Análisis Vertele

Valentina Monetta, la concursante eterna en Eurovisión

Valentina Monetta, la concursante eterna en Eurovisión

Por Alberto Rodríguez

Una edición más, la Radio Televisión Pública de San Marino (RTV) ha depositado su confianza en Valentina Monetta para representar a la República en el Festival de Eurovisión. La veterana cantante vuelve a probar suerte en el certamen, pero en esta ocasión la responsabilidad no recae sólo sobre ella: el artista Jimmie Wilson la acompaña en esta propuesta disco con arreglos electrónicos bautizada como ‘Spirit of the night’ (El espíritu de la noche).

En el vídeo oficial podemos ver a la pareja de artistas bailando en una especie de club nocturno que contribuye al refuerzo del mensaje de la canción. Esta dinámica se aleja del estilo de las apariciones previas de Valentina en el festival. El baile discotequero de este año no tiene nada que ver con las últimas puestas en escena de la artista, en las que ésta tenía un papel más solemne.

A la caza del pase a la final

En su debut de 2012, en Bakú (Azerbaijan), la intérprete intentó captar el interés del público con una canción desenfadada que criticaba la forma en la que las redes sociales habían absorbido a millones de personas en todo el mundo. ‘The Social Network song’ mencionaba en su estribillo a la famosa red social creada por Mark Zuckerberg, ‘Facebook’, y sus responsables obligaron a suprimir el nombre de la marca de la letra por un inocente ‘hello’. A pesar del ligero revuelo generado por esta polémica, la candidata no pasó de semifinales.

Viendo que lo cómico no surtió efecto, en 2013 decide reinventarse y tomarse más en serio el festival. ‘Crisalide’ (Crisálida) fue la balada que presentó en el escenario de Malmö (Suecia), en el que Valentina cantó en italiano enfundada en una túnica vaporosa como si fuera a echar a volar en cualquier momento. Este número tampoco convenció al público.

Tras dos pinchazos, Valentina volvió a la carga una vez más con la canción ‘Maybe’. Retornó al inglés como vehículo conductor de su mensaje y, por fin, consiguió el tan ansiado pase a la final. Ciertamente ésta era la mejor de las canciones que había presentado hasta ese momento en el festival, vocal y musicalmente. Sin embargo, la candidata sanmarinense tuvo que conformarse con quedar en un insulso penúltimo lugar en Copenhague.

Y al parecer, las casas de apuestas auguran un puesto similar para Valentina en Kiev. Pero está comprobado que a la televisión pública de su país no le afectan estos resultados negativos. Mientras que el ente siga confiando en Valentina sólo nos queda preguntarnos si será ésta su última intervención en Eurovisión.

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