FesTVal Vitoria 2022

'Pesadilla en la cocina' vuelve con Chicote 'on fire': “Alguna vez he pensado que podía llevarme una hostia”

Imagen promocional de 'Pesadilla en la cocina 8'

Laura Pérez

Vitoria —

Pesadilla en la cocina volverá próximamente a laSexta con una octava temporada en la que las situaciones de tensión extrema y la lucha por el mando serán un desafío para Alberto Chicote. Así lo ha desgranado la cadena en la presentación de las nuevas 10 entregas, celebrada este jueves 8 de septiembre en el marco del FesTVal de Vitoria 2022 y a la que ha asistido verTele.

“Lo nuevo va a sorprender muchísimo, vamos a ver cosas totalmente surrealistas. Se ha hecho un esfuerzo titánico después de estos años en los que el sector de la restauración ha sufrido tanto y Alberto ha puesto como siempre su personalidad, su carisma y su forma de ser”, ha adelantado Esther Pérez, gerente de Programas de Entretenimiento de Atresmedia.

Una temporada marcada por las consecuencias de la pandemia

La directiva ha apuntado que vamos a ver al cocinero “siendo muy exigente y duro, pero también dulce, empático y cariñoso. En esta temporada, creo que también por las circunstancias, la gente necesitaba ayuda pero también que les arropáramos un poquito”. Y es que como no podía ser de otro modo, la pandemia del COVID-19 y su impacto en un sector como la restauración se va a ver reflejado en los nuevos programas.

En ese sentido, el productor ejecutivo de Warner Bros. ITVP España Pablo Abelenda ha afirmado que Pesadilla en la cocina ha logrado encontrar “el momento justo para volver, y también ayudar de la forma correcta en un momento muy concreto”. Así lo cree también Julieta Cherep, directora del programa: “Fue impresionante grabar Pesadilla en las circunstancias de la pandemia, llegamos en un momento crítico. Detrás de cada restaurante hay una historia y se han vivido situaciones de verdadera tensión”.

Alberto Chicote, por su parte, ha explicado que lo tenían todo preparado para empezar a grabar en marzo de 2020, pero la pandemia y el confinamiento lo impidieron. No se pudo retomar hasta mucho tiempo después: “Cuando pudimos grabar de verdad me entró un ”canguelo“... hacía dos años que no grababa y tenía muchos nervios. Esta temporada ha sido muy importante, nos hemos encontrado historias de dos años tétricos y muchísimos restaurantes han desaparecido”.

Las consecuencias de la pandemia en el sector de la restauración obligaron al programa de laSexta a reiniciar toda la preproducción, ya que muchos de los locales seleccionados para grabar habían cerrado. “Sobrevivieron muy pocos programas del trabajo que habíamos preparado en la preproducción. Tuvimos que empezar el casting prácticamente de cero, solo se mantuvieron dos de los que teníamos seleccionados porque hubo muchos restaurantes que cerraron”, ha desvelado Abelenda.

“A veces vamos a grabar y la gente nos pide un guion”

En la presentación, los responsables de Pesadilla en la cocina han remarcado la espontaneidad de todo lo que ocurre en los programas, que lleva siendo así durante los diez años que cumple ahora el formato en España. “Todo lo que se hace es tal y como se ve por televisión. Hay veces que vamos a grabar y la gente nos pide un guion, pero nosotros les pedimos que digan lo que quieran”, ha apuntado Chicote.

El cocinero dice que “cada vez que voy a grabar un programa sé dónde voy, sé cuántas personas hay y sé que cuando cruce la puerta tengo que preguntar por ellos. A partir de ahí, grabamos a las bravas todo. Como nos ha gustado tanto el resultado y al público también, lo seguimos haciendo así. No podemos ni repetir ni redirigir lo que ocurre. Empiezan a pasar las cosas y es apasionante”.

Lo que sí hacen desde dirección es comunicarse con él a través del pinganillo cuando está ocurriendo algo fuera de su campo de visión: “Para mí no funciona como un pinganillo, sino como walkie. Desde dirección me dicen lo que está pasando fuera, es mi llamada de atención”.

Al frente de estas indicaciones está Julieta Cherep, que también vive esas semanas de grabación con gran intensidad: “Es como si todos los días fuese la final de la Champions. Nunca sabemos lo que va a pasar y se viven situaciones de máxima tensión. Somos trabajadores de la TV, somos psicólogos y somos un poco todo”, cuenta, al tiempo que elogia el “aguante” de Chicote en todas las situaciones.

El presentador de Atresmedia, no obstante, admite que ha llegado a temer por su integridad en alguna grabación, ante las reacciones de ciertos propietarios: “En alguna ocasión he pensado que podía llevarme una hostia. Esta temporada nos ocurrió un caso: estaba metido en una cocina con muchísima tensión y una de las personas se puso muy fuera de lugar. Cuando me hablaba veía mucho odio en sus ojos, así que agarré los cuchillos que había en la barra y los escondí. Llevarme dos galletazos me asusta, pero una puñalada mucho más. Igual me excedí y nunca hubiera llegado a pasar, pero si no estaban ahí seguro que no pasaba”, ha contado.

Para el gran protagonista de Pesadilla, lo peor que se ha encontrado nunca es “el decaimiento, la dejadez y la falta de interés” de los propietarios de los restaurantes, a los que piden “que muestren los problemas tal y como son, porque si los maquillan o los ocultan, no sirve de nada”.

Aún así, su paso por las cocinas no es garantía de éxito, ya que a posteriori ya no depende del equipo de laSexta. “La función del programa es ofrecer las herramientas, el conocimiento y la oportunidad, pero nuestra responsabilidad no es lo que ocurra después de esto. Cada temporada lo vemos como la oportunidad de echar una mano a grupos de trabajadores que necesitan nuestra ayuda y nuestra intención es hacer un buen trabajo. Y estoy convencido de que lo hacemos”.

Los retos de la nueva temporada

En la octava temporada, los espectadores serán testigos de algunos de los escenarios más duros vividos en el programa porque, en esta nueva edición, Chicote tendrá que lidiar con la nefasta organización en muchos de los restaurantes, con el terrible carácter de algunos hosteleros y con platos de dudosa calidad y fatídica ejecución, razón por la que sacará su lado más perseverante y por la que no cejará en el empeño de hacer hasta lo imposible por salvar a los restaurantes para quienes ‘Pesadilla en la cocina’ es su última oportunidad.

Tampoco faltará la ya habitual suciedad mugrienta con capas de grasa acumuladas desde hace semanas, acompañadas por cucarachas y todo tipo de bichos que campan a sus anchas por más de un restaurante. Alberto Chicote hará acopio de buenas dosis de paciencia con dueños, camareros y cocineros hostiles, desorientados y desbordados por unas deudas que pueden llegar a hacer que sus negocios echen el cierre para siempre.

En la nueva edición, Alberto Chicote hará, por primera vez, una parada en el Camino de Santiago, en este caso para intentar darle un giro completo al rumbo de un hotel-restaurante ubicado en plena Vía de la Plata, un negocio que no funciona como debería por un jefe obsesionado con tenerlo todo bajo control y al que la tozudez le ha costado su matrimonio. 

También por primera vez, Pesadilla en la cocina tratará de ayudar en el mismo programa a dos restaurantes, dos locales cuyo dueño pasa de 0 a 100 en cuestión de segundos y que, pese a tener cinco negocios bajo su nombre, no consigue que le salgan las cuentas.

El programa intentará además salvar de la ruina a una taberna andaluza ubicada en el conocido barrio de la Macarena (Sevilla), regentada desde hace más de 40 años por dos mellizos, cuya situación económica les impide jubilarse y con un cocinero explosivo que se encarará en varias ocasiones con Alberto Chicote.

Estos son algunos de los ejemplos que se podrán ver en los nuevos episodios de Pesadilla en la cocina. Además, en esta temporada, problemas sociales como el desempleo, la jubilación o el maltrato, entre otros, serán tan protagonistas como los propios dueños y empleados y mantendrán los sentimientos a flor de piel a lo largo de toda la edición, que se sumarán a otras situaciones límite que el propio Alberto Chicote admite no haber vivido jamás.

 Diez años de 'Pesadilla en la cocina'

Fue en el año 2012 cuando Alberto Chicote se enfundaba por primera vez una de sus ya míticas chaquetillas y desde entonces, el chef y el equipo del programa han visitado casi un centenar de restaurantes, a los que han ayudado e intentado salvar de las situaciones más extremas con consejos gastronómicos, empresariales y personales.

El formato ha contado siempre con un gran seguimiento por parte de la audiencia, acumulando más de 37,2 millones de espectadores únicos en su historia. Su debut en octubre de 2012 es el 2º estreno histórico de entretenimiento más visto de la cadena (2.802.000 y 13,7%) tras el de El jefe infiltrado en abril de 2014 (2.970.000 y 14,6%). La media histórica del programa es del 10,9% y cerca de 2 millones de espectadores.

 

 

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