Especial

7 testimonios de mujeres en televisión que hicieron replantear la opinión pública

“Me daba un puñetazo, me dejaba muerta; me hacía el boca a boca; cuando respiraba otra vez, me daba otro puñetazo...”. Año 1997. Ana Orantes decidió contar en un plató de televisión que su marido la maltrataba. En concreto, en el programa De tarde en tarde de Canal Sur. Días después, él la prendía fuego. Su caso conmocionó tanto a la opinión pública que actuó como revulsivo para que la violencia machista empezara a considerarse como un problema social, sobre el que había que concienciar y legislar. Un antes y un después en la lucha contra el maltrato.

Orantes fue pionera en alzar su voz en la pequeña pantalla para contar su versión, llamar a las cosas por su nombre y sacudir morales. Telecinco este domingo emite la tercera entrega de Rocío: contar la verdad para seguir viva, una serie documental -hasta ahora éxito en audiencias- que cuenta con el testimonio de Rocío Carrasco como protagonista. “Recuerdo un tirón de pelo y me dio con la cabeza en la mesa y me echó la culpa de todo lo que le ocurría”, reveló en su primer capítulo sobre la actitud de su ex pareja, Antonio David Flores.

Pero no son las únicas. A principios de mes, Netflix estrenaba la docuserie Nevenka, sobre la primera condena a un político español por abuso sexual en España; Meghan Markle acusó de racismo a la familia real británica en su polémica entrevista con Oprah Winfrey, caso que recuerda a la conversación que Lady Di mantuvo en 1995 con Martin Bashir en la BBC. Además, Demi Lovato ha lanzado su docuserie en YouTube, donde ha revelado que fue violada durante su etapa como estrella Disney.

Framing Britney Spears analizó los altibajos de la carrera de la artista, que vive ahora bajo la tutela de su padre. Taylor Swift, Lady Gaga, Beyoncé y Amaia cuentan igualmente con sus propios documentales, que se suman a una lista que parece dispuesta a engrosarse permitiendo que sean ellas quienes se cuenten, y cuyas intervenciones televisivas han hecho replantearse la opinión pública, modificando también su propia imagen.

Rocío Carrasco

25 años llevaba Rocío Carrasco sin hablar de su vida privada en televisión. Una vida privada de la que, sin embargo, sí se habían permitido juzgar durante horas y horas en programas. Hasta que, el pasado 21 de marzo, ella decidió contar su “verdad”, su versión de los hechos, la otra parte de la historia que nunca había sido relatada.

Por primera vez la hija de Rocío Jurado se sentaba frente a una cámara como última opción tras haber intentado quitarse la vida y no haberlo conseguido. Así lo confesaba ella. Que al saber que su hija, con la que no se habla desde hace años, iba a defender a su padre a un plató de televisión -siendo este su estreno en el medio- le llevó a pensar que toda la opinión pública volvería a echarse encima de ella (como así ocurrió) y prefirió quitarse de en medio. No lo pudo conseguir y optó por “contar la verdad para seguir viva”. Que una vez desahogada cada uno opinara lo que quisiera, pero no iba a marcharse de este mundo sin que la gente supiera su versión de los hechos.

Rociíto, que había sido vilipendiada durante décadas por los medios, daba la vuelta a todo y utilizaba esos medios para hacerse escuchar. Cinco minutos fueron suficientes para convertirse en trending topic, para que muchas empatizaran con su situación, para que hasta políticas como Irene Montero y Adriana Lastra apoyaran su decisión de hablar. Ni más ni menos que hablar, que no es poco. Como demuestran las siguientes mujeres de esta lista a las que les costó dar el paso que cambiaría a la sociedad, aunque nadie lo supiera en ese momento.

Nevenka Fernández

Nevenka Fernández presentó su dimisión como concejala de Ponferrada después de que Ismael Álvarez, entonces alcalde, hubiera convertido su vida en “un infierno”. Ocurrió en el 2000, en un contexto en el que, tras denunciarle por acoso sexual, la gente se echó a la calle para defender al político y soltar barbaridades ante las cámaras de los informativos como: “A mi nadie me acosa si yo no quiero”. Incluso el fiscal tuvo que ser remplazado después de tratarla como si ella fuera la acusada. El juicio terminó con condena para el dirigente del PP. Una victoria para la economista en los tribunales que, sin embargo, no se correspondió con su victoria fuera.

“El mensaje social que nos llegaba, e incluso culturalmente aprendimos, es que era culpa nuestra”, cuenta ahora, 20 años después una Nevenka que se exilió a Reino Unido para comenzar una nueva vida sin una losa de estigmas sobre su espalda. Fue pionera del Me Too de nuestro país, y su testimonio en la serie documental de Netflix que lleva su nombre, recuerda que el silencio era la norma. Al mismo tiempo, remueve al comprobar que no todo de lo que habla forma parte del pasado; como la incomprensible e injusta costumbre de desconfiar de las palabras de las víctimas.

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Meghan Markle

Meghan Markle y el Príncipe Harry ya provocaron un terremoto monárquico a principios de 2020 cuando anunciaron que entregaban sus títulos nobiliarios y dejaban de recibir más financiación pública porque habían decidido desvincularse de la familia real británica.

Un hecho histórico que, un año más tarde, en marzo de 2021, sus “súbditos” entenderían tras una entrevista que ambos concederían a Oprah Winfrey para la CBS y que daría la vuelta al mundo. Aunque el hijo de Diana de Gales estuvo presente en gran parte de ella, la que destapó los trapos sucios fue la actriz que con todo el aplomo y educación de la que pudo hacer gala confesó haber vivido episodios racistas entre los Windsor, haberse sentido menospreciada por su propia cuñada y haber sido vendida por parte de todos ellos a una prensa que no dejaba de maltratarla.

Según varios expertos, dicha entrevista ha provocado la peor crisis de la institución desde hace décadas. La respuesta de Buckingham Palace llegó dos días después de la emisión mostrándose muy “entristecidos” por lo que el matrimonio había experimentado en Londres y asegurando que tratarán las acusaciones de racismo en privado.

Lady Di

Sin embargo, la monarquía británica ya se está acostumbrando a estas entrevistas “bomba” ya que Carlos también protagonizó otra, así como el príncipe Andrés. Pero si la primera siempre pega más fuerte, no hay duda que fue Lady Di la que se atrevió a dar ese primer paso en lo que fue su acto de rebeldía más impactante para la corona.

El 20 de noviembre de 1995, la princesa del pueblo se sentaba frente al periodista Martin Bashir para relatar el infierno que había vivido y en el que aún seguía inmersa porque le prohibían divorciarse y desvincularse de todo ello. Muchos catalogaron esa charla como una de las conversaciones más honestas que jamás había realizado un miembro de la familia real británica.

Se emitió en la BBC, con un seguimiento de casi 23 millones de espectadores que escucharon declaraciones textuales del tipo: “Creo que hay mucha gente que no quiere que sea reina (...) Y con mucha gente me refiero en la institución que represento porque han decidido que soy inaceptable”, “Éramos tres en este matrimonio, eso es una multitud” o “Me gustaría ser reina en los corazones de las personas y ”Yo no me veo siendo reina de este país“. Se le concedió el divorcio del príncipe Carlos casi de forma inmediata.

Demi Lovato

Las adicciones, los desórdenes alimenticios y los problemas mentales son los pilares que sustentan Dancing with the Devil, la docuserie de cuatro episodios sobre la cantante. La producción parte de la sobredosis que sufrió en 2018 y su recuperación posterior, aunque aborda otros episodios que le han marcado igualmente, como que “perdí mi virginidad en una violación”. Lovato afirmó que ocurrió cuando “era parte del elenco Disney” y su agresor no fue castigado. Más adelante sufriría otro abuso sexual, esta vez en la misma noche de su sobredosis, a manos de su camello.

Su padre era alcohólico, adicto a las drogas, bipolar, esquizofrénico y abusaba de su madre; mientras que ella se enganchó al Xanax y padecía trastornos alimenticios. Ese fue el contexto en el que la actriz comenzó a aparecer en televisión. Es a sus 28 años cuando ha decidido compartirlo y narrar cómo ha vivido estos años y las secuelas que han quedado en ella; pero sobre todo para visibilizar que estos problemas existen e intentar ayudar a aquellas personas que se sientan identificadas con su historia, a curarse.

Britney Spears

El pasado 5 de febrero, The New York Times estrenó su documental Framing Britney Spears (que en España puede verse en Movistar+) sobre la tutela legal de la cantante. La producción relata el ascenso y la caída de la princesa del pop hasta llegar a estar totalmente bajo la supervisión de su padre, en su vida profesional y casi personal.

La apuesta da voz al movimiento #FreeBritney que claman miles y miles de sus fans al descubrir que, más que una tutela, la artista está siendo víctima de un negocio montado por su progenitor y abogados a los que ella paga sin dar su consentimiento.

Sin embargo, lo que se echa en falta en el documental es la voz propia de Britney. A la que sí se le escucha al recordar pedazos de entrevistas anteriores, pero no se pone directamente ante una cámara para dar su versión de los hechos. “Intentamos ponernos en contacto con ella pero nunca ha habido respuesta ni sabemos si le llegó la petición”, reza el final de la producción. Y es que, seguro que si algún día ella decide hablar, se sumará a la lista de entrevistas que dieron un vuelco a la opinión pública.

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