Lo de Évole
Megan Maxwell, a Évole sobre su literatura: “Cualquier cosa que nos guste a las mujeres se nos tiene que criticar”

Megan Maxwell, en 'Lo de Évole'

Paula Hergar

Lo de Évole se sentó junto a Megan Maxwell para conocer más en profundidad a la reina de la novela erótica. Con más de cinco millones de ejemplares de sus obras vendidas en todo el mundo y escribiendo más de dos libros por año, aterriza en distintos países como si fuera una estrella de Hollywood.

Pero para ilustrar mejor el fenómeno, Jordi Évole y su equipo también contaron con varias de sus lectoras que hablaron de cómo les había cambiado la vida leer sus libros. De cómo les juzgaban sus compañeros de trabajo o incluso personas con las que se cruzaban y veían la portada de la novela y de cómo su vida sexual había mejorado desde que descubrieron sus historias.

Así, Maxwell relató una vida personal que la llevó a escribir unos personajes tan potentes en sus libros que cuando los mandaba a editoriales le decían que “rebajara el carácter de las mujeres”. Sin embargo, ella “prefería no publicar a publicar algo que no me gustara a mí. Pasaron 12 o 14 años hasta que me publicaron”, lamentó. Pero si de algo presumió fue de constancia y así lo acabó logrando.

Pasó de tener 5 visitas en su página web, a más de 300 mil. Fue tan abrupto el salto a la fama que creía que se había estropeado el contador, pero no era así. Con lo que sí se ha topado es con “la falta de interés” entre sus colegas que, incluso, han dicho de su literatura que es “porno para mamás”. Algo que a ella le molesta profundamente:

“Pienso que cualquier cosa que hagamos las mujeres o que nos guste siempre se nos tiene que criticar. En este caso, nos está gustando la novela erótica, donde aparecen unos tipos increíbles, y que te haga soñar y ya es porno para mamás. Tiene que ser algo criticable. En cambio, lleva el porno para hombres toda la vida y nunca he escuchado que sea porno para papás. Siempre se tiene que poner alguna palabra fea para dejarnos mal”, subrayó.

Y hablando de esa novela erótica, Évole le preguntó si experimentaba antes de escribir: “Es como si a un escritor de asesinatos le preguntas si experimenta. Yo me documento”, corrigió Megan. También le contó que se quedaba “un euro y pico” por cada libro y que su secreto es “una lectura fácil de leer y naturalidad”.

Eso sí, Megan sonrojó a Évole cuando él le preguntó si había ido a alguna fiesta de intercambio de parejas: “No, ¿vamos?”, le propuso ella y él se quedó sin palabras. “Nunca, ninguna invitada me había hecho una propuesta así”, respondio entre risas el presentador.

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