Análisis

Atresmedia, de desatar la 'fiebre turca' a intentar iniciar el fenómeno coreano

'Pecado original' y Saimdang'

Lorenzo Ayuso

El primer drama coreano que se emitirá en abierto en España llega a Nova”. Así promociona Atresmedia la llegada a su canal temático de Saimdang: diario de la luz, una superproducción procedente de Corea del Sur que estaba ya disponible en el catálogo de Atresplayer Premium y que este lunes 24 de abril salta al abierto con expectativas más que evidentes por cumplir.

Fue hace cinco años ya, allá por 2018, cuando Atresmedia decidió apostar por exportar ficción desde Turquía, tomando Nova como puerto de escala para ese progresivo desembarco: a partir de esa estancia en la cadena secundaria, saltó a Antena 3, donde cada nuevo lanzamiento adquirió categoría de evento. Con la parrilla del canal líder de la televisión actual copada por productos con esta denominación -tres actualmente en programación-, ahora prueban suerte con otro mercado en auge: el de Corea del Sur. Saimdang: diario de la luz, de hecho, llega con el reclamo de haberse vendido a países como China, Japón, Malasia, Estados Unidos, Filipinas y Tailandia, antes de llegar a España. El objetivo es claro: abrir una nueva fuente de contenidos.

Las series turcas, un riesgo que se tornó en tendencia

Pongamos en antecedentes y establezcamos el referente. Fue el 8 de enero de 2018 cuando esta suerte de “invasión” otomana inició la primera fase de su operación en la televisión patrocinada por Atresmedia. Aquella fue la jornada en la que que Nova estrenó Fatmagül, la serie que rompió todos los récords de audiencia de Nova y cambió el panorama de todas las cadenas temáticas.

Durante los dos años siguientes, los títulos turcos no solo trufaron la programación del canal, sino que en ese lapso de tiempo asistimos a la competencia por parte de Mediaset, que logró hacerse con un producto de gran impacto creado también a orillas del Bósforo, Erkenci Kus, protagonizada por Can Yaman. El fenómeno en torno al apuesto intérprete supuso un tanto para Telecinco, sin duda. Sin embargo, la apuesta de Atresmedia, a la postre pionera, se fraguó con una visión a largo plazo que permitió no solo sostenerla, convirtiendo las telenovelas turcas en pilar de la parrilla de su canal femenino, sino en ampliarla.

Teníamos mucho que perder, porque ya éramos líderes temáticos”. Así hablaba José Antonio Antón, entonces director de programación y negocio digital de Atresmedia y ahora director de contenidos del grupo, durante el viaje de 2019 que la compañía programó a Estambul para presentar la nueva remesa de producciones que habían adquirido en su catálogo. Contaban que fue Charo Calvo, la responsable de selección de producto seriado en Atresmedia, quien animó a correr el riesgo con la mencionada Fatmagül, y que apenas un día después del estreno, viendo la acogida, comenzaron a abrir negociaciones para cerrar acuerdos y añadir más series a su cartera. MadreSilaAmor de contrabando y El secreto de Feriha fueron las más exitosas en su día.

Precisamente una de las ficciones cuya compra se oficializó durante esa gira fue Mujer, la que terminaría de cambiar el panorama. A comienzos de julio de 2020, poco después de haber salido del confinamiento de la pandemia de la Covid-19, Antena 3 sorprendía al programar su lanzamiento en el prime time del martes. Se trataba de un test, claro: coincidía en una etapa de menor consumo televisivo, y en el peor de los casos permitiría dar un espaldarazo a la producción de cara a instalarse en Nova. Pero ese cambio de cadena nunca ocurrió: la protagonizada por Özge Özpirinçci acabó convertida en imprescindible de la programación del canal durante las 55 semanas que se mantuvo en emisión.

La estrategia de programación ya evidenció el peso que iba tomando este producto, casi convertido en subgénero: Mujer llegó a duplicar (lunes y martes) e incluso triplicar sus días de emisión (miércoles), y tan solo vio sus datos ligeramente afectados al coincidir con fenómenos puntuales como la docuserie Rocío. Contar la verdad para seguir viva y la Eurocopa. Solo hay que fijarse en los registros numéricos de sus tres temporadas: 15.8% de share y 1,7 millones de seguidores de la primera; 18% y 2,2 millones en la segunda; y 16,2% y 1,9 millones en la última.

De la implantación a la adaptación

Para cuando terminó Mujer, el 28 de julio de 2021, ya había otras tres ficciones más ocupando huecos claves en la escaleta semanal. Dos en horario estelar, Mi hija (domingo), Inocentes (que tomó el relevo de Mujer en la noche de lunes y martes, compartiendo con aquella sus primeras noches para favorecer el enganche) y una en la tarde, Tierra amarga. Esta última iniciaría la siguiente fase de la operación: su consolidación en la tarde sería crucial para el progresivo decaimiento de Sálvame en la tarde, parejo a la crisis de resultados de Telecinco que aún dura.

En los últimos dos años habrán de añadirse otras cuatro series turcas a la programación de Antena 3, que han mantenido el tipo con igual solvencia: Infiel, HermanosSecretos de familia y Pecado original, que ha tomado el relevo de Tierra amarga, tras llegar a su fin, en horario de tarde. Pero a estas alturas, la tendencia no se restringe a la emisión de series, sino que incide sobre la producción propia de Atresmedia.

Una vez más, volvamos atrás en el tiempo: en febrero de este 2019, Atresmedia anunció oficialmente que aprobaba la adaptación española de Fatmagül, la ficción que lo empezó todo. Antón aseguraba entonces que el movimiento “tenía todo el sentido”, aludiendo al potencial dramático de la serie. Ya entonces avanzaban, con el proyecto en fase terminal, la opción de adaptar más ficciones e incluso de “coproducir”.

Esa vía, por el momento no se ha explorado, pero lo cierto es que hasta la fecha han visto la luz dos adaptaciones españolas con base turca. Alba, la consabida españolización de Fatmagül a cargo de Carlos Martín e Ignasi Rubio, fue la primera, y lo hizo con un rendimiento más que notable tanto en su emisión en abierto (un año después de su estreno en Atresplayer Premium), liderando en nueve de sus trece noches; como en su explotación en Netflix, alzándose como una de las ficciones españolas con mejor pegada.

A la segunda la acabamos de recibir en la programación: se trata de Heridas, una adaptación de Madre (a su vez basada en la japonesa Mother) protagonizada por Adriana Ugarte y María León. Su estreno, además, tenía especial valor, pues llegaba tras un año de sequía de series originales en prime time (la última fue, precisamente, Alba). Prueba también de la relevancia de esta clase de propuestas es que Atresmedia haya confiado en ella como su oferta de garantías para hacer frente a Supervivientes: aunque a amplia distancia en sus primeras dos semanas, parece afianzarse en la segunda posición de una noche que de forma tradicional tiene un dueño claro con domicilio en Honduras.

Heridas, por otro lado, permite intuir los desafíos de adaptar historias cuyos tropos e intensidad dramática quedan fuera de lo que se consideraría convencional. O al menos identificable con lo autóctono. En cualquier caso, su emisión es la consecuencia de todo un proceso a largo plazo, que ahora inevitablemente se puede tomar como medida.

Construir programación en torno a K-Dramas

Con su apuesta por la ficción surcoreana, Atresmedia demuestra estar atenta a las tendencias de consumo internacional y en su empeño por convertirse una vez más en trendsetter o generadora de tendencias empresarial en materia de ficción (podemos decir que lo ha sido con las series del sello Atresmedia, por su trascendencia internacional; como por su apuesta por lo turco, como alimento básico de la programación generalista). No queda tan lejano el fenómeno que supuso El juego del calamar a nivel global, cuyo estreno en Netflix, algo más de un año después del éxito simbólico de Parásitos en los Oscar 2020, sirvió para colocar a Corea del Sur en la primera línea del audiovisual.

Por supuesto, ese interés es acumulativo en el tiempo (directores como el propio Bong Joon-ho, Park Chan-wook, Kim Ji-woon o Lee Chang-dong han ido acrecentando el interés durante las últimas dos décadas), pero la serie de Hwang Dong-hyuk ha puesto de manifiesto el interés en materia televisiva como nunca antes, y ha favorecido la visibilidad de esta ola hallyu, como conocen en Corea la ola de popularidad de lo coreano, iniciada a finales de los noventa y desarrollada en paralelo al del K-Pop a nivel musical. Así, hasta hacer popular el término de los K-Dramas.

El Gobierno coreano considera que la industria del entretenimiento y los medios de comunicación es un motor clave para la futura economía nacional”, comentaban desde el Centro Cultural de Corea en declaraciones a elDiario.es. Economía a la que han contribuido de forma especial plataformas como Netflix, que entre 2015 y 2020 desembolsó 700 millones de dólares en filmes y series, de acuerdo a los datos que desde la institución facilitaban: El amor es como el chachachá, Estamos muertos, Mi nombreEl afecto del rey, Hellbound o El mar de la tranquilidad son algunos de los ejemplos más destacados de la plataforma de la N roja, con alta efectividad en públicos globales como se atestigua en los rankings de horas de visionado de que dispone la plataforma.

Otras plataformas como Disney+ o Apple TV+ también han potenciado la apuesta en fechas recientes, lo que es otro hecho que apoya la apuesta actual de Atresmedia. Aunque también habría de serlo el interés por establecer una doble vía de explotación: no en vano, uno de los títulos más eficaces de la televisión estadounidense, The Good Doctor, es una adaptación de la coreana Gut dakteo; y La casa de papel, nuestra serie de mayor éxito a nivel global, sigue viva a través de su propia adaptación a la idiosincrasia del país asiático.

Saimdang: diario de luz es solo un primer paso. El estudio del impacto del producto turco abarca cinco años. Por el camino, otros intentos por crear tendencias, como la del interés renovado por la telenovela latina en TVE y Telecinco, no cuajó, como comprobamos durante 2022. En todo caso, Atresmedia parece haber estudiado bien el panorama, y sobre todo, experiencia y tiempo, el que le permite su actual situación de liderazgo.

Así es 'Saimdang: diario de luz'

La historia de de Saimdang: diario de luz arranca en el presente, con Seo Ji-Yon como protagonista. Ella es una joven profesora de Arte en la Universidad de Seúl. Le acaban de pedir que certifique la autoría de un cuadro muy antiguo, determinante para su futura carrera profesional. Su marido es un hombre de éxito y vive con su pequeño hijo y su suegra en un lujoso barrio de la ciudad. Cuando le surgen las dudas acerca del cuadro, su vida empieza a desmoronarse. Su jefe la expulsa de la Universidad y su marido la abandona, huyendo del país acusado de estafa.

En un viaje a Italia Seo Ji-Yon descubre en un palacete un diario muy antiguo y el retrato de una bella mujer, con quien guarda un parecido asombroso, llamada Saimdang, lo que le ayudará a confirmar las dudas sobre el famoso cuadro. A partir de ese momento emprenderá una carrera por recuperar su prestigio y, con ello, su vida.

Así, la serie salta 500 años atrás, a la época de la Dinastía Joseon, para introducirnos a Saimdang, un jovencita y prometedora pintora, hija de un alto funcionario del Rey conoce al príncipe Lee Gyeom, aficionado a la pintura, e inmediatamente se enamoran, y contra la opinión de ambas familias, Lee Gyeom pide la mano de Saimdang.

Son tiempos convulsos en la corte. El Rey, paranoico y descentrado, ejecuta al padre de Saimdang y obliga a la joven a casarse con un insulso funcionario sin futuro, lo que provoca la huida sin consuelo de Lee Gyeom. Veinte años más tarde, Saimdang, convertida en madre de cuatro hijos y sumida en un matrimonio infeliz y en una situación de pobreza, se reencuentra con Lee Gyeon. Él no se ha casado, a pesar de las presiones de la familia real, porque nunca ha podido olvidar a su gran amor. Un amor correspondido pero imposible y que sólo podrán vivir platónicamente. En la distancia, Lee Gyeom vivirá para amar y proteger a Saimdang y a su familia.

Para sobrevivir a la difícil situación financiera que atraviesa la familia, Saimdang, decide abrir una fábrica de papel de alta calidad, cuya formula ancestral ha desaparecido, haciendo participe del Proyecto a sus vecinos más pobres con la promesa de repartir los beneficios.

Tras el éxito de Saimdang y con una situación financiera muy favorable, ella vuelve a retomar su amor por la pintura, lo que despertará la envidia y la desconfianza en la Corte. Saimdang se va una temporada a las montañas porque desde niña quiere pintarlas, sin saber que su vida y la de Lee Gyeom corren peligro. Allí, en la intímidad y con la naturaleza como testigo, se confiesan amor eterno.

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