Crónica del estreno en TVE

'Masterchef 10' no perdió el tiempo y sirvió su primer plato con un culebrón de dos ex novias y un actor porno

Un momento del casting de 'Masterchef 10'

Paula Hergar

Tras superar los castings presenciales, el estreno de Masterchef 10 llegó a TVE con los 50 candidatos seleccionados para luchar por el delantal. Fueron pasando uno a uno, frente a Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nájera que decidieron cuáles harían historia en el formato.

Iván, Teresa, Giraldo, Patricia, Verónica, Teresa, Berto, María Lo, Julia, Adrián, Jokin, Julia , Luismi, Yannick, David, Paula y Claudia fueron los afortunados, con perfiles de todo tipo.

Además, la noche les propuso un cocinado solidario para 240 personas - los máximos comensales que se habían servido hasta la fecha- y un plato con la sangre como protagonista, que decidió quien fue el primer expulsado de la edición.

El casting no decepciona con perfiles “Carlos Maldonado”, cómicos y mucho drama

Después de superar los castings presenciales, 50 seleccionados tuvieron 40 minutos para elaborar un plato libre que terminaron frente al jurado. Así, las historias personales más llamativas se sumaron a la calidad del resultado que presentaron y los 16 afortunados fueron:

Teresa, rentista de 33 años y María Lo, desempleada. Ambas protagonizaron el culebrón más atractivo del casting y por ello lo abrieron con las dos. Habían sido ex pareja y la segunda le “destrozó el corazón” a la primera. No se habían visto desde entonces y se reencontraron en frente a los jueces. Estos pidieron que las respectivas novias actuales entraran para conocerse y que se despidieran porque estaban dentro del talent. Así, el morbo de si renace el amor entre las dos o no está servido. Es más, el programa les hizo compartir habitación.

Después llegaron cuatro perfiles muy parecidos al de Carlos Maldonado, y con trágicos dramas personales. David, 38 años, de Madrid, confesó haber sufrido “ciertas tendencias adictivas” y haber sido actor porno. Dos facetas de las que no estaba orgulloso y por ello quería cambiar de rumbo para enorgullecer a sus padres. Iván, comercial de 38 años, que aprendió a cocinar cuando su madre murió de un infarto y él no supo más de su padre. Jokin, de 30 años, es un financiero vasco que aseguró que llegaba para ganar. Y Adrián, de Bilbao, es un técnico instalador que pidió matrimonio a su novia en el mismo casting.

El toque de humor lo aportaron Paula, una joven pizpireta con “toc con los signos del zodíaco”. Claudia, 28 años, administrativa, de Gerona, que presentó antes a su “culo infiltrado” y el resto de operaciones estéticas por las que ha pasado. En la misma línea, Luismi - 35 años, bombero- perreó frente a los jueces para presumir de “culo de caramelo”. Patricia, administrativa de 32 años, de Barcelona, confesó estar enamorada de la cocina asiática y de los asiáticos.Y Yannick, belga de 28 años, que se definió como un “friki de Eurovisión” belga, 28 años.

También dieron una segunda oportunidad a dos aprendices que ya se presentaron el pasado año: Verónica, publicista de 26 años, y Berto, dependiente de 24 años de Segovia, que no podía ni ver a Arnau al coincidir en el casting anterior y quedarse a las puertas.

Por último, apostaron por Giraldo, un waterpolista y modelo cubano. Julia, una sumiller que quería superar a su marido. Y Eva que pidió a dirección un delantal más.

Jordi Cruz tuvo que entrar a socorrer en la prueba de exteriores

Tras el casting, el debut de los aspirantes tuvo como escenario la Plaza de Colón de Madrid. Allí tuvieron que realizar un servicio solidario - que se donó a Mensajeros de la Paz- para el mayor número de comensales de la historia del programa: 240 personas.

Sin embargo, hubo una ausencia entre los 16 aprendices: Claudia que no pudo acudir - no dieron mayor explicación- y correría la misma suerte que su equipo. Por ello, todos sacaron el color que iban a vestir: así, el equipo rojo fue capitaneado por Iván y formado por Teresa, Giraldo, Patricia, Verónica, Teresa, Berto y María Lo. Mientras que el azul se lideró por Julia y formó con Adrián, Jokin, Julia , Luismi, Yannick, David, Paula y Claudia.

Se pusieron manos a la obra para preparar un menú tradicional basado en algunas de las recetas más icónicas de la capital: caldo, bacalao, canelones, torrijas y rosquillas. Desde el inicio, el equipo rojo mostró muchas más debilidades que su competencia: mucho más lentos y con decisiones algo menos acertadas. Tanto que Jordi Cruz tuvo que ponerse la chaquetilla y entrar a ayudarles.

Los azules también se fueron perdiendo por el camino, retrasándose al calcular las porciones y quemando las rosquillas. Pepe ayudó a Julia a dirigir al equipo y, aunque sacaron lo esperado, no fue como se esperaba.

Por todo ello, Samantha, Jordi y Pepe lamentaron un cocinado que no pudo sacar las porciones esperadas. Criticaron el rol de Iván, como capitán de los rojos, que no fue capaz de dirigir, solo repartir funciones. Por el contrario, aplaudieron a Verónica y María Lo por su buena actitud. Mientras que sobre los azules subrayaron el acierto de Julia al buscarse a “escuderos” y lograr trabajar en equipo. Así, el veredicto estuvo claro: “¡El equipo ganador es el azul!”.

Prueba de eliminación con el primer expulsado “sangriento”

En la última prueba de la noche del estreno, los delantales negros se encontraron con una caja misteriosa que al destaparla desveló algo nunca visto anteriormente: la sangre como ingrediente principal. Con ella tuvieron que elaborar un plato con la sangre de cerdo como protagonista, en 75 minutos.

Verónica presentó un “rico” arroz de presa con la sangre en la salsa y “pocos defectos”; Iván hizo un puré de patata con solomillo “que daba miedo”; María Lo apostó por una anguila con revuelto “que demostró su mano aunque se pasó con la grasa”; Teresa usó carne de cerdo con una especie de mayonesa con sangre “atrevida con acierto”; Berto presentó un brownie con frutas del bosque “pegote, mal ejecutado y pretencioso”; Giraldo llevó un revuelto de verduras con otra mayonesa de sangre “bien utilizada” y Patricia cocinó un guiso de morcillo de ternera “con una gran salsa”.

Una vez acabada la cata, los jueces se marcharon a deliberar y al regresar sentenciaron: “El aspirante que no continúa es Berto”. El que había entrado por los pelos al casting, salía el primero de la edición. Él culpó a los nervios de su plato fallido pero aún así agradeció la oportunidad.

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