Aviso: Spoilers

'Dexter: New Blood' cierra con el final que merecía y redime a su creador

Dexter: New Blood

Marcos Méndez

Hace ocho años, la serie Dexter dijo adiós con un final que levantó ampollas entre sus seguidores más acérrimos. Hay ficciones que se quedan “abiertas”, pero en su caso fue considerado casi una traición, porque de esa manera uno de los asesinos en serie más famosos de la historia de la televisión quedaba perdido, sin el desenlace que en realidad se merecía ya que la cadena Showtime impuso el final a sus guionistas.

Por eso su creador y showrunner, Clyde Phillips, confesó que Dexter: New blood era “una nueva oportunidad para hacerlo bien”. Y lo ha hecho. El regreso de la serie ya presagiaba por dónde podía tirar desde su título, con esa “sangre nueva”, pero tras dos meses de emisión semanal descubriendo la vida del nuevo James Lindsay, y poder reencontrarnos con el verdadero Dexter Morgan, la ficción ha puesto punto final con el desenlace que se le reclamaba, y dejando las puertas abiertas.

(Aviso: Spoilers) Así acaba 'Dexter: New Blood'

Después de que Kurt Caldwell (Clancy Brown, que ha sido un completo acierto como villano a la altura de Trinity) redujese a cenizas su cabaña, hay un momento del capítulo final en el que Dexter le dice a su novia Ángela (Julia Jones) que él es como el Ave Fénix, sin saber que esas cenizas acaban siendo su perdición. Entre ellas, la jefa de policía encuentra el tornillo de titanio de una operación, mismo objeto que delató a Dexter e hizo que Kurt fuese a por él por haber matado a su hijo.

Para Dexter, ya no vuelve a ser Ángela. Porque la jefa Bishop, que ya había descubierto la verdadera identidad de su pareja y también había reunido pruebas para convencerse de que era El carnicero de la Bahía, toma la decisión de detenerlo con ayuda de su compañero, el agente Logan. Y de pasar del amor al odio más intenso, lanzándose a por él con todo en la comisaría: le avisa de que le va a acusar del asesinato de Kurt Caldwell, que irá a juicio, y le muestra pruebas de que él se hacía con ketamina para pinchar a sus víctimas.

Dexter no se descompone. Tranquilo al ver que su hijo Harrison (Jack Alcott) no está en el radar de las sospechas, se autoconvence de que la prioridad es poder rehacer su vida con la ilusión de enseñarle el código y reprimir juntos a su “pasajero oscuro”. Para ello, primero juega la baza de montar otra versión, que por las imprecisiones de la jefa Bishop tiene incluso más sentido hasta para el agente Logan. Parece que, pese a todo, Dexter puede volver a salirse con la suya.

Pero una llamada lo cambia todo. Convencida de su intuición, Bishop llama a Batista, el que fuera jefe de Dexter en Miami y al que ella conoció en un simposio e intercambiaron números. Le pregunta si había alguna otra teoría sobre quién era el Carnicero de la Bahía, más allá del sargento Oakes, y Batista le reconoce que su ex María Laguerta siempre pensó que era Dexter Morgan, pero que éste había fallecido hace años. Es entonces cuando Ángela manda una foto personal de ella con Dexter y le comunica que fue tomada hace dos meses. Sin poder creerlo, Batista saca de un cajón los papeles del caso Laguerta, demostrando que en realidad nunca lo había cerrado tras su muerte, y le anuncia que inicia camino y al día siguiente estará en Iron Lake.

Pero el reencuentro no llega a producirse, y de hecho Batista no vuelve a salir en el capítulo. Porque cuando la jefa Bishop le comunica a Dexter que está de camino su exjefe, su cara y su actitud cambian y sabe que está acorralado. Por eso, a la desesperada, intenta convencer a Ángela de que el asesino no es él, sino Kurt Caldwell: le dice que vaya a la cabaña y busque el escondite en el que mantiene a decenas de jóvenes momificadas, las mismas que la jefa Bishop buscaba desde hacía 25 años. Ella va, y efectivamente encuentra ese horror. Rápidamente avisa a sus compañeros, primero a Logan... sin respuesta. Luego a Teddy, que se ocupa de avisar al FBI, al CSI y a todos los refuerzos posibles.

Mientras, Dexter está en el calabozo de la comisaría, sólo custodiado por Logan. Desesperado, le atrae a su celda y le golpea, resultando un forcejeo en el que Dexter mata al agente. Ya no hay vuelta atrás. Llama a su hijo Harrison, que está acostado con la hija de su novia, Audrey, y le dice que deben irse inmediatamente y que quedarán en el bosque. Allí se reencuentran, pero es cuando Dexter se da cuenta de que su hijo no es como él, aunque él se haya hecho esa idea.

Harrison comprende que su padre ha matado a Logan, que era su entrenador, y le cuestiona por qué lo ha hecho ya que no cumple el código. Le pide que se entregue, aunque eso pueda suponer su pena de muerte. Dexter primero intenta sortear el tema pidiéndole que se vayan, luego lo afronta asegurándole que Logan no quiso cooperar, y al ver que su hijo no cede decide que se irá él solo, demostrando lo que le dice Harrison: “En realidad no te importa salvar a nadie, ¿no? Tan solo alimentas a tu oscuro pasajero. Ni siquiera es un puto pasajero, es él quien conduce. Y te gusta”.

Cuando Dexter se da media vuelta para irse, Harrison agarra su fusil y le apunta, dejando claro que no le perdona lo que ha hecho. Y es entonces cuando se cierra el círculo: Dexter, mientras su hijo le apunta y él afirma que en ese preciso instante es la primera vez que siente amor de verdad, comprende que su hijo jamás podrá llevar una vida normal a su lado, y le señala dónde debe dispararle mientras se despiden: “Es la única salida”. Harrison, aplicando el código, dispara, y Dexter se desangra sobre el suelo nevado mientras ve el fantasma de Deb por última vez y con un último mensaje para su hijo: “Has hecho bien”.

Giro final para dejar las puertas abiertas

Cuando Harrison se está acercando al cadáver de su padre, aparece la jefa Bishop. En un principio encañona al joven, pero éste le dice que ha tenido que dispararle porque había matado al agente Logan. En cuestión de segundos, Ángela decide creerle, le da el dinero que lleva encima, y le pide que se marche para siempre, dándole instrucciones de cómo desaparecer. Le avisa de que ni tan siquiera podrá decirle a Audrey que se ha despedido de ella, porque oficialmente jamás le habrá visto. Mientras la policía limpia las huellas del arma, Harrison conduce para salir del pueblo, cruzándose con los coches de policías que acuden a la llamada de Teddy por el horror encontrado en la propiedad de Kurt Caldwell, y cerrando la serie libre y a salvo.

Ese final es el que deja abiertas las puertas a una posible segunda temporada, que confirmaría ese relevo de “nueva sangre” que lleva en su título Dexter: New Blood. Tras dejar claro que sus impulsos no son como los de su padre, podría fabularse incluso con que la historia se repitiera, con Dexter como “pepito grillo” de su hijo igual que primero su padre Harrison y luego su hermana Deb lo fueron de él. Aunque por supuesto, de momento son sólo hipótesis para continuar la posible nueva saga abierta.

Su showrunner: “Queríamos redimirnos”

El final de Dexter: New Blood es, en buena parte, el que los fans le reclamaron a su versión original. Es cierto que el desenlace que se eligió permitió que ahora haya vuelto la serie, pero los mismos seguidores de la ficción reclamaron que Dexter merecía sufrir, acabar acorralado, y finalmente muerto por todos sus asesinatos. Aunque él fuese el (anti)héroe al que tanto querían y al que habían acompañado en ocho temporadas.

Por eso tras este final, el creador y showrunner Clyde Phillips no ha tenido reparos en reconocerlo: “No es ningún secreto que queríamos redimirnos después de la temporada 8. No quería jugar con el público. Quería darles crédito y gratitud por quedarse con nosotros, y quería darles un final satisfactorio”, ha declarado a TheWrap como recoge EP.

Phillips ha zanjado que “si dejamos escapar a Dexter le estaríamos haciendo un flaco favor a la audiencia”, destacando ese reflejo de humanidad que en la escena final aflora en el personaje: “Lo único de lo que no puede escapar es su propio hijo. Eso es lo que lo hace aún más estimulante y más satisfactorio”, y explicando cómo conecta con el inicio de la ficción original, ya que Harrison grita a su padre “¡abre los ojos y mira lo que has hecho!”, las mismas palabras que Dexter le dice a su primera víctima en el episodio piloto.

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