TV Internacional

“Gran Hermano” irrumpe con éxito en el mundo árabe

El género del reality show acaba de aterrizar en la televisión pública árabe. Sin embargo, como los besos entre parejas y las duchas delante de la cámara serían inaceptables para los espectadores entre Damasco y Casablanca, la versión árabe de “Gran Hermano” tiene ciertas peculiaridades que la diferencian del resto de versiones. En estos países, el contacto extramatrimonial entre hombres y mujeres está prohibido. Por este motivo, la cadena árabe y nombre del programa Al Hawa Sawa (Algo así como “Estar juntos”) ha “encerrado” dentro de una casa a un grupo exclusivamente formado por mujeres. Dentro están prohibidos el alcohol, los tatuajes, los pantalones cortos y las camisetas sin mangas. El nuevo canal de televisión puede verse desde el 1 de diciembre, 24 horas al día. Se muestra la vida cotidiana de ocho mujeres jóvenes que, voluntariamente, se encerraron en una casa en el Líbano y permanecerán allí durante tres meses. Su objetivo común es la búsqueda de un marido, pero sólo una de ellas podrá ganar la boda concertada y pagada por la propia cadena. Los hombres que deseen casarse con alguna de las mujeres pueden presentarse en la cadena. “Varios cientos han llamado y enviado sus fotos y vídeos, pero haremos una selección muy estricta para encontrar al candidato ideal”, explica el productor Karim Asaad de la empresa televisiva Breeze de Beirut. El público, mientras tanto, reparte puntos entre las concursantes a través de sus votaciones para decidir cuál de ellas será la próxima expulsada. Según informa el diario Al Hayat, el programa ha obtenido muy buen acogida de audiencia en Arabia Saudí, país donde las mujeres se tapan la cabeza en público y los contrayentes saben muy poco el uno del otro en las bodas. “Al Hawa Sawa” no es un espacio escandaloso ni polémico. No hay tortas, ni gritos. En él, las jóvenes concursantes de Siria, Líbano, Túnez, Marruecos y Argelia charlan sobre cosas tan livianas como quién cocina mejor o sobre si el futuro esposo debe o no regalar flores. Pero lo que hace que el programa sea atractivo para el público árabe son las indirectas maliciosas y, como ocurre en cualquier país, esos momentos en los que los concursantes parecen olvidar que están vigilados por el objetivo de las cámaras.

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