Todo sobre American Song Contest, el Eurovisión de EE.UU. que llega tras años de espera

Llega el día en que se culmina el salto transocéanico de Eurovisión. Este lunes 21 de marzo arranca oficialmente la primera edición del American Song Contest, la adaptación estadounidense del festival de la canción europea. NBC emitirá este concurso musical que contará con Snoop Dogg y Kelly Clarkson como sus primeros maestros de ceremonias y con 56 artistas que durante las próximas ocho semanas competirán por el gran premio.

Con el comienzo del concurso, se ponen fin a varios años de intentos frustrados por trasladar la mecánica del decano festival organizado por la UER en la tierra de las oportunidades. Este spin-off llega tras algunos intentos frustrados no solo en América sino en Asia, con los que Eurovisión dejaba claro su interés por expandir su modelo. Ahora, lo consiguen concitando la atención del público yanqui, expectante ante el espectáculo preparado, y con la participaciones de un extenso plantel de artistas, algunos de ellos consagrados, para quienes este Usavisión se convierte en una segunda oportunidad para reengancharse a la fama. Todo ello lo podremos ver a través de RTVE Play.

La largamente ansiada expansión transoceánica de Eurovisión

Como decimos, trasladar Eurovisión más allá del viejo continente ha sido una premisa sobre la que se había persistido durante la pasada década. De hecho, la inclusión de Australia como participante de facto de la versión original europea se produjo en el año 2015. La televisión pública del país, la SBS, figura como miembro asociado desde entonces, habiendo tenido participaciones destacadas en 2016, cuando el Sound of Silence de Dami Im a punto estuvo de atronar el Stockholm Globe Arena, terminando en segunda posición (la ucraniana Jamala fue la ganadora).

Precisamente al año siguiente, en 2017, trascendían los planes de la organización del festival para desarrollar una versión para el continente asiático. El propósito era suficientemente serio como para que la UER realizara un anuncio oficial, preguntando a la comunidad eurofán sobre los estados preferentes para participar, y sentara las bases generales: bajo el nombre de Eurovision Asia, que llegó a contar con un logotipo promocional, se planteaba la comparecencia sobre un mismo escenario de hasta 20 países procedentes de la región geopolítica de Asia y el Pacífico, que comprende no solo el continente contiguo al europeo, sino también estados insulares como Indonesia y el continente de Oceanía.

Sin embargo, en octubre de 2018 los planes de su puesta en marcha fueron definitivamente cancelados. El director general saliente de la cadena australiana SBS, Michael Ebeid, explicó que el emprendimiento se había frustrado por la falta de entendimiento entre los países participantes.

Un año después, poco antes de la celebración de Eurovisión 2019 en Israel, llegaba el turno del anuncio de la versión americana. Según comunicaron durante una rueda de prensa en Israel, las negociaciones para adaptar el formato a Estados Unidos se iniciaron durante la edición celebrada en mayo de 2018 y concluyeron al año siguiente con la adquisición de la licencia en exclusiva por parte de los suecos Anders Lenhoff, Peter Settman, Christer Björkman y Ola Melzig, que habían tenido una importancia crucial en Eurovisión durante ediciones pasadas, para su emisión en NBC.

Los productores europeos se aliaron para llevar a buen puerto el proyecto con Universal Television y Propagate, compañía fundada por Ben Silverman, cuya presencia conviene resaltar. Este ya había manifestado su firme intención de versionar Eurovisión en Estados Unidos durante los últimos veinte años, de forma especialmente intensa entre 2007 y 2009, cuando estuvo al frente de NBC Entertainment. El objetivo era dar con una fórmula de entretenimiento que pudiera competir con el entonces en boga American Idol.

Ninguna de estas aproximaciones al formato fructificaron, aunque la semilla ya quedó plantada para el futuro. Un futuro en el que se pudieran sostener “los tres pilares que requiere el festival: el concurso, el espectáculo y la producción”. Con la premisa de alcanzar “el mismo nivel de excelencia” del festival matriz, sus responsables apuntaron a una fecha entre 2021 y 2022 para la celebración de la primera edición. Como es obvio, la pandemia del coronavirus trastocó el calendario de trabajo y pospuso hasta el presente 2022 la puesta en marcha. De hecho los planes de NBC pasaban por estrenar el programa en febrero, pero hubo de retrasarse unas semanas adicionales ante el avance de la variante Ómicron del Covid-19.

La mecánica del certamen, que se celebra en Los Ángeles

En lo que concierne a la mecánica en sí misma, hay una detalle clave: los derechos para producir el American Song Contest se restringen a Estados Unidos, lo que descartaba desde el primer momento una hipotética participación de países vecinos como Canadá o México.

Así, en la competición reúne a un total de 56 participantes, solistas, dúos, dee jays o bandas que representarán a cada lugar cantando una canción original. 50 de ellos serán candidatos de los correspondientes 50 estados que componen el mapa del país, a los que se suman cinco concursantes de otros territorios de Estados Unidos (Samoa americana, Guam, Islas Marianas del Norte, Puerto Rico e Islas Vírgenes); y por último, un artista más procedente de la capital del país, Washington DC.

La mecánica se compone de tres rondas: una primera ronda clasificatoria, que se dividirá en cinco entregas y de las que saldrán 22 candidatos; a continuación, una segunda ronda de semifinales, con dos galas en las que se hará una criba de 10 artistas; y por último la gran final de la que saldrá el ganador o ganadora.

Como ocurre en Eurovisión, la responsabilidad de la decisión será compartida: por un lado del jurado profesional, compuesto por 56 miembros (uno por cada estado y territorio), que repartirá sus puntos (siendo 12 la máxima posible, como en Europa); y por otro de la audiencia, a través del televoto, para el que hay tres opciones disponibles: la aplicación de la NBC, la web de la cadena NBC o TikTok.

Las diferentes galas se realizarán desde los estudios Universal en Los Ángeles (California). Cada una tendrá una duración de dos horas, y se emitirán cada lunes a las 20:00 locales (2:00 de la madrugada en España), empezando por este 21 marzo, día en que se dará el pistoletazo de salida con la primera ronda clasificatoria, y hasta el 9 de mayo, cuando se ofrecerá la gala definitiva. Al frente, el American Song Contest tendrá a Kelly Clarkson y Snoop Dogg (quienes ya coincidieron durante la 20ª edición de The Voice, también en NBC; ella como coach y él como “mega mentor”) en calidad de maestros de ceremonias.

La competición al completo se podrá ver en España a través de RTVE Play, después de que la corporación se hiciese con los derechos de la competición, y con una diferencia de menos de 24 horas con respecto a la emisión en el país de origen. Las ocho galas podrán verse gratis y dobladas cada martes a las 20:00 horas en la plataforma de vídeo bajo demanda de la cadena pública.

Artistas consagrados en busca de una segunda oportunidad

En lo que concierne a los concursantes, entre los 56 integrantes de la edición inaugural podemos encontrar nombres reconocibles, especialmente para quienes empiecen a peinar canas. En la lista definitiva se hallan tanto estrellas del firmamento musical que no han trascendido más allá del territorio en liza, como otras cuyo auge global ya pasó y tienen ante sí una nueva oportunidad para alcanzar trascendencia a través de este plató.

De entre los concitados, sin duda Michael Bolton es la máxima estrella. El cantante será el representante del estado de Connecticut y su nombre ha sido el más repetido en los titulares. No en vano, es quien mantiene una popularidad más duradera. Después de haber pasado sus momentos de mayor gloria internacional en la segunda mitad de los años setenta y en la década de los ochenta, durante el pasado decenio supo reciclarse y diversificar sus impulsos creativos. Ahí destaca el sentido de la autoparodia que lo llevó a colaborar con The Lonely Island (la formación encabezada por Andy Samberg) en el tema Jack Sparrow. La colaboración dio pie a la producción de un especial de Netflix, Michael Bolton's Big, Sexy Valentine's Day Special, y a su intervención en la comedia satírica Popstar: Never Stop Never Stopping. Asimismo, ha colaborado con artistas en boga como Kid Cudi.

Otra que saboreó la gloria mundial fue Macy Gray, que ahora reaparece como candidata por Ohio. I Try fue uno de los grandes éxitos comerciales de 1999 y la mejor carta de presentación de su primer disco, que alcanzó el triple disco de platino en Estados Unidos. Desde entonces ha sacado hasta 10 referencias discográficas; la última de ellas sería Ruby, en 2018, cuyos resultados fueron poco destacables a nivel de ventas pese a concitar elogios casi unánimes. Su fama se había mantenido, en cualquier caso, con sus colaboraciones con artistas como Ariana Grande y con su participación en programas como Dancing With the Stars y The Masked Singer.

También gracias a ese guessing show volvimos a oír hablar de Jewel, que se proclamó ganadora de la sexta edición en Fox y que ahora pone himno a Alaska. Si bien su éxito en América (más de 30 millones de discos vendidos) nunca terminó de exportarse internacionalmente, cuenta con canciones del calibre de Intuition e intervenciones puntuales en cine, como en Cabalga con el diablo, dirigida por Ang Lee.

Y si hablamos de relación con el cine, hemos de resaltar la inclusión en la terna de The Crystal Method, presentes en representación de Nevada, y con más de treinta años de carrera en la electrónica a sus espaldas. Tweekend, editado en 2001, sigue siendo el disco de mayor éxito del dúo formado por Scott Kirkland y Ken Jordan, quien se retiró de la música por problemas de salud en 2017. The Name of the Game, que se ha podido escuchar dentro de las bandas sonoras de filmes como Blade II o Tropic Thunder, es uno de los hits destacados del proyecto musical, que también tiene en su haber la sintonía de Bones.

Por último, podemos llamar la atención sobre SisQó, quien fuera uno de los prodigios del r'n'b y de Def Jam en el cambio de siglo, y que ahora probará suerte en el concurso en nombre de Maryland. Vinculado a la formación Dru Hill, y habiendo colaborado con Will Smith (en el tema central de Wild Wild West) y DMX (en What These Bitches Want), se lanzó en solitario en 1999 con Unleash the Dragon. Buena parte del éxito internacional del LP se debió a Thong Song, canción de lujurioso título que lo disparó en las listas de éxitos. Su siguiente referencia, Return of the Dragon, no cumplió con las expectativas pese a contar con algunos poderosos temas de club como Can I Live, y desde entonces su carrera ha dado más titulares por sus periódicas incursiones en el mundo de la telerrealidad.

Listado completo de participantes en el American Song Contest