Crónica de la semifinal en TVE

'Maestros de la costura 5' ya tiene finalistas, tras la renuncia de un aprendiz que cedió su puesto

Semifinal de 'Maestros de la costura 5'

Paula Hergar

La quinta edición de Maestros de la costura ha sido, definitivamente, la más distinta hasta la fecha. Tras haber mezclado a aprendices veteranos con noveles, esta semifinal ha vivido algo inédito: la renuncia de uno de ellos para ceder su puesto.

Lili, Borja y Lluís se habían proclamado finalistas, cuando Eduardo Navarrete interrumpió el veredicto final de los jueces para renunciar a la final y dejar que Pablo acompañara a los tres. “Yo ya he vivido esto y él se lo merece ahora”, dijo el primer autoexpulsado del formato.

Todo ello en una noche en la que hasta María Escoté, Lorenzo Caprile y Palomo Spain cortaron la melena de Borja, cumpliendo la promesa que hizo él mismo de raparse si llegaba a la final.

Prueba de habilidad con aprendices muy dispersos

En la primera prueba de la noche los aprendices tuvieron que montar los bolsillos de una blazer en 20 minutos. El jurado advirtió que no se conformaría con acabados mediocres y exigió que estuvieran perfectamente colocados y rematados.

Sin embargo, Borja logró enfurecer a Caprile al entregar una “falta de respeto” con una prenda que no había entendido. Como tampoco Lluís entregó lo que habían pedido, “has querido ir de listo”, le dijo Palomo. En cambio, Navarrete cosió una chaqueta “muy lograda”, Pablo presentó una prenda “muy original” parecida a la de Marge Simpson y Lili también convenció con su resultado.

Ante tal disparidad de veredictos, Borja se convirtió en el peor de la prueba y Pablo se erigió como el mejor de la última prueba de habilidad de la edición.

Prueba por equipos con los dos primeros finalistas

Después, los aprendices descubrieron el trabajo de Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández, fundadores y directores creativos de la firma española The 2nd Skin Co. Allí cada equipo se encargóde reproducir uno de los vestidos de esta firma pertenecientes a su colección dedicada a la magnolia.

Para ello, tuvieron que trabajar en 130 minutos, sin jefes de taller y bajo la supervisión de Antonio y Juan Carlos en la última prueba por equipos. Borja y Lluis, por un lado y Pablo, Lili y Navarrete por otro. Además, el veredicto fue individual.

Durante el trabajo, Lluís optó por tomar el liderazgo frente a Borja para evitar malas decisiones y broncas. Mientras que Navarrete optó por quedarse en un segundo lugar, para dejar brillar a sus compañeros. Pero al acabarse el tiempo y ver el resultado de ambos equipos, Pablo se vino abajo por toda la presión.

Con los nervios a flor de piel, ninguno de los aprendices se mostró orgulloso de sus prendas. Así, los jueces hicieron sus valoraciones: “Hemos valorado lo que se exige a cualquier modista, que tenga pasión y talento”. El veredicto fue el siguiente: “Navarrete abordó la prueba con desazón, Lili y Pablo tuvieron una buena actitud pero él no acertó con la elección de telas y materiales”. Por lo que solo ella se salvaba de la expulsión.

Mientras que “Lluís acertó con las telas al salir al rescate de su compañero”, en cambio Borja no acertó con la falda. Por lo que Lluis se convirtió en el otro semifinalista.

Prueba de eliminación con corte de melena y renuncio

Borja, Pablo y Eduardo regresaron al taller vestidos con los delantales negros, mientras Lluis y Lili ya eran semifinales. En la última prueba de expulsión de la edición el jurado pidió a los aprendices que realizaran una interpretación de un esmoquin femenino de Yves Saint Laurent. Exigieron que cada participante imprimiera su sello personal en la confección, sin que perdiera la esencia original, en 120 minutos.

Se pusieron manos a la obra con más tensión y presión que nunca. Navarrete fue acumulando retraso en una apuesta arriesgada, Pablo usó su imperdible para que Lluís bajara a ayudarle y Borja no levantó la cabeza de una prenda que prometía.

Hasta que acabó el tiempo y la semifinal llegó a su desenlace con la presentación de las últimas prendas: Navarrete apostó por un catsuit con un “escote de espalda precioso, arriesgado pero justito”. Pablo entregó un dos piezas “demasiado ambicioso y con imperfecciones”. Y Borja reconvirtió un esmoquin en un vestido “digno de una final”. Por lo que se fue directo al balcón de los semifinalistas donde le cortaron la melena tras prometer que se la cortaría si pasaba a la final:

Y ante tal reñida prueba de eliminación, antes de que los jueces pronunciaran su veredicto, Navarrete les interrumpió: “Estoy feliz y agradecido de haber vuelto, me lo he pasado muy bien pero gracias a vosotros y a mucho trabajo he conseguido hacerme un hueco en esta industria. Entonces quiero ceder esta oportunidad a Pablo. No sé quién iba a ser de los dos pero quiero que se quede él. Se lo merece. Yo ya he pasado por ahí”, dijo autoexpulsándose.

Su compañero se lo agradeció, los jueces confesaron su orgullo por el gesto y se convirtió en un momento inédito en el formato. Así, Pablo se unió a Lili, Lluís y Borja como finalista.

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