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Sandra Barneda: “Si tu hijo te dice que es homosexual no digas nada. Escúchale, infórmate”

Sandra Barneda: "Si tu hijo te dice que es homosexual no digas nada. Escúchale, infórmate"

Paula Hergar

Sandra Barneda fue la nueva aventurera que se atrevió a acompañar a Jesús Calleja en su “Planeta” de Cuatro.

La presentadora quiso superar su vértigo atravesando el el puente colgante más alto del mundo.

También aprovechó para hablar de otros “miedos” que había superado en su vida como el de ser “diferente” por su homosexualidad y enfrentarse a sus padres.

“No lo aceptaba, me costó mucho asumirlo”

Durante uno de sus descansos, Calleja preguntó a la periodista cuándo descubrió que era gay. Ella resopló y recordó el momento : “Creo que descubrirlo fue en la universidad pero ni me lo planteaba. No sabía lo que era la homosexualidad. Pero en la universidad me enamoré de una profe de radio, le escribí una carta, se la entregué y nunca hubo respuesta. Nunca más la volví a ver”.

Añadió que no fue un proceso fácil: “Cuando pasó eso pensé que tenía que descubrir si me gustaban las mujeres, no podía seguir mi vida así. Mi ex novio me presentó a una amiga que le gustaban las mujeres. Pero yo no lo aceptaba, me costó mucho asumirlo. Después nos hicimos amigas y me llevó a una fiesta de chicas y allí fue la primera vez que vi a dos mujeres besándose”.

Desde ese momento vivió una evolución: “Entonces fue todo un proceso porque lo asumí internamente pero el ser diferente cuesta”.

“La gente no es consciente de lo que marca”

Preguntada por el momento de la charla con sus padres: “Se lo dije a los 27 años y como a muchos les costó de asimilar. Me dijeron que ya se me pasaría, que era una fase. Yo les dije que si era una fase, mientras durara se estaban perdiendo a una hija porque lo único que cambia es a quién quiero”.

Lo más duro, según ella, fueron nueve meses en los que dejó de hablarles: “Mi madre me llamaba cada día y no lo cogía. Pero en el fondo la que no lo había encajado era yo y las demás personas me hacían de espejo. Fue terrible. Lo viví fatal. Me fui, les dejé una carta y les pedí que me respetaran. Llegaron las Navidades, llamé al timbre y vi a mi madre totalmente descolocada y mi padre no se pudo levantar de la emoción que tenía. Fue una de las conversaciones más bonitas que he tenido. Él me dijo, sin poder levantarse, que no me preocupara, que era el mejor regalo”.

Años después, ha sacado varias conclusiones de todo ello: “Una vez pasa todo, tus padres lo que quieren es verte feliz, que no te hagan daño. La familia es muy importante y cuando te rechaza te sientes muy mal. No tenía duda de que me querían pero a veces es difícil que la gente entienda que es una parida”.

Sobre la homosexualidad en la actualidad: “Todavía se sufre muchísimo y la gente no es consciente de lo que marca. Si hay padres que me estén viendo que se lo piensen antes de decir cualquier burrada porque son tus referentes. Escúchale en ese momento, no digas nada, tómate un tiempo pero escúcharle, infórmate. Porque tu hijo en ese momento está abierto en canal. Que mis padres me dieran las gracias porque era la mayor lección que les había dado ... eso es evolucionar”.

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