Guía y Previa
Los Oscar 2022 celebran su gala más controvertida, tratando de amoldarse a las exigencias de TV

Imagen de la 92 edición de los Premios Oscar

Lorenzo Ayuso

Faltan escasas horas para que los Oscar descubran a sus nuevos receptores. Todo está ya listo para la entrega de los galardones de la Academia de Hollywood, en un año marcado, como en el resto de ceremonias previas, por la insistencia por recuperar la normalidad tras un 2021 en el que se vieron trastocados todos los planes por la pandemia.

En efecto, se retorna a la ubicación habitual: el Dolby Theatre de Los Ángeles, que ha sido la sede de la gala de forma ininterrumpida desde 2002, después de escindirse el evento de 2021 en dos sedes por motivos de aforo para evitar aglomeraciones. También se recupera la figura del presentador, o mejor dicho presentadora, después de tres años sin nadie al frente, con el trío compuesto por Amy Schumer, Regina Hall y Wanda Sykes. La presencia, por séptimo año, de Glenn Weiss como realizador, redunda en esta pretensión de continuidad y normalidad tras el experimento que supuso el año pasado.

Ahora bien, si en 2021 hubo que experimentar con la producción del formato a fin de adecuarse a las circunstancias de crisis sanitaria, este año se experimenta con la estructura misma de la gala, con la decisión de eliminar de la retransmisión en directo la entrega de las estatuillas de ocho categorías, con vistas a aligerar la retransmisión, y pese al enfado de la industria. Sí habrá tiempo para entregar otro Oscar de nuevo cuño, el que reconocerá a la mejor película popular, para el que se abrió una votación pública semanas atrás.

Dos mínimos consecutivos en audiencia, acusando la pandemia

El contraste entre la vuelta a las convenciones del formato frente a las pruebas tiene por objetivo, sin duda, mitigar el desplome de audiencia sufrido el año pasado por la ceremonia, de la que Nomadland salió como gran triunfadora con tres premios (mejor película, mejor dirección para Chloe Zhao y mejor actriz para Frances McDormand), y poner fin a la dinámica negativa que atraviesan los premios, en línea con el resto de grandes eventos similares.

Emitidos de forma ininterrumpida por ABC desde 1976, la entrega de los eunucos dorados ha marcado mínimos consecutivos en los dos últimos años. Aunque eso sí, en circunstancias muy diferentes. Los Oscar 2020, que encumbraron al surcoreano Bong Joon-ho con Parásitos, se quedaron en 23,6 millones de espectadores, la audiencia más baja hasta la fecha, seis millones con respecto al año anterior. Entregados en la madrugada del 9 al 10 de febrero, la Covid-19 aún estaba incubándose a nivel mundial, cambiando por completo el panorama.

Así, la ceremonia de 2021 tenía lugar dos meses más tarde de lo habitual, siendo la más tardía desde que se empezó a emitir por televisión en 1953, afectada por una pandemia que había paralizado a la industria cinematográfica y trastocado su calendario de estrenos (no solo se modificaron los parámetros de elegibilidad de producciones, sino que se amplió el plazo). La caída del 60% de la audiencia de los Globos de Oro 2021, los últimos hasta nuevo aviso en emitirse ante la debacle de la HFPA, ya hacía presagiar un efecto similar en otros eventos similares; el moderado interés por los títulos en la terna de la edición también redujo la atención popular.

Así, la 93ª edición de los premios se quedó por debajo de los 10 millones de televidentes por primera vez desde que se televisa la entrega (comenzó en 1953 en NBC): 9.8 millones, para ser concretos, lo que significaba una caída de cerca de 14 millones con respecto a los datos del año anterior.

  • 2021: 9.8 millones, Nomadland (Sin presentador)
  • 2020: 23,6 millones, Parásitos (Sin presentador)
  • 2019: 29,6 millones, Green Book (Sin presentador)
  • 2018: 26,5 millones, La forma del agua (Jimmy Kimmel)
  • 2017: 32,9 millones, Moonlight (Jimmy Kimmel)
  • 2016: 34,4 millones, Spotlight (Chris Rock)
  • 2015: 37,3 millones, Birdman (Neil Patrick Harris)
  • 2014: 43,7 millones, 12 años de esclavitud (Ellen DeGeneres)
  • 2013: 40,3 millones, Argo (Seth MacFarlane)
  • 2012: 39,3 millones, The Artist (Billy Crystal)
  • 2011: 37,9 millones, El discurso del rey (Anne Hathaway / James Franco)
  • 2010: 41,3 millones, En tierra hostil (Steve Martin / Alec Baldwin)
  • 2009: 36,3 millones, Slumdog Millionaire (Hugh Jackman)
  • 2008: 32,0 millones, No es país para viejos (Jon Stewart)
  • 2007: 40,2 millones, Infiltrados (Ellen DeGeneres)
  • 2006: 38,9 millones, Crash (Jon Stewart)
  • 2005: 42,1 millones, Million Dollar Baby (Chris Rock)
  • 2004: 43,5 millones, El señor de los anillos: El retorno del rey (Billy Crystal)
  • 2003: 33,0 millones, Chicago (Steve Martin)
  • 2002: 41,8 millones, Una mente maravillosa (Whoopi Goldberg)
  • 2001: 42,9 millones, Gladiator (Steve Martin)

Una solución impopular para atraer más público

Con la pandemia en retroceso a nivel internacional, la Academia apuesta por volver a las bases del evento, esperando que la audiencia los acompañe. Por de pronto, se concitan en las candidaturas las propuestas de directores de alcance (Steven Spielberg, Denis Villeneuve, Jane Campion, Guillermo del Toro, Paul Thomas Anderson, Adam McKay), con propuestas de corte academicista evidente como El método Williams, Belfast y Coda (remake usamericano de La familia Belier), además de la sensación internacional de la temporada, el Drive My Car de Ryûsuke Hamaguchi. En suma, hablamos en su mayoría de títulos de alcance que aseguran un mayor interés por ver cómo se resuelve la incógnita del palmarés.

Un palmarés que, por otro lado, se convierte en el principal problema para la Academia y, sobre todo, para ABC por la cantidad de categorías que debe reconocer, 23 en total. El objetivo de cortar la sangría de público ha implicado una medida irónicamente impopular dentro de la industria: reducir el número de premios de la retransmisión.

Ocho premios serán presentados en el Teatro Dolby en la hora previa al directo”, anunciaba a finales de febrero el presidente de la Academia, David Rubin. Estas categorías no serían eliminadas por completo, sino que serían editadas para empastarlas de forma breve dentro del resto del programa. Esta medida ataña a las tres categorías de cortometraje (documental, ficción y animación) y a otras cinco parcelas creativas imprescindibles: maquillaje y peluquería, diseño de producción, sonido, música original y, no sin ironía, montaje.

Las principales asociaciones y sindicatos de técnicos y profesionales de la industria han clamado contra esta decisión, viéndose secundados y amplificado su mensaje a través de algunos de los realizadores con opción a brillar este domingo, como Steven Spielberg, Denis Villeneuve y Jane Campion. El ingeniero de sonido Tom Fleischman, ganador del Oscar en 2012 por la mezcla de sonido de La invención de Hugo (después de atesorar cuatro nominaciones adicionales) llegó a manifestar su desaprobación renunciando a su membresía de la Academia. No sirvió para que la Academia cambiara de idea.

“Cada premio tendrá su momento”, aseguraba un integrante del comité de los Oscar a Vanity Fair, donde diversas fuentes internas matizaban que no se cortará el contenido de los discursos, sino el tiempo que tarden en dirigirse al estrado y una vez se marchen. Lo cierto es que no hay nada aún oficial al respecto. Solo se puede achacar, por tanto, a apaciguar los ánimos de ABC Networks ante el mal precedente de 2021.

En esta edición, cuatro españoles optan a la estatuilla: Javier Bardem (mejor actor por Ser los Ricardo), Penélope Cruz (mejor actriz por Madres paralelas), Alberto Iglesias (mejor banda sonora por Madres paralelas) y Alberto Mielgo (mejor corto de animación por The Windshield Wiper). Si los dos primeros, primer matrimonio en la historia en ser candidatos en premios interpretativos en una misma edición, se acaban alzando con el trofeo (para ambos sería el segundo de su casillero), tendremos la opción de verlo en directo. En el caso del compositor y del cortometrajista, su hipotético triunfo pasará el filtro previo de la realización de la gala.

ABC decide (indirectamente) el rumbo de los Oscar

Desde 1976 y hasta nuestros días, ABC ha emitido la ceremonia de entrega, y de acuerdo al contrato entre las partes, así seguirá siendo hasta 2028. El contrato previo, que aseguraba la permanencia de la gala hasta 2020 fue renovado en 2016 por ocho años adicionales, lo que dejaba clara la buena sintonía entre las partes. Ahora bien, esa importancia que tiene esta velada para la cadena propiedad de Disney se hace mayor si tenemos en cuenta que esta no entra en la rotación de canales que emiten anualmente la Super Bowl, el mayor evento televisivo a nivel mundial. Los Oscars son su mayor retransmisión en vivo, y es menester amortizar el gasto que implica.

A comienzos de mes, The Hollywood Reporter daba cuenta de las conversaciones entre las cúpulas Walt Disney Company y la Academia, con la primera enfatizando una idea: ABC había comprado un show que debía reportarles audiencias de no menos de 30 millones de televidentes. Los números de 2021 eran, pues, insostenibles, y la cadena exigió (y recibió) una compensación económica por parte de la organización en contrapartida por el mal resultado. Las cuentas de la Academia están saneadas pero cuentan con importantes gastos a través de fundaciones y actividades, y si no quiere renunciar a lo construido, debe aportar soluciones y resultados.

También, claro, plegarse a los requerimientos de su socio: ABC/Disney ha apostado por controlar los detalles de la retransmisión durante los últimos años, lo que ha hecho que Jimmy Kimmel, uno de sus baluartes en la programación, condujese las ediciones de 2017 y 2018 (la última con presentador). El trío de presentadoras escogido para la ocasión también tiene anudados lazos profesionales con la compañía: Regina Hall ha formado parte de Nine Perfect Strangers (Hulu); Wanda Sykes está asociada con Black-Ish (ABC); y Amy Schumer estrena en estas fechas su nueva serie, Life & Beth, en Hulu. Incluso Tracee Ellis Ross, protagonista de Black-Ish, fue la encargada de conducir el anuncio de nominaciones.

Reducir el número de premios en directo persigue salvaguardar la supervivencia de los premios, especialmente en un año en el que la otra gran pasarela de estrellas, los Globos de Oro, se han quedado sin retransmisión ante el boicot generalizado de la industria, sin que haya visos de que la situación se encauce en 2023. Por contrato, la Academia no está obligada a someterse a exigencias de ABC, pero mejorar la presentación del producto puede determinar que el contrato que expiraba en 2028 se alargue de nuevo.

Movistar Plus+ emitirá la ceremonia en España

En lo que concierne a la señal de la retransmisión que llegará a España, donde estas problemáticas quedan lejanas, no hay novedades: Movistar Plus+ volverá a dedicar su programación por entero a la gran noche, con un programa especial previo al que seguirán la alfombra roja y la posterior gala.

La presentadora del espacio dedicado a los galardones será María Gómez, que debuta en estas lides. Para la velada contará con los comentarios de nombres habituales dentro de estas citas: María Guerra, que cerró su etapa en la plataforma tras Ver-Mú, volverá esta noche; y el crítico Juan Sanguino. A su vez, la escritora y guionista Valeria Vegas y de la experta en redes sociales e industria audiovisual Elena Neira. Por su parte, Cristina Teva y Gui de Mulder estarán un año más al pie de la alfombra roja en Los Ángeles para departir con los protagonistas de la noche.

La programación especial comenzará simultáneamente en Estrenos 2 por M+, #0 y en el canal pop up Los Oscar por M+. Dicha velada repasará las nominaciones a partir de las 00:00 horas. Posteriormente, en Estrenos 2 por M+, en directo y en exclusiva, se ofrecerá la alfombra roja, desde las 00:30 horas, y hasta enlazar con la gala de entrega de premios, que arranca a las 02:00 horas. 

Ya el lunes 28 de marzo, como suele hacer la plataforma, habrá oportunidad de recuperar la gala en versión condensada: Estrenos 2 por M+ emitirá un programa resumen con los mejores momentos de la noche a las 23:00 horas.

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