Ven a cenar conmigo cambia su mecánica con la llegada del “voto del arrepentimiento”
La Navidad regalará un cambio de mecánica a 'Ven a cenar conmigo'. A partir del próximo lunes, 25 de diciembre, el programa de Cuatro introducirá “pequeñas modificaciones en su dinámica de votaciones” con el objetivo de generar “una disputada carrera hasta el final de la última cena”.
Tal y como informa el formato en una nota, los concursantes podrán recurrir desde la próxima semana al 'voto del arrepentimiento'. Es decir, “antes de conocer al ganador, cada uno de los cinco concursantes podrán replantearse uno de sus veredictos y ajustarlo a sus nuevas impresiones”.
“Así, cenas que en un principio se valoraron de 10 y que terminaron siendo eclipsadas en las siguientes veladas, pueden encontrarse en dificultades en esta fase final. O por el contrario, primeras votaciones catastróficas que condenaron a resultados muy bajos pueden ser redimidas en el último momento después de cinco noches de risas y amistad”.
'Ven a cenar conmigo' aclara que esta nuevo recurso “solo podrá ser utilizado para modificar una única puntuación y su uso, libre y voluntario, se producirá siempre antes de conocer al ganador semanal”. De esta forma, “hasta la última cena nada estará decidido” en el programa que narrado por Luis Larrodera.
Cinco madrileños para despedir el 2017
La semana de Fin de Año, ‘Ven a cenar conmigo’ recala en la capital, con todos sus comensales listos para tomarse las uvas de la suerte, a ver si en esta ocasión vienen precedidas de 3.000 euros de premio. Javier, de 43 años, será el primer anfitrión. Muy educado y correcto, no cederá ante las extravagancias de Carolina, segunda concursante y experta en ‘reventar’ cenas.
En el polo opuesto está Carlota, discreta, recatada y poco amiga de las polémicas. Su falta de aspiraciones será su mejor arma para alcanzar el liderazgo. Patricia, cuarta anfitriona, será mucho más extrovertida y simpática. Ella será la principal abanderada contra Carolina. Luis, último participante de la semana, sueña con ser multimillonario. 3.000 euros le parecen un buen pellizco para comenzar.
