La caída de un mito

Escribo esta entrada con cierto pesar. Mi pasatiempo de fin de semana, mi conversación de lunes, y un buen ejemplo de espectáculo televisivo, muere por momentos. La octava edición de 'X factor' encara renqueante sus semanas ante una audiencia que no encuentra motivación alguna para elegir ver ITV1 las noches del sábado y del domingo. Por resumir: este año 'X Factor' aburre soberanamente.

Me recuerda a lo que pasó con la segunda temporada de nuestro 'Factor X', aquella con Miqui Puig, Eva Perales y Jorge Flo. En ese entonces tuve la sensación de que un mal casting de concursantes se había cargado el formato. Y ahora siento lo mismo: habrá buenas voces pero el factor X no lo veo por ningún lado.

Del jurado no diría lo mismo. Es más, no se nota la ausencia del creador de la franquicia, Simon Cowell, que anda en Estados Unidos con la versión americana; que por cierto tampoco está funcionando según lo previsto. Tampoco se echa de menos a la musa británica, Cheryl Cole, ni a la imperturbable Dannii Minogue. Sus nuevos componentes, Tulisa Contostavlos, Kelly Rowland y el guapo Gary Barlow, así como el único que repite, Louis Walsh, cumplen con creces en su cometido de valorar, aleccionar y emocionarse con los candidatos a ganar un contrato discográfico millonario.

Para los de ciencias, daré cifras. La audiencia media de la gala del sábado pasado fue de 11.4 millones de espectadores, lo que significa 2 millones menos que los que tuvo la misma gala en 2010. Una tendencia que confirmaba lo que había ocurrido también en el primer programa, donde tuvo 10.4 millones de espectadores frente a los 12.2 millones del pasado año.

Ahora bien, si miramos los datos de los castings previos a las galas, vemos que en ocasiones los datos de este año superaban incluso a los del año pasado. Es decir, que al comienzo del proceso hubo interés, pero una vez comenzadas las galas en directo ese interés desapareció. ¿Quizá tras conocer a los concursantes?

Pues puede, mi teoría se confirmaría si la leyenda que dice que también ha habido una bajada considerable de los votos telefónicos es cierta. Y aunque no hay dato oficial la lógica dice que sí.

“¡Hay que frenar esto!”, habrá pensado Simon Cowell, de ahí que la propia web del programa sacara una noticia en la que un amigo de Cowell aseguraba que el productor está encantado con cómo está yendo el programa y que incluso ya ha mostrado interés en uno de los concursantes…

No me lo creo, pero anyway, seguiré viéndolo. Aunque sea en espera de que el juez Barlow se suba al escenario y desde ahí les juzgue a todos.

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