Análisis

'La última tentación', entre lo predecible y los giros de guion para adaptarse a sus personajes

'La última tentación', entre lo predecible y los giros de guion para adaptarse a sus personajes

Laura Pérez

En las tres semanas de emisión de La última tentación, los espectadores del reality de Telecinco han tenido más de un déjà vu que no ha cogido a nadie por sorpresa. Que Fani haya sido infiel a Christofer con Julián, o que Andrea olvidara que iba al programa con pareja en el instante en que pisó la arena de las playas de República Dominicana era algo con lo que tanto el programa como la audiencia contaban. Dos situaciones previsibles que han marcado el desarrollo de las primeras entregas y que, pese a lo repetitivo de sus historias, están dejando lugar a más de un giro de guion.

Para este nuevo formato, la primera secuela internacional de la marca La isla de las tentaciones que ha triunfado en sus tres primeras ediciones en España, Mediaset y Cuarzo TV (Banijay) apostaron por llevar de nuevo al paraíso a varios de los rostros que más dieron que hablar en sus respectivas experiencias. Cinco parejas, y unas cuantas cuentas pendientes, entre las que desde el principio sobresalieron nombres como el de las arriba mencionadas y por extensión el siempre sufridor Christofer, que para sorpresa de nadie están siendo, a la postre, los grandes protagonistas del programa.

Bastaron apenas unos minutos en Villa Playa separadas de sus parejas para que Fani y Andrea demostraran que llegaban a este spin-off totalmente entregadas a la causa. La primera dejó ver que sus asperezas con Julián iban a limarse más pronto que tarde y la segunda, que de su hoguera con Óscar todavía había cenizas prendidas. Sin embargo, cada una de ellas ha sabido controlar los tiempos para que de los escasos días de grabación -muchos menos que una edición habitual de La isla, que se alarga alrededor de 24 jornadas- den material para nutrir las entregas de un reality que el miércoles pasado se convirtió en el primero de su género que supera este curso la barrera de los 2 millones en Mediaset.

De lo predecible...

La primera en cumplir lo predecible fue Andrea, que tras ser infiel a Ismael con Óscar en la primera edición, y conquistar a Cristian como soltera en la segunda, volvía al paraíso con novio desconocido y con muchas cuentas pendientes. Con el malagueño, con quien mantuvo una relación fuera del reality, fue con el primero con el que acercó posturas, pero la entrada de Manuel solo una semana después de tener un desliz en Ibiza cambió las tornas a su favor.

No han hecho falta ni citas ni hogueras para que la bautizada como 'la princesa de la isla' haya caído en la tentación. Sí ha tenido imágenes su pareja Roberto, que al igual que la audiencia veía venir de lejos que el patrón se repetiría con alguno de los viejos conocidos. Una vez dado el paso con 'Manu', está por ver qué papel juega Óscar y también el recién entrado Cristian, cuyo objetivo en este reality está fijado en su ex.

Predecible para todos, menos para Christofer, era que su ¡Estefanía! iba a volver a quemarse y a encender las mejillas de su pareja, que está ya más quemado que Rosito en la hoguera. A falta de Rubén, su eterna cuenta pendiente, bueno ha sido Julián, que ha asumido el mismo papel que su compañero de edición para convertirse en un apoyo de Fani en las fiestas y en la piscina, donde acabó surgiendo lo que la audiencia imaginaba desde el día uno.

En el sector masculino a quien se veía venir era a Manuel, que después de batir el récord del programa siendo infiel a Lucía con dos chicas en la misma noche, entraba en La última tentación sin pareja y con muchas ganas de mantener encendido el candelero. Con Fani, Mayka, Marina, Marta y Andrea en la villa el tiro apuntó a la última, con la que había iniciado algo solo una semana antes de coincidir en República Dominicana.

...a los giros de guion

De esa subtrama que ha prendido la acción en Villa Playa se enteraron los responsables del reality, dicen, una vez iniciadas las grabaciones. Una sorpresa, como otras tantas que se han ido e irán sucediendo, que les ha permitido introducir giros para mantener vivas la historias.

Al tratarse de un formato nuevo y propio, desde guion han tenido la opción de ir moldeando la dinámica de La última tentación en base al comportamiento de los protagonistas para explotar todo el potencial de las tramas. Los emocionales cara a cara entre participantes y cuentas pendientes con los que se inició este spin-off han desaparecido en la segunda y tercera entrega pese a la entrada de nuevos 'ex'. Y en montaje, los anunciados Círculos de fuego, la gran novedad de esta vuelta de tuerca, se han reducido para quedar el grueso de encuentros relegados a los debates.

En su lugar, sí está teniendo peso el contenido de las fiestas, que como en las ediciones clásicas de La isla de las tentaciones son el detonador de todos los grandes giros. Y a falta de más acción, el programa sacó la semana pasada uno de los 'ases' que guardaba bajo la manga: el intercambio de villa. Con las tramas de algunos participantes ya exprimidas, este cambio en la dinámica ha permitido al reality 'aislar' a protagonistas como Isaac y Mayka para 'provocar' un acercamiento del que ya hemos visto algún vistazo en el avance del programa 4.

Pero para giro, lo ocurrido tras la infidelidad de Fani. Que iba a caer en la tentación no ha sido una sorpresa, pero sí su arrepentimiento después de repetirse la historia. A diferencia de lo que pasó en la primera edición, donde llevó hasta el final lo suyo con Rubén, el beso acuático con Julián le ha hecho darse cuenta de que no quiere hacer sufrir a Christofer y ha pedido hablar con él. Así ha vuelto una puesta en escena clave de La isla de las tentaciones, la hoguera de confrontación, cuyo resultado lo veremos en el programa de este miércoles 6 de octubre.

También ha llamado la atención la reacción de él, que ha sacado por primera vez el genio y en vez de hundirse, ha mostrado que tiene sangre en las venas. Falta que confirme ese gran cambio ante el fuego y ante Fani, a la que todavía no ha visto besar a otro hombre en la piscina.

Las audiencias, por debajo de lo esperado

Ese tercer programa, en el que se jugó con la posibilidad de que Christofer no aceptase la invitación a una hoguera de confrontación, es el más visto hasta la fecha (2.073.000 espectadores, con un 17.8% de cuota) de una secuela que no está rindiendo al mismo nivel en audiencias que las tres ediciones de La isla de las tentaciones.

Habrá momento, una vez se aproxime el final de la temporada, de hacer balance y analizar los datos de La última tentación, pero lo cierto es que por ahora está lejos de las súper cifras que ha registrado el formato original en la TV española. Éste arrasó con la primera (24.1% y 3.026.000), la segunda (22.5% y 2.875.000) y la tercera (26.3% y 3.114.000) temporada, mientras que el spin-off por ahora tiene una media de 16.6% de cuota y 1.921.000 espectadores en tres entregas.

Ocurrido lo previsible, y con muchas vueltas aún por delante, La última tentación tiene posibilidades de iniciar una tendencia ascendente que le permita completar su primera andadura en Telecinco con una buena media de público y share. A día de hoy es el reality más visto de lo que llevamos de temporada en Mediaset, por lo que aunque esté rindiendo por debajo de lo esperado, da motivos a la cadena para ser optimista.

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