Entrevista a la jurado del 'Roast Battle'

Marta Flich: “Encajar bien los golpes y no estar a la defensiva es un ejercicio muy saludable”

Marta Flich,  jurado del 'Roast Battle'

Laura García Higueras

“No me los imagino en un ring diciéndose cosas peores o de peor gusto de las que ya se sueltan en el Congreso”. Contundente y directa, Marta Flich responde así al imaginarse una campaña electoral alternativa en las que en vez de en debates, los líderes de los partidos se enfrentaran como lo hacen los invitados del Roast Battle de Comedy Central.

La economista ejerce en él de jurado junto a JJ Vaquero, y aplaude las batallas cómicas y dialécticas con las que quienes acuden se dan caña, de la buena, y de buenas. “Esto de no estar a la defensiva, disfrutar y poder encajar los golpes es un ejercicio bastante saludable”, describe sobre el formato.

Además, es colaboradora en Todo es mentira, donde junto a Risto Mejide analiza cada día la actualidad de nuestro país. La semana pasada visitó el plató Pablo Iglesias, y Flich recibió críticas por una pregunta realizada al líder de Podemos. La presentadora explicó en Twitter que “fue ironía. El tono del programa así lo permite. No era mi intención la ofensa”. Apenas cinco días después, sostiene al respecto que “los políticos se tienen que acostumbrar a que los periodistas preguntamos y ellos contestan”.

Repite como jurado en las batallas del 'Roast', decidiendo quién ha sabido usar los dardos más certeros. ¿Qué los convierte en mejores o peores?

Lo mejor es lo más transgresor. El Roast se caracteriza porque se destrozan los límites del humor, no los hay, por lo que el dardo más ingenioso, menos serio y más imprevisible será el mejor. Allí todos estamos dispuestos a divertirnos, a ser objeto y objetivo de cualquier crítica. El no estar a la defensiva, poder disfrutar y encajar bien los golpes, es un ejercicio bastante saludable.

Ya que menciona los límites del humor, ¿piensa que no debería haberlos nunca?

Soy de la opinión de que cuando el humor está dentro de la ficción, la ficción no es punible. No se puede llevar a un juzgado. Porque se ha de juzgar la realidad, no la ficción. Cuando el humor es ficción, por supuesto que no tiene que tener ningún límite.

¿Cómo cambia la preparación de un formato partiendo de esta premisa?

Se hace con libertad absoluta. Este programa te permite estar como en una isla donde puedes hacer exactamente lo que te apetece. Da mucho alivio como profesional. Lo que sucede muchas veces en todos los formatos, y este no es una excepción, es que se descontextualiza el humor y cuando esto ocurre llegan las preguntas sobre dónde, quién y cómo se ha dicho algo.

Eso sí que puede traer problemas, porque se hace de manera malintencionada. Si no se descontextualizan las cosas en función del formato y dónde se están haciendo, la libertad es absoluta. Por ello es muy gratificante trabajar en este tipo de espacios, que para mí son muestra de una higiene mental nos hace mucha falta.

¿Se ha imaginado cómo sería una batalla tipo 'Roast' entre líderes políticos? Si para la presente campaña, en vez de celebrar debates, se enfrentaran en duelo como en el programa.

Muchas veces en el Congreso de los Diputados se convierte en un Roast. En nuestro caso como somos cómicos está justificado porque estamos en el ámbito de la ficción y en un formato determinado. Pero el rosteo y los discursos agresivos, muchos muy ingeniosos por cierto, por parte de algunos políticos sobre todo de la ultra derecha, la verdad es que dejan mucho que desear. No me los imagino en un ring diciéndose cosas peores o de peor gusto de lo que ya se dicen habitualmente.

Además del 'Roast', colabora en el formato diario 'Todo es mentira' donde la ironía es la gran protagonista. Hace unos días en una entrevista con Pablo Iglesias, una pregunta que después explicó como irónica, no se entendió bien. Si ahora se repitiera la conversación, ¿la cambiaría?

Los políticos se tienen que acostumbrar a que los periodistas preguntamos y ellos contestan. Es lo único que voy a decir. Tienen que responder porque son servidores públicos, trabajan para la sociedad y la sociedad tenemos preguntas. Las entrevistas no pueden ir orientadas a lo que a los políticos de un lado o de otro quieran que se lleven. Se tienen que llevar hacia donde el entrevistador decida. Y más cuando es en un formato que se caracteriza por la ironía.

Por lo tanto, sí que volvería a repetir la entrevista exactamente igual.

Creo que te he contestado, los titulares me los voy a ahorrar, que también soy periodista. Si te parece hablamos del Roast, que es más interesante.

En estos tiempos en los que parece que prima la crítica al aplauso, ¿qué papel considera que juegan las redes sociales?

Como todas las herramientas a nuestro alcance, las redes sociales tienen una parte positiva y otra negativa, depende de quien la utilice y con qué intención. Para los cómicos son fundamentales y en mi caso, siempre han sido un altavoz fundamental en mi trabajo. Sí que es verdad que si ya es difícil explicarnos escuchándonos y dialogando, cuando es por escrito entender las cosas de manera literal es más complicado. La ironía es muy difícil de explicar en un tuit.

Después e ser atacada por Inda y lanzar el hastag #StopPeriodismoMachista, afirmó en 'Todo es mentira': “El periodismo es igualdad y lucha contra tipejos como tú, llenos de machismo”. En tiempos en los que parece que la extrema derecha toma cada vez más fuerza, ¿nos da este contexto más responsabilidad a los periodistas de defender la igualdad?

Sí. En la extrema derecha son negacionistas, están negando que haya una violencia de género, una violencia machista y una brecha salarial. Esto no es opinable, es una realidad y no pueden negar la realidad. Desde luego, tenemos que luchar que no se ponga en duda qué sí lo es.

¿Hay algo de todo lo que ha ocurrido desde las elecciones de mayo a ahora que le haya sorprendido especialmente?

Estamos viviendo una realidad tan terrible que es difícil quedarse con algo. Diría que la violencia tanto verbal como física, que nunca quiero pensar que sea verdad, pero sin embargo sí lo es. Es lo que más me cuesta entender que siga pasando.

Trabajando en un formato diario que repasa la actualidad y en el que la política está muy presente, ¿han temido que el espectador deje de tener interés?

A la gente le interesa la política, porque es la gestión de los recursos y de lo que es la vida. Nosotros enfocamos la política con ironía y ponemos al interlocutor como alguien válido e inteligente. Hablamos con esa persona inteligente, ponemos en cuestión muchos comportamientos políticos y los enfocamos desde un punto de vista en el que se empodera al espectador. Esto es lo que creo que a la gente le gusta, que si hay que ridiculizar a alguien, nunca es al espectador. Denunciamos desde la ironía, el humor y el espectáculo determinadas actitudes. Sobre todo políticas.

¿Hay algún tema que hayan pensado que no debían tratar con el mismo tono?

Después de conocer la sentencia del procés este lunes, tuvimos que hacer el programa en directo abordando la situación. Dentro de Todo es mentira, que es un formato que tiene ironía, en este momento en concreto hubo que hablar con rigor y esquisitez, porque es un momento muy complejo. Pero eso no está en contraposición de continuar el formato, e introducir la ironía y el humor en los temas en los que esté bien. No tiene que ser de un solo tono, no tiene que ceñirse todo a lo mismo. Creo que la ironía y el sarcasmo se pueden retomar en cualquier otro punto.

Desde el programa tuvieron la intención de fundar un partido político

Lo que se vio fue absolutamente real. Se planteó en serio, y el proceso fue tal cual se contó en el programa. No hubo ni trampa ni cartón. Fuimos contando conforme fueron sucediendo las cosas. Si hubiéramos decidido salir hacia adelante, hubiéramos tenido las firmas, los avales que correspondían, estaríamos en otro escenario.

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