Opinión

'¿Quién educa a quién?', un buen ejemplo de televisión pública que se despide sin ser valorado

'¿Quién educa a quién?'

Marcos Méndez

La noche de este lunes 23 de noviembre supone un punto, veremos si y seguido o final, en las apuestas de prime time de TVE. Y es que la cadena pública emite el último capítulo de la primera temporada de su serie HIT (que aún no ha sido renovada) y con él la última entrega del espacio de debate ¿Quién educa a quién?.

Visto más ampliamente, La 1 dice adiós a una apuesta doble que ha sabido condensar la finalidad que se le pide a cualquier televisión pública. Y lo ha hecho además utilizando distintos recursos, siendo imaginativa: presentando desde la ficción y desarrollando en sus tramas distintos conflictos que giran en torno al mundo de la educación, y analizándolos después desde el debate con protagonistas, expertos y diferentes invitados.

Desde Vertele, al analizar los intentos infructuosos de TVE por salir de su crisis de audiencia, ya habíamos opinado que esta noche de los lunes era un buen ejemplo de por lo que debe apostar una televisión pública. Y no sólo por cumplir con su compromiso horario en el prime time, puesto que HIT acaba poco después de las 23:00 horas (mientras que ¿Quién educa a quién? llega hasta aproximadamente la 1:00). Sobre todo, por plantear debates desde una cadena estatal y pública de conflictos que deben tener más espacio mediático.

El rendimiento de una y otra apuesta, pese a emitirse en tándem, ha de evaluarse de distinta forma. Mientras HIT ha logrado ser la serie española con más espectadores de media (1,5 millones) hasta el regreso de La que se avecina en Telecinco, ¿Quién educa a quién? se ha conformado con datos en torno al 4%-5%, que realmente pueden considerarse insuficientes para una cadena que, incluso en crisis de audiencia, promedió un 8.9% en octubre y actualmente un 9.4% en noviembre.

A tenor de esos números, TVE puede ver con buenos ojos el renovar su aplaudida serie producida por Ganga. Pero al mismo tiempo puede cuestionarse si merece la pena seguir con su programa de debate a cargo de la misma productora. Y por esa razón, ¿Quién educa a quién? se convierte en otro ejemplo perfecto del debate más habitual en torno a La 1: ¿Debe priorizar la audiencia, o debe dar un servicio público? Es la eterna historia que, al mismo tiempo, sirve como arma arrojadiza para los detractores de la cadena pública (si no se logra audiencia), y como excusa a la propia TVE (justificando su baja audiencia en esa concepción de servicio público).

Lo ideal, por supuesto, es que un formato de servicio público sea además un éxito de audiencia. Pero lograrlo no es tan fácil. Y en este caso, TVE ha confiado en su apuesta emitiendo todos los debates asociados a la trama de la serie, a pesar de no estar contando con el respaldo de la audiencia.

Más de 50 expertos en 10 semanas para debatir de educación

Gracias a mantener esa apuesta, TVE empezó por acoger en ¿Quién educa a quién? un debate sobre la fragilidad de nuestro sistema educativo y las amenazas a las que se enfrenta, con expertos como el profesor y escritor Manuel Vilas, la secretaria técnica nacional de prevención de riesgos laborales en CSIF, Encarna Abascal; la presidenta de la Confederación Estatal de Asociaciones de estudiantes, Andrea Henry; la neurocientífica Mara Dierseen, y distintos alumnos, padres y madres.

Fue sólo la primera emisión de un recorrido que se ha alargado durante 10 semanas, tantas como capítulos de HIT y entregas del debate, y que también ha hecho que en TVE se analice los enfrentamientos de hijos contra padres, la percepción negativa mediante estereotipos que se tiene de los adolescentes, el acoso escolar, la percepción del sexo que tienen los jóvenes por culpa de Internet, las adicciones y el consumo de drogas y su comienzo, los tabúes de la educación y los adolescentes, los traumas en esta fase temprana del desarrollo, la importancia de las desigualdades en la formación, y en su última entrega de este lunes sobre la nueva Ley de Educación, recientemente votada en el Congreso.

Temas fundamentales, importantes por fondo y repercusiones, que TVE ha querido tratar con protagonistas directos como profesores o alumnos que padecieron cualquiera de las problemáticas tratadas, pero sobre todo más de 50 expertos como José Antonio Luengo, psicólogo y exdefensor del menor de la Comunidad de Madrid; la jueza de menores Reyes Martel; Gema García, de la Fiscalía de Menores; Ana Carballo, doctora en neurociencia; Tiina Mäkelä, doctora en ciencias de la educación en Finlandia para comparar sistemas; Milton Romaní, psicólogo y exsecretario de la Junta Nacional de Drogas del gobierno de Uruguay; Catalina Perazzo, directora de sensibilización y políticas de infancia de Save the Children; Carlos Sanguino, responsable de infancia de Amnistía Internacional; o Beatriz Martin, directora de FAD; entre muchos otros.

En su intento por acercarse a los jóvenes y dar un punto de vista más televisivo y de espectáculo, el programa también ha apostado por testimonios como los de Dakota, Nyno Vargas, Omar Montes, Nyno VargasOmar MontesBeatriz Luengo, o José Luis Gómez (conocido como 'Pepe el Marismeño'). E incluso con otros más criticados y censurables como Salvador Martí, al que TVE presentó como “policía local en Logroño, padre y presidente de la asociación Los niños intocables y muy crítico con la educación sexual en los colegios”, y que como podía esperarse mantuvo un discurso de LGTBfobia que supuso un ejemplo de “pluralidad” mal entendida por parte de la cadena pública. Excepción que ha de ser considerada como tal, visto el profundo esfuerzo de TVE por contar con voces realmente autorizadas que hayan supuesto ejemplos personales, o explicaciones de expertos.

Futuro en el aire, con valoración pendiente

El futuro de HIT parece más soleado que el de ¿Quién educa a quién?. Revisando sus audiencias, es comprensible que TVE pudiera apostar por seguir con su serie, pero no con su programa. Pero si la cadena entra en fase de replantearse la continuidad del debate, es justo reconocer su servicio público, y valorar (aunque no lo haya hecho la audiencia) lo que supone que tantos profesionales acreditados hayan analizado y debatido sobre asuntos tan trascendentales en el horario estelar de La 1.

Aún sin saber si la Corporación pública apostará por su continuidad, pueden plantearse alternativas como seguir emitiendo HIT en La 1 y al final de cada entrega invitar a sus espectadores a seguir el debate de ¿Quién educa a quién? en La 2, como TVE hace en ocasiones con Teledeporte. Una posibilidad que quizás supondría una reducción del presupuesto del programa, pero que encajaría en la filosofía de La 2, y que permitiría valorar una apuesta que no ha obtenido el reconocimiento de la audiencia, pese a ser un ejemplo perfecto de lo que se le pide a una televisión pública.

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