'MasterChef 11' expulsó al polémico Luca tras poner “negros” a los jueces: “22 programas esperando este momentazo”

Paula Hergar

Se acabó “el show de Luca”. En el programa 22 de MasterChef 11 se vivió lo que muchos espectadores esperaban: la expulsión de Luca. El aspirante más polémico de la edición, criticado por haber robado ingredientes, por ser de los que peor cocinaban pero más ha durado, protagonizó una merecida eliminación.

La última prueba consistió en replicar unas complejas recetas que dejaron completamente perdido al tiktoker, que se echó a llorar por no saber ni por dónde empezar. Para, finalmente, tintar de negro toda la boca de Pepe Rodríguez al probar el plato .

Pero la audiencia no era la única que se esperaba esta despedida, también Jotha - su eterno enemigo- que celebró su marcha: “¿Se puede ser más feliz? 22 programas esperando este momentazo, ¡Luca pa' tu casa!”.

Primera prueba con la floja capitanía de Luca

En la primera prueba de la noche, los aspirantes cocinaron rodeados de lujo y sofisticación en el Restaurante Oroya, del Hotel The Madrid Edition. Allí, Luca y Lluís hicieron sus equipos - el azul y el rojo, respectivamente- en negativo: el primero no quiso trabajar con Eneko, Pilu, y el segundo rechazó a Jotha, Ana, Álex, por lo que fueron al bando contrario.

El menú que prepararon tenía raíces peruanas por el chef que lo elaboró: ceviche de corvina, anticucho de corazón de res, aguja de cerdo ibérico, lúcuma, chocolate y pistacho. Por lo que los dos equipos tuvieron el reto de hacer cocina creativa internacional.

Los rojos se encargaron del anticucho y el postre, y los azules se quedaron con el ceviche y la aguja. Durante el cocinado, cada capitán mostró un perfil muy distinto al otro: “Luca es el capitán más animador del programa pero a la hora de hacer las elaboraciones si distrae un poco”, valoraba Ana.

Pero fueron los encabezados por Lluís los que necesitaron la ayuda de Jordi Cruz para sacar el cocinado adelante. Mientras Álex también se convertía en el capitán en la sombra, cuando Luca se ocupaba de dar show.

Al finalizar el cocinado llegó el momento de la valoración. Los jueces felicitaron al equipo de Luca por seguir el ritmo a pesar de “un capitán totalmente despistado, flojo. Mucho animar y poco organizar”, criticaron al tiktoker. “Habéis salido airosos pero el cocinado no era perfecto”, señalaron a los azules.

Mientras que a los rojos les dijeron que habían trabajado a “baja intensidad, con buena actitud pero falta de picos”. Por lo que fue este el equipo ganador de la prueba.

La irremediable eliminación de Luca, con la lengua negra de Pepe

En la prueba de eliminación, Jotha, Ana, Álex y Luca aparecieron en cocinas con los delantales negros. Allí, su reto fue replicar platos creados por seis jóvenes chefs que revolucionan la cocina desde la innovación y la puesta en valor del producto local: Lucía Freitas, Javier Sanz y Juan Sahuquillo, Camila Ferraro, Javier Ferraro y Gorka Rico.

Álex tuvo que replicar una oveja y su piel de leche, Jotha se ocupó del postre, a Luca le tocó la sepia crujiente y Ana se quedó con el escabeche de gallo, la única disconforme. Aunque el tiktoker era el que se mostraba más perdido con su plato: “Me parece surrealista lo que tengo que hacer. Es un microscópico”, lamentaba.

Mientras los tres aspirantes seguían la receta a buen ritmo, Luca parecía tirar la toalla con unas elaboraciones desganadas y una actitud de derrota. Finalmente se derrumbó y echó a llorar: “No sé por dónde empezar, no puedo”, le decía a Pepe que llegó para animarle. Con más empuje lavó la sepia con asco y cambió el chip.

El aspirante, aunque con más ánimo, no remontó: continuó cocinando pero se le quemaron parte de los ingredientes, dejó cruda una tinta que debía hacer y lo acabó como pudo.

Al llegar la cata, Luca fue el primero que presentó el plato con el que más había sufrido: “Nunca en mi vida había sentido tanta frustración y desesperación. Creía que no sacaba nada”. Pero Jordi dudó si había sacado algo comestible al ver toda la tinta sin cocinar: “Está amarga como un demonio, chamuscada. No os lo comáis”, decía Pepe con toda la lengua negra.

Como venganza, obligaron a Luca a probar su propio plato, lo que le dejó toda la boca negra también: “¿En qué momento he decidido yo hacer este plato?”, decía avergonzado. Mientras los jueces se partían de risa: “Esto no lo he visto yo en 11 años. No se puede comer”, decía Jordi.

Como era de esperar, el resto de compañeros lo hicieron mejor que él por lo que Pepe sentenció: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Luca”. Él sonreía, con lágrimas en los ojos y aceptaba la decisión: “Luca entró siendo una persona artificial, materialista y aquí me he dado cuenta que hay más vida detrás de un móvil. Que puedes ser feliz con pocas cosas. Ha sido un programa de experimento humano, me voy siendo otro. Ha sido inolvidable vivir esto con 19 años”.