Rechazado

El Supremo considera un “experto” al profesor de 'Cifras y Letras' y rechaza su reclamación del canon como “actor”

Antonio Elegido, como "el profesor" de 'Cifras y letras'

Alberto Pozas

Durante una década, Antonio Elegido fue uno de los rostros más reconocibles de la televisión española. Encarnaba al “profesor” de aspecto bohemio de Cifras y Letras que revelaba a los concursantes las palabras que se escondían en el amasijo de letras que el programa les encargaba desentrañar. Años después del final del programa, el Tribunal Supremo ha zanjado una controversia laboral que enfrentaba a Elegido con la entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual AISGE: no puede ser considerado como un actor y, por tanto, no tiene derecho a cobrar una remuneración de esa entidad como él solicitaba.

Elegido participó en el programa entre 2002 y 2012, cuando Cifras y Letras se emitió en las televisiones públicas de Madrid, Galicia, Andalucía y Canarias. Su papel era supervisar las respuestas de los concursantes cuando tenían que buscar la palabra más larga posible entre nueve letras desordenadas. Y si no la encontraban, revelar la respuesta y explicar, con voz grave, el significado de la palabra.

Cuando acabó el programa, se afilió a Artistas, Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual (AISGE) y reclamó la remuneración que entendía que le correspondía por haber “actuado” durante 10 años y en base a lo que recoge la normativa de propiedad intelectual. AISGE se negó al entender que durante todos esos años no había actuado, sino que realmente había ejercido como experto en letras aunque siguiendo un guion cerrado.

El caso llegó a los tribunales y, en un primer momento, un juzgado de lo mercantil dio la razón a Elegido. Consideró que su trabajo en el programa debía ser asimilable al de un actor, ya que seguía instrucciones de la dirección del programa, no había espacio para la improvisación y en su contrato figuraba la concesión de sus derechos de imagen.

Fue la Audiencia de Madrid la que dio la razón a AISGE y entendió que “el profesor” de Cifras y Letras no era ningún actor y que no podía cobrar esa remuneración que solicitaba. Una decisión que acaba de confirmar el Tribunal Supremo en un auto de inadmisión de la sala de lo civil formado por Francisco Marín Castán, presidente de la institución.

La sala entiende que Antonio Elegido no ha justificado el interés que tiene llevar su caso hasta el Tribunal Supremo, sin aportar por ejemplo otras sentencias contradictorias o explicar lo suficiente por qué era necesario sentar jurisprudencia sobre este asunto. Eso da firmeza a resolución de la Audiencia de Madrid que en noviembre de 2020 dejó por escrito que no era actor.

Un guion no convierte en actor

El tribunal territorial madrileño analizó el papel que “el profesor” había cumplido como experto en Cifras y Letras durante diez años en antena. El hecho de haber seguido un guion, dijeron los jueces, no le transformaba en actor: “La existencia de un guion del programa no convierte en artistas a todos los que intervienen”, dijo esa sentencia.

Antonio Elegido no estaba actuando. “Se muestra a sí mismo como un experto en letras y el que actúa como tal de forma natural, como si los diálogos realizados fueran manifestaciones propias espontáneas y no obra de un guion”, dijo la Audiencia de Madrid.

Que su contrato con la productora Vamos a Ver Televisión SL incluyera una cesión de los derechos de imagen tampoco le convierte en actor o artista a esos efectos. “Se trata de una cláusula de salvaguardia que trata de salir al paso de posibles reclamaciones”.

El juicio se transformó en un desfile de las caras visibles e invisibles que durante años hicieron posible un programa que llegó a duplicar la audiencia del resto de la parrilla de Telemadrid. Una de sus compañeras en el programa, que ejerció de experta en cifras en la misma mesa, explicó que ella también había reclamado sin éxito ser considerada actriz por AISGE.

La directora y guionista del programa también compareció ante el juzgado para explicar cómo fue el casting para encontrar a un “profesor” experto en letras: “Debía responder a la idea de un maestro bohemio, antiguo, clásico y versado en letras”. Elegido fue el elegido porque, según explicó, “reunía esas características”.

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