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Los vídeos de las dos historias de amistad que han emocionado en los Juegos Olímpicos de Tokyo

Yulimar Rojas, Ana Peleteiro, Gianmarco Tamberi y Mutaz Essa Barshim

Redacción

La jornada de atletismo de este domingo 1 de agosto en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 pasó a la historia por lo que se vivió en dos horas de competición y en dos concursos concretos: el triple salto femenino y el salto de altura masculino. Y no sólo por los éxitos deportivos.

En el triple salto femenino, la gran protagonista fue la venezolana Yulimar Rojas, que ganó el oro y además batió el récord del mundo. El bronce fue para la española Ana Peleteiro, que además batió por dos veces el récord de España. Y ha emocionado su forma de celebrarlo.

Ambas entrenan juntas a las órdenes del mítico Iván Pedroso, y mantienen una amistad que se hizo patente en la misma final, cuando Peleteiro animó con sonoros “mételo” cuando Rojas realizaba el triple salto que le dio el récord del mundo, y ambas se volvían locas de alegría para celebrarlo juntas. Tras ello, también se han lanzado halagos y reconocido que entrenar juntas las ha hecho alcanzar sus metas.

A la vez, y a pocos metros del foso de triple, el salto de altura masculino alcanzaba un altísimo nivel con varios participantes superando los 2'37 metros. Pero ninguno logró rebasar el siguiente listón de los 2'39, lo que dio lugar a que una historia de amistad pusiese la guinda al pastel: la del italiano Gianmarco Tamberi y el qatarí Mutaz Essa Barshim.

En el año 2018, Tamberi escribió un artículo titulado “Mi amigo Mutaz” en el que explicaba su gran amistad con el que era su gran rival por las medallas. Fue después de que en el año 2016 el italiano sufriese una grave lesión que le privó de participar en los JJ.OO. de Río, y el qatarí le apoyase en su recuperación. De hecho, como amuleto, Tamberi se llevó a Tokyo la escayola que tuvo que usar esa época.

Este domingo, ambos llegaron a la final del salto de altura como favoritos, y cumplieron las expectativas con un concurso calcado que hizo que los jueces les ofrecieran desempatar, o bien concederles dos oros. Y su reacción no se hizo esperar:

Aunque la decisión de los jueces ha generado también críticas, puesto que dos atletas no compartían oro desde el año 1912 y muchos consideran que deberían haber desempatado, la amistad entre ambos ha acabado convirtiéndose en uno de los iconos de estos Juegos Olímpicos.

La han refrendado este lunes, en la entrega de medallas, cuando se han colgado el uno al otro su respectiva medalla de oro, compartiendo el primer escalón del podio y mientras se abrazaban:

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