Así fue el programa

Chicote: De los infartos y menús “ni para perros” a un espacio “juvenil”

Chicote: De los infartos y menús "ni para perros" a un espacio "juvenil"

La última entrega del programa de La Sexta' tuvo como protagonistas a Ramón y a Rafa, los dueños del 'Alcalá 125'.

Los dos amigos llevaban más de 30 años gestionando locales del mundo de la noche y hace tres años decidieron enfrentarse a este nuevo negocio. Sin embargo, el caos, los nervios y la dejadez por parte de ambos reinaban en un restaurante que se les estaba yendo de las manos y que acumulaba una deuda de 300.000 euros.

Un reto nada fácil para el chef

“Yo he tenido un infarto el año pasado. Tenía que petar por algún lado la historia”. “O lo solucionamos o nos vamos a la mierda”. “Necesito saber qué es lo bueno”. Con estas palabras, Ramón le pedía ayuda a Chicote.

Chicote critica los platos

Sin embargo, este no fue el único problema del 'Alcalá 125'. La comida tampoco estaba triunfando. Chicote se quejó de algunos de sus platos estrella. Del cremat dijo: “no se lo doy ni a mi perro, que no tengo perro”; de la croqueta de jamón, que su masa sirve “para construir castillos”.

Además, aseguró tener pesadillas con las patatas de bolsa que acompañaban a la hamburguesa: “Cuando estoy en casa y no duermo bien, me despierto pensando en bolsas de patatas congeladas, en botes de perejil seco… esas cosas”.

Encontronazo entre dueño y cocinero

A la hora de ofrecer el servicio a los comensales, las cosas no fueron mucho mejor. Pedro, el cocinero, no apareció y Ramón tuvo que hacerse cargo de una situación que no podía controlar él solo. Todo terminó en un encontronazo entre ellos,el enfrentamiento más fuerte entre un cocinero y el dueño del restaurante que ha presenciado Chicote en esta temporada.

Cambio radical del 'Alcala 125'

Al final del programa, tras calmar los ánimos de dueño y cocinero, Chicote decidió tomar las riendas del negocio. Con una reforma, que hizo del 'Alcalá 125' un restaurante más juvenil y con mayor espacio, y con un planteamiento totalmente diferente del que tenían los dueños, el chef, una vez más, consiguió reflotar un restaurante que parecía estar a punto del abismo.

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