'Lo de Évole'

Morad, con Évole: “Si quieres ser racista apáñatelas tú solo, mátate tú solo con el espejo”

Morad en 'Lo de Évole'

Paula Hergar

Lo de Évole regresó este domingo 20 de febrero con su tercera temporada en laSexta y Morad como primer invitado. El propio presentador confesaba no conocer a este artista, procedente de un barrio humilde ubicado en la localidad de Hospitalet de Llobregat, que se ha convertido en un fenómeno de la música urbana que triunfa entre los jóvenes. Y sobre eso mismo hablaron ambos.

Además, el cantante también reflexionó sobre temas como el éxito, el racismo, la pobreza, la marginalidad, su estancia en una “cárcel de menores” y su salto a la fama.

Todo ello, en un programa en el que contaron con la colaboración de C.Tangana, que estuvo comentando lo que escuchaba desde una habitación, y con la aparición de la madre de Morad que, aunque no descubrió su rostro, habló con él sobre su situación actual.

Morad y su mensaje antirracista

Jordi Évole llegó a La Florida, el barrio de Morad, para sentarse junto a su invitado en un banco desde el que se escuchaban los gritos de jóvenes que saludaban al cantante, desde otras calles y ventanas.

El presentador confesaba no conocer su historia y el entrevistado no dejó de sorprenderle: “Yo soy español y marroquí, pero no han querido verme español en ningún lado”, dijo, explicando que ha sufrido racismo desde pequeño: “Si quieres ser racista apáñatelas tú solo, mátate tú solo con el espejo, a ver dónde llegas siendo racista en 2022”.

“Cuando se meten ahora con mi raza yo me río. ¿Cómo te va a molestar eso? ¡Vete a tu país! Vale, cuando tenga vacaciones iré a mi país, ¿cómo no voy a ir?”, dijo irónico.

Morad aseguró que durante sus conciertos siempre saca la bandera de Marruecos porque se la tiran los asistentes, pero si le lanzaran una de España también la sacaría, solo que nunca se la han dado: “Mi música no tiene raza. Nunca había salido del barrio, de aquí a Marruecos y volvíamos en coche. La primera vez que salí de aquí fue por la música”.

“Cuando escuchas palabras como mena, que ahora se dice en los medios de comunicación y en el Congreso...”, le planteó Évole. “Me da mucha pena, mucha tristeza y mucho malestar. Si tú a una persona que tiene nombre y le llamas mena... ¿qué estamos, en la época de los nazis cuando cogían a los judíos? Ya es una palabra mala, un insulto que se usa para tapar una realidad. Echan las culpas a otros y tapan la realidad que estamos viviendo en la calle”, opinó.

Las personas son buenas o malas, no hay ninguna raza que sea mala. ¿Cómo determinas que si eres mena eres malo?”, se preguntó. “Lo que más me duele a mí son las violaciones (...) En España los que más violan son los españoles, los que más pegan a sus mujeres son los españolas. ¿Por qué eso no se dice? Solo se dice que el mena ha violado. Saca la verdad y di que también los españoles hacen eso”, denunció.

Además, apuntó que “sabemos que todo hay que tenerlo en regla y que hay que traer a las personas con cierto control, pero cuando hablamos de niños no puedes hablar de control ni de nada”.

La situación más difícil de su vida

Morad reveló a Jordi Évole que vivían 8 familiares en un piso de 50 metros y que aún así fue una de sus mejores épocas, hasta que le quitaron la custodia a su madre y le metieron en un centro: “Fue la situación más difícil de mi vida. Me fugaba siempre, yo quería estar con ella. Estaba loco con ella. Hasta los 18 no volví a mi casa”.

Preguntado por la razón de su encierro, explicó: “Decían que estaba loco, que no estaba bien, me metieron por robo con violencia. La primera vez que entré no hice nada, estaba en el centro y me vinieron a buscar. Me metieron dentro de manera cautelar. Me conformé porque si no lo hacía te comes la pena del fiscal. Cuando salí sí que me convertí en malo. Me arrepiento, porque le pediría perdón mil veces a las personas que robé, pero me ha convertido en lo que soy yo. Es una cárcel de menores. Es el mismo sistema de adultos, menos pena, pero igual. Sales con una rabia que puedes acabar preso otra vez”, aseguró.

Además, el rapero reveló que a día de hoy aún tiene “tres causas pendientes” y que, aún habiendo vivido tantas vidas a sus 22 años, se queda “con el cristal y mi madre detrás. Para recordar lo que no tengo que hacer de verdad”.

“Puedo ganar más dinero que un jugador de Primera”

Después llegó la música y le sacó de esa mala vida. Le escuchan millones de personas y está en el ranking de artistas de más éxito: “Puede ser que haya ganado más dinero que un jugador de Primera División. Sobre un millón y algo puedo ganar en un año, solo con las redes, bolos... Antes nunca había tenido una cuenta, ni había cotizado. No me dejaban abrir una cuenta, no me explicaba y no me entendían”. De esos ingresos, señaló que se gastan casi 100.000 euros en abogados para su equipo.

Sin embargo, ahora aboga por pagar todo a Hacienda: “Me parece bueno porque siento que estoy contribuyendo. Para que vaya al médico público, al colegio público. Nunca había cotizado, y ahora tengo la oportunidad de ganar dinero legal. Es lo más bonito que he vivido”.

Pero desde joven ha tenido muy claro el tipo de música por el que quería apostar: “Me cogió una persona de Sony España y me quisieron hacer firmar. No llevaba ni tres canciones y me pagaban 60.000 euros. Yo tenía 19 o 20 años y cualquier niño puede caer en la tentación pero yo sabía que eso lo iba a hacer yo solo. Yo valía mucho más”.

Para finalizar, lanzó una reflexión: “Hay cosas más importantes que la fama y el dinero, la tranquilidad”.

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