El Defensor del Espectador de TVE recibe quejas sobre violencia y abuso de publicidad
El Defensor del telespectador y del radioyente de RTVE, Manuel Alonso Erausquin, ha recibido en su primera semana en el cargo observaciones sobre el “excesivo número de escenas de violencia en el conjunto de los programas”, la consideración de “abusivos diversos aspectos de la emisión de publicidad (e incluso de la promoción)” o la “pobre y vulgar la oferta conjunta de las cadenas”. Alonso Erausquin, que tomó hoy posesión de su cargo, fue nombrado hace una semana y desde entonces ha recibido más de 200 observaciones, que incluyen también “protestas por cambios concretos en los horarios de programación, por determinadas imágenes en ciertos espacios o por deficiencias específicas en coberturas de transmisión”. No obstante, en su primera comunicación, el nuevo defensor del telespectador y del radioyente de RTVE recordó que “no tiene atribuciones para marcar directrices de programación o hacer variaciones en ella”. Las atribuciones de este defensor son “solamente recordar la vigencia de las normas, en caso de que no se cumplan; mostrar el daño o el engaño que se provoque, si realmente se provoca, y exigir que se repare y no se repita, pero no interferir en la tarea de quienes diseñan y elaboran los programas, más allá de ofrecerles sugerencias o recomendaciones”.
En esta línea, el defensor “debe velar y velará --según Alonso-- para que las emisiones de RNE y TVE no causen perjuicio a la audiencia, para que no provoquen daño ni engaño a nadie”, y atenderá las reclamaciones, sugerencias y propuestas que los contenidos y la programación de las emisoras del Grupo susciten en los ciudadanos. Además, el defensor tiene capacidad, según se ha reconocido en la resolución que crea la oficina, para actuar de oficio “si observa infracciones o desvíos en las exigencias a las que RTVE debe ajustarse en su función de servicio público”. En la puesta en marcha de esta Oficina y en el inicio de su actividad, Alonso Erausquin está “fijando o abriendo vías para que la relación entre la oferta de programas y las apreciaciones de los usuarios cuente con un nuevo elemento efectivo de contacto y evaluación”, para posteriormente presentar conclusiones y recomendaciones para mantener y reforzar el cumplimiento de la función de servicio público, con ajuste a los preceptos y principios que han de ser respetados.
