Crítica

'La noche D' regresó con una Eva Soriano a la altura de un formato esculpido para Dani Rovira

Paula Hergar

“Me estoy emocionando porque estoy en la casa de Espinete y de Masterchef” empezaba comentando Eva Soriano en su salto como presentadora de un programa de prime time en TVE. La humorista se estrenaba este martes, 3 de mayo, en La Noche D junto a Florentino Fernández, Chenoa y Leo Harlem como colaboradores.

Y como ocurría en las dos primeras temporadas del formato, la entrega se dedicó a un tema: las bodas y bodorrios. Para hablar de ellas también contó con Lorenzo Caprile, Bibiana Fernández y Paz Padilla, como invitados. Además, de Jaime Lorente, Yon González y la sorpresa de Malú.

Todo ello en un programa que volvía a la cadena pública con la misma estructura y esencia que en su faceta anterior: con el humor como principal atractivo. Y con una presentadora totalmente entregada a un formato que, sin embargo, no dejó de subrayarle que estaba pensado para otro: para un Dani Rovira que aún mantiene su inicial hasta en el título.

Eva Soriano en su plenitud, ¿con permiso de Rovira?

Si Soriano ya había brillado en Late Motiv, junto a uno de los presentadores y humoristas más potentes de nuestro panorama televisivo, Andreu Buenafuente, y hasta se había encargado de conducir alguna entrega, ahora La noche D es un regalo que puede ser la prueba definitiva para saltar a presentar o quedarse como colaboradora.

Pero es uno de esos “regalos” heredados que se rebelan contra su nuevo dueño. El formato es ideal para una cómica como Eva que se entrega desde el arranque al ritmo del programa, a participar en los retos, a seguir los chistes de los invitados, a cantar en las secciones de los colaboradores... la nueva presentadora rema a favor en cada giro de guión, pero parece que no es suficiente.

Porque se trata de un espacio pensado por completo para Dani Rovira que ya por sí solo arrastra a un público que le vería hasta sin compañía. Que espera verle en cada rincón del plató porque por muchas celebrities que aparezcan, el protagonista es él. Tanto es así que ni siquiera han quitado su inicial del programa: La noche D.

Una pena porque si Dani ya está, una buena muestra de confianza hacia la nueva conductora del programa sería brindarle su “Noche E” para que lo sintiera más suyo, lo amoldara a ella y pudiera quitarse la losa de la herencia.

Una tercera temporada sin luces ni sombras

Más allá del cambio de presentador y de colaboradores, la nueva temporada es un calco de las anteriores. Con un arranque en el que se adelanta el menú de la noche y unas primeras entrevistas tan personales como cómicas a los invitados.

Las secciones siempre entran en mitad de unas charlas que quedan en segundo plano, para dar paso siempre al humor. Y es que, La noche D continúa con el humor como principal baza. Con la filosofía de pasar un buen rato en plató y hacerlo pasar en casa.