Italia

Berlusconi aprueba por decreto que su cadena Rete4 no sea obligada a emitir sólo vía satélite

El decreto tendrá una duración de dos meses no prorrogables, y mantendrá el actual mapa televisivo italiano hasta final de febrero. Entretanto, el Parlamento trabajará en la reforma de la ley de televisiones, que el jefe del Estado, Carlo Azeglio Ciampi, se negó a firmar la semana pasada por considerar que reducía el pluralismo informativo y favorecía de forma exagerada los intereses de Berlusconi. El sábado, Berlusconi afirmó que no existía el llamado conflicto de intereses entre su condición de presidente del Gobierno, por un lado, y de magnate televisivo y hombre más rico del país, por otro. En palabras de Berlusconi, el supuesto conflicto no era más que una leyenda urbana. El proceso de aprobación del decreto-puente tuvo en cuenta, sin embargo, el conflicto de intereses. El presidente del Gobierno se ausentó de la reunión del Consejo de Ministros cuando se trató el asunto y regresó a la mesa para estampar su firma cuando el texto ya había sido cerrado. Inicialmente, Berlusconi pretendía que fuera el vicepresidente del Gobierno, Giancarlo Fini, quien firmara el decreto, para que la colusión de intereses fuera menos grosera, al menos en la forma. Pero los decretos firmados por un vicepresidente carecen de validez constitucional. El Parlamento reiniciará los debates sobre la ley de televisiones el 7 de enero. Todas las opciones están abiertas, salvo la de mantener el texto sin cambios: los grupos moderados dentro de la coalición de Berlusconi no quieren ni oír hablar de un enfrentamiento institucional con el jefe del Estado. La mayoría conservadora dirigida por Silvio Berlusconi tiene tres opciones: hacer algunos cambios superficiales, asumiendo el riesgo de que el presidente Ciampi insistiera en no firmar; aceptar las recomendaciones presidenciales y cambiar fragmentos sustanciales del texto, o desistir y renunciar a la ley, manteniendo por algún tiempo el statuo quo del sistema televisivo. Pero lo más urgente, para Berlusconi, es lo que ha hecho hoy: aprobar un decreto que evite que su empresa Rete 4 sea relegada a las emisiones por satélite, con una automática pérdida de audiencia y de ingresos publicitarios que podría abocarla al cierre. El envío a las alturas de Rete 4 fue ordenado un año atrás por el Tribunal Constitucional, atendiendo a anteriores sentencias que consideraban ilícita la concentración de televisiones terrestres en manos de Berlusconi (posee tres de las cuatro compañías privadas) y al hecho de que la frecuencia de Rete 4 ya había sido adjudicada a Europa 7.

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