Este sábado

Javier Sardá se casó por sorpresa

Javier Sardá se casó el sábado con Ana María Gutiérrez, colaboradora del ya desaparecido “Crónicas Marcianas” y con la que el presentador mantenía desde hace años una intensa amistad. La boda se celebró en Palafolls, un pueblo cercano a Blanes, Girona, donde residía la novia. La ceremonia, oficiada por el alcalde de la localidad, fue íntima e informal y sólo asistieron a la ceremonia 24 personas, todos ellos familiares y amigos muy cercanos a la pareja, así como las hijas que ambos tenían de anteriores relaciones. Asistieron también a la boda los directivos de Gestmusic Josep M. Mainat y Toni Cruz, ambos amigos personales de Javier Sardá desde hace más de 20 años. Dos amigas de toda la vida, Mudit y Vicenta, ejercieron de testigos del enlace. También asistieron a la ceremonia las hijas respectivas de Javier y Ana María. La novia, que lució un abrigo-vestido, también es madre y aporta dos hijas a la nueva unión. Este verano los felices novios pasaron la mayor parte de su tiempo en la masía que Javier Sardá tiene en Canet de Mar, Barcelona, y recientemente estuvieron en Disneyland para obsequiar a las niñas. Ana María Gutiérrez realizaba labores de peluquería y maquillaje en las desaparecidas “Crónicas Marcianas”. Según uno de los asistentes, el periodista de 47 años confesó a sus invitados que se casaba muy enamorado y bromeaba ayer feliz con el hecho de que se convertía en “el marido de la peluquera”, en alusión al conocido filme de Patrice Leconte. Sardá dedicó una de las últimas emisiones de “Crónicas Marcianas” a Ana María, tal como hacía habitualmente con todos los miembros del equipo del programa. En aquella ocasión definió a la que se convirtió el sábado en su mujer como la “peluquera que destila misterio”. La imagen de Ana salió en pantalla.En aquel momento nadie sospechó que, meses más tarde, se convertiría en su esposa.

La boda tuvo el correspondiente banquete en un salón privado del restaurante Hispania de Arenys de Mar (Barcelona), al mando de cuyos fogones están las hermanas Paquita y Lolita Rexach, y que la pareja y sus amigos frecuentan habitualmente. El periodista come a menudo en el restaurante Hispania, que está muy cerca de su residencia de Canet de Mar, y dónde compartía manteles con su desaparecido amigo Joan Ramón Mainat y con otros miembros de su grupo como Mudit y Vicenta, amigas del presentador, y hoy testigos de la boda. La ceremonia se ha celebrado con mucha discreción y ha sorprendido a los medios de comunicación, que desconocían la existencia de esta relación. Javier siempre ha sido muy celoso en lo que se refiere a sus relaciones personales y nunca ha querido que se convirtieran en moneda de cambio de los programas y revistas rosas. Incluso alguno de sus más estrechos colaboradores en “Crónicas Marcianas” han señalado que ignoraban la celebración de la boda. Seguramente la ausencia más notable de la ceremonia ha sido la del llorado productor ejecutivo de “Crónicas Marcianas” Joan Ramón Mainat, que falleció de una larga enfermedad hace más de un año. Joan Ramón era amigo personal de la pareja, que le ha recordado mucho estos días.

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