un buen momento para hacer reparto y valorar lo mucho que desestresa limpiar, pero no nos volvamos locos. Vale que Disney se pasó tres pueblos en la peli pintando a madrastras y hermanastras como lo peor que te puede pasar en la vida -cosa que no es cierta- pero esa obsesión por el orden y la desconfianza reina igualmente en algunas casas. Tomémonos el polvo menos en serio y aprendamos a que si algo no está doblado perfecto, no pasa absolutamente nada. Y ya puestos, tampoco esperéis que la cuarentena vaya a servir para que encontréis a vuestro príncipe azul ni princesa. No existen, y menos mal.

Reina Grimhilde: ojo a pasarse innovando con las recetas

Admitámoslo. Entre la lista de todas esas cosas absolutamente fantásticas que puedes aprovechar para hacer durante la cuarentena, está cocinar. Hacer nuevas recetas, aprender a freír un huevo, innovar en los platos y hasta presentaciones. Esto, para los que odiéis cocinar, lógicamente es un suplicio. Pero no temáis, que pasará. Y sobre todo, que toda esa gente a la que veis compartir el resultado de sus horas de cocinado, lo muestra siempre recién hecho. ¿Y las caras tras probarlo? ¿Cómo sabemos que no estaba malo? ¿Sabe igual precalentado? Ojo a eso.

Ahora bien, la malvada madrastra de Blancanieves es una reina que desea ser la mujer más hermosa del mundo. Para conseguirlo, decide acabar con su hijastra -de verdad, un psicólogo y psiquiatra para los guionistas de la factoría y sus traumas con los padres separados-. Para ello, decide envenenar una manzana. Aquí es donde se pone la cosa interesante: cuidadito con lo que mezcláis, con lo que dejáis que mezclen vuestros hijos y hermanos pequeños. A ver si la gracia va a salir cara, que no está ahora la cosa como para ir al médico por una indigestión.

Jafar: ¿de verdad es momento de ser avaricioso?

Jafar, además de hacerle la vida imposible a Aladdin (1992), es un avaricioso de manual. No vamos a negar que tiene su sentido del humor y que cuando se convierte en una cobra gigante da bastante miedo. Pero hombre, no corren tiempos para tener a la gente temiendo por su vida, también en casa. El malvado mago se obsesiona con conseguir la lámpara del genio. Seamos conscientes de que a medida que vayan pasando las semanas empezaremos a hacer cosas cada vez más raras: pintar paredes con rotulador, apuñalar almohadas, coleccionar botellas de vino vacías o retomar las manualidades de Art Attack. Sabiendo que es probable que pase, vamos a intentar no perder el norte y darle importancia a las cosas que verdaderamente la tienen. Una lámpara muy mona, no. No es momento de replantearse herencias, renovar el mobiliario ni de creer que existe un genio capaz de concedernos tres deseos. Si de verdad lo hubiera, ¿en serio nos tendría así, encerrados? No queridos, no.

Madre Gothel: el corte de melena, 'pa' cuando

Vale que nos han cerrado las peluquerías y que según pasan las semanas el pelo sigue creciendo. Algunos dicen que es un buen momento para experimentar. Teñirse el pelo de otro color, raparse e inventarse cortes son algunas prácticas que vemos que otros hacen a través de las redes sociales. Pero ya os digo que todo esto a la gente con flequillo no le vale. A ver cómo están haciendo los poco mañosos con las tijeras para que no les llegue a la altura de la barbilla. Lo del pelo es un drama, vale, pero no os convirtáis en la malvada Madre Gothel de Enredados (2011). Por supuesto, no dejéis a nadie aún más encerrado en vuestras casas como hizo ella con Rapunzel cuando esta era un bebé. Cortad el pelo a los vuestros, leñe, o acabaréis por no necesitar una toalla para secaros cuando hagáis ejercicio.

El huno Shan Yu: tu casa no necesita un emperador

El despiadado líder de los hunos, Shan Yu, quiere demostrar al Emperador que ni la Gran Muralla china son obstáculo para él y su ejército. Él es el malo de Mulán (1998), un pesadito obsesionado con lo de conquistar. Bueno, pues ahora que estamos encerrados, esto tiene bastante poco sentido. Dejaros de aires de grandeza, de necesidad de imponeros por encima de los demás, de mostrar vuestra “valía” con la fuerza y de invadir el espacio de con quienes estéis compartiendo estos originales días. Mejor un poquito de generosidad, de solidaridad y de sonreír. No hagáis por ganaros una avalancha de reproches, a vuestros ancestros tampoco les agradaría. Y cortaos las uñas. Como dice la canción, “con valor, seré más raudo que un río bravo”, y también más fuerte que el Covid-19, que no se os olvide.

Conclusión: ¡Hakuna Matata! Vive y sé feliz

Ya que estamos tomando Disney como ejemplo, vamos a cerrar esta guía de comportamientos poco apropiados para la cuarentena con un final positivo. Algo que en la factoría del ratón se les da bastante bien. Como ocurre en la inmensa mayoría de las películas, no importa lo mal que lo pasen los protagonistas, en el desenlace se enamorarán y serán correspondidos, se convertirán en héroes, cumplirán sus sueños, se ganarán el orgullo de los suyos, se librarán del peligro y pondrán el punto y final a la aventura con un temazo. Aplicado a nuestro caso: saldremos de casa. El camino ni lo está siendo ni va a ser fácil, pero terminará. Así que, si estáis bajos de ánimos en algún momento, elegid la peli que queráis, que acabaréis saliendo reconfortados, emocionados y entretenidos. Mientras tanto, como dicen los sabios Timón y Pumba, “vive y deja vivir”.

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