Empezará a tributar en España desde 2021

Netflix pagó más de 1,1 millones en impuestos en 2020 en España, más del doble de la contribución de 2019

Imagen de la sede de Netflix en Amsterdam

Europa Press / Redacción

Las filiales de Netflix pagaron un total de 1.125.547 euros en impuestos en 2020 en España, lo que supone más del doble que en 2019, cuando pagó un total de 477.985 euros, según las cuentas anuales de la compañía, a las que ha tenido acceso Europa Press. La compañía de streaming opera en España a través de dos sociedades: Los Gatos Entretenimiento y Netflix Servicios de Transmisión España.

En 2020, Netflix Servicios de Transmisión España obtuvo un beneficio neto después de impuestos de 1.529.904 euros, en comparación con los 924.627 euros del ejercicio anterior. Esta sociedad pagó 712.772 en concepto de impuestos sobre beneficios (294.441 euros en 2019). Los gastos de personal ascendieron a 7.456.278 euros, incluyendo prestaciones y cargas sociales (3.423.260 el año anterior).

Respecto a Los Gatos Entretenimiento, el beneficio neto después de impuestos en 2020 ascendió a un total de 653.822,76 euros, frente a los 518.961 euros del ejercicio anterior; y los impuestos sobre beneficios se situaron en 412.775 euros (183.544 euros en 2019). Los gastos de personal ascendieron a 7.602.888 euros, incluyendo prestaciones y cargas sociales (3.539.652 el año anterior).

Netflix pasará a reconocer los ingresos que genera en España desde 2021

A finales del año pasado se hizo público que a partir del 1 de enero de 2021 habría un cambio en su modelo de distribución y, como consecuencia, Netflix reconocería los ingresos que genera en España. Esto empezará a reflejarse en el ejercicio 2022.

“Lo único que podemos asegurar es que en el futuro la suscripción a Netflix se pagará a la entidad española y, por tanto, reconoceremos los ingresos que generamos en España en el país”, aseguraron al hacer el anuncio, aunque sin “especular con una cifra” de lo que acabarían facturando. En cualquier caso, suponía su respuesta a una de las principales reclamaciones que se habían venido realizando contra el gigante de streaming, y por extensión al resto de agentes de este mercado de las OTT.

Desde su llegada a España y hasta este año, Netflix había facturado a sus clientes desde el extranjero, concretamente en Holanda. Se trataba de una táctica por otro lado legal, que consiste en radicarse en países con fiscalidad más ventajosa (algo que también había hecho HBO, declarando las cuotas de suscriptores españoles en Suecia). Por lo tanto, las sociedades autóctonas solo tributan por sus servicios de intermediación, yéndose el grueso de sus beneficios fuera y repercutiendo en muy pequeña parte en el país.

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