El 1% se estrenó en Antena 3 como el ruedo perfecto para Arturo Valls y la pregunta que solo acertó un concursante

Arturo Valls, en el '1%'

Paula Hergar

El 1% se estrenó este miércoles en el prime time de Antena 3 con el regreso de Arturo Valls al entretenimiento, donde echaba de menos “putear al concursante”, según nos confesó en una entrevista. Y desde luego, fue el que más brilló en la adaptación de Gestmusic.

El nuevo formato cuenta con un plató en forma de ruedo, con 100 concursantes en las gradas, y un solo presentador que podría hacerse pequeño ante tal panorama, pero que hizo las delicias de un Arturo Valls al que le gusta jugar más que a los que participan en sus programas.

Su espontaneidad arrolladora ante cualquiera que se le ponga por delante, hace que parezca fácil empatizar con hasta un centenar de rostros. Con dos frases que dijera cada uno, Arturo ya tenía la broma perfecta para que la audiencia llegara a conocerles. Mientras hacía malabares con constantes preguntas de lógica que, lejos de ser aburridas, abrían el camino a su característico ingenio rápido de bromas absurdas que provocan la sonrisa constante en el espectador.

Y con todo ello, El 1% - anunciado en un principio con el título de El club del 1%- llegó al prime time de Antena 3 como un concurso fresco, divertido y capaz de retar al espectador desde casa.

Preguntas que animan a jugar y situaciones como metáforas de la vida real

La mecánica de El 1% arranca con 100 jugadores en las gradas que empiezan con 1.000 euros. El presentador fue lanzando las mismas preguntas a todos ellos, empezando por la más fácil (que acertaría el 90% de la población) hasta la más difícil (que solo respondía correctamente un 1%).

Con cada fallo se iba eliminando a quien no había respondido de forma correcta. Aunque en diferentes fases podían usar los 1000 euros para comprar un comodín o plantarse.

Las preguntas no eran de cultura general sino que tenían una importante parte de lógica, como 'qué fotografía de Einstein sería imposible'? Y aparecía ante su pizarra dibujando un corazón y el nombre de Shakira. Solo se equivocó un participante y lo hizo porque erró con el botón. Claramente, una metáfora de lo que pasa en la vida real y hasta en el Congreso con errores como el de Alberto Casero.

Así continuó la escabechina de concursantes hasta que solo quedaron dos. Uno de ellos se plató con el dinero y otro continuó con la pregunta más difícil: “Mirando estas dos imágenes resuelve, ¿Cuánto tiempo de partido queda exactamente?”.

Una cuestión que solo acertaría el 1% de la población y el joven fue ese porque se llevó los 98.000 euros.

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