María Lo gana 'Masterchef 10': la aspirante prodigio se coronó con un menú final que asombró hasta a Ferran Adrià

María Lo, ganadora de 'Masterchef 10'

Paula Hergar

La décima edición de Masterchef ya tiene flamante ganadora: María Lo. La gaditana de 32 años, de padre chino y madre española, entró como desempleada, para dar un giro radical a su vida apostando por su pasión y sale con un contrato firmado en las cocinas del Resort Catalonia Grand Costa Mujeres, en Cancún (que ganó por ser la mejor en la semifinal), una oferta en firme de Jordi Cruz para trabajar junto a él, 100.000 euros de premio, su propio libro de recetas y un Máster en Cocina, Técnica y Producto.

No es de extrañar, María Lo fue una de las protagonistas de esta temporada. Empezó llamando la atención por su relación anterior con Teresa - otra de las aspirantes- y acabó siendo la favorita por deslumbrar semana, tras semana, con su talento culinario. Tanto para los jueces, como para sus propios compañeros, era indiscutible su liderazgo, soltura y encanto en las cocinas.

En pocas ediciones ha sido tan clara la victoria de una aspirante. Y a María Lo solo le hizo falta confirmarlo una vez más, en esta gran final, para alzarse como la nueva Masterchef España, en una noche en la el duelo final se lo jugó contra Verónica, que quedó en segundo lugar. Mientras David y Adrián ocuparon el tercer y cuarto puesto, respectivamente.

María Lo gana “la peor prueba” de toda la temporada

La primera prueba a la que tuvieron que enfrentarse los cuatro finalistas fue una vieja conocida para los seguidores del talent: seguir al chef. A la vez siguieron las órdenes, y cocinaron al ritmo de Carlos Maldonado (ganador de MasterChef 3, y único concursante del programa con una estrella Michelin).

Los cuatro fueron siguiendo bien los pasos pero el primero en descolgarse fue Adrián que se equivocó con las yemas y las claras. A partir de ahí estuvo perdido por completo. El siguiente en confundirse fue David con los tiempos. Tanta fue la impotencia de ambos que se acabaron riendo por no llorar.

María Lo se pasó al cocer la pasta y prefirió volver a hacerla. Así pudo rehacerse hasta que se le quemó un bueñuelo. Por su parte, Vero fue la que mejor siguió el ritmo pero sin disfrutarlo: “Esto es una tortura. Me quiero morir”, lamentaba. A las esferas ya ni llegaron algunos y cuando Carlos ya empezaba a emplatar al resto le faltaban numerosas elaboraciones: “¡Qué dices de emplatar!”, ironizaban entre todo el follón.

Acabado el tiempo, concluían: “Ha sido la peor prueba desde que estamos aquí”, decían los aspirantes aún con sudores. Adrián entregó “su plato al ojo” sin salsa, sin buñuelo y sin el 80% de las elaboraciones. María Lo presentó algo más parecido estéticamente y con un “sabor espectacular”. David le siguió con una reproducción inexacta y sin sabor. Y Vero llegó con un caos estéticamente, con salsa rica pero “suspendido”.

Tras la deliberación, los jueces señalaron a María Lo como la mejor del reto, lo que la convirtió en la primera duelista de la final.

Prueba de exteriores con David y Adrián en tercer y cuarto puesto

David, Adrián y Verónica se desplazaron hasta El Celler de Can Roca, para que Joan, Pitu y Jordi Roca realizaran ante las cámaras un menú especial poniendo en práctica la totalidad de sus dotes culinarias. Explicaron en qué consistía y los tres escogieron qué platos preferían elaborar: David escogió hacer un Mar y montaña y el postre; Adrián se decantó con la gamba y el postre; mientras Verónica se quedó con el guisante y el cordero.

Durante el cocinado, Adrián se emocionó al recordarle a otra situación que había vivido anteriormente: “Me recuerda al día que salí de prisión. No pensaba que iba a ser ese día y de golpe me vi fuera. Hoy es unpoco esa alegría, ese flipe. No me lo creo estar aquí”, aseguró. A David también se le complicó cuando, sin saber cómo, inundió las cocinas con el pescado.

Por su parte, Verónica recibió los elogios de los Roca al ver que “pintaban muy bien” sus platos. Tanto que fue a la primera de los tres a la que le salieron todas las elaboraciones.

Adrián fue mejorando poco a poco y hasta sirvió él mismo el postre a los comensales. Y David vivió una montaña rusa de emociones, se desesperó al confundir lecitina y el agaragar pero también se emocionó al ver acabadas sus elaboraciones con la ayuda de los Roca: “La cocina está siendo mi medicina”, confesó al chef.

Los expertos comensales que probaron el menú fueron jueces de MasterChef procedentes de distintos países como Ecuador, Israel, Suiza, Polonia, Marruecos, Rumanía y Portugal. Una reunión que ocurría por primera vez en el mundo.

Finalmente, los jueces halagaron a los tres. Sobre Adrián dijeron que había hecho “un gran cocinado y con una actitud a mejor” pero no podía llevarse la chaquetilla porque había sido el más flojo: “Yo hace poco estaba en la calle, ya me siento feliz de estar aquí. Para mí se han abierto nuevas oportunidades ya”, agradeció. De David elogiaron la “templanza y el haber hecho dos platazos” aunque había fallado en dos elaboraciones. Y a Verónica le confesaron no poder sacar “a relucir ningún fallo”.

Por lo que fue ella la que se convirtió en la segunda duelista de la gran final. Mientras David quedaba en tercer lugar y Adrián en el cuarto.

Duelo final con el menú “fantástico” de María Lo

María Lo y Verónica volvieron a las cocinas, con sus chaquetillas personalizadas, para enfrentarse en el duelo final: “Dos mujeres en el décimo aniversario, que gane la mejor” deseó la más joven. Para estar arropadas, entraron la novia y la madre de María Lo; y los padres y el novio de Verónica. Pero también todos los ex aspirantes que regresaron para animarlas.

Una vez pasada la emoción de los reencuentros y como es habitual, ambas tuvieron libertad para cocinar, en 120 minutos, un menú compuesto por un entrante, un plato principal y un postre que les definiera como chefs: “Que nos muestren vuestra evolución, que nos hablen de vosotras”, les pidieron como único requisito.

Si no era suficiente la presión a la que estaban sometidas, al concentrarse ante tanto público e intentar brillar en cada paso sin equivocarse, durante el cocinado las visitó Franc Roddam, creador del formato MasterChef.

Acabado el tiempo, las dos aspirantes levantaron las manos por última vez en las cocinas. Y presentaron uno a uno sus platos a Jordi, Pepe, Samantha y Ferran Adrià. María fue la primera en presentar sus platos que homenajeaban sus orígenes: el entrante “sutil y fantástico” hizo una oda a Cádiz, el principal unificó “de forma muy bonita” Galicia y Barcelona con guisos tradicionales de ambos lugares “ricos y sin defectos” y un postre con “aromas de oriente” hecho con una crema, bizcocho y sorbete “perfecto, lo puedes llamar tarta vertical”, propuso el propio Adriá totalmente asombrado.

Por otro lado, Verónica apostó por un “menú estaciones” que empezaba por una “mezcla arriesgada de ingredientes”, siguió con un bogavante “delicioso y de buenas proporciones” y un postre de invierno hecho con bizcocho, chocolate y crema de calabaza que puntuaron “con un 10”.

Con todo ello, los cuatro jueces deliberaron y decidieron lo siguiente: “La ganadora de Masterchef España 10 es María Lo”. Todas las predicciones se cumplieron y ella lo celebró abrazando a su compañera y a sus familiares. “Esto es mi sueño, es la experiencia más importante de mi vida”, concluyó alzando el trofeo.

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