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La Justicia sueca prohíbe interrumpir con anuncios las películas en televisión

El «Stockholms Tingsrätt», o Tribunal de Estocolmo, ha condenado a la cadena TV4 a pagar una fuerte indemnización y los gastos de juicio a los directores de cine Vilgot Sjöman y Claes Eriksson, por haber violado la calidad y concepto artístico de sus películas. Lo más importante de esa sentencia, que por ser la primera en su género ha sido calificada de «histórica», es que podría servir de precedente para evitar que las televisiones interrumpan la transmisión de los largometrajes con fines publicitarios. Vilgot Sjöman y Claes Eriksson habían demandado a TV4 por «adulterar» y «destrozar» sus producciones «Alfred» (una polémica biografía del creador del premio Nobel) y «El tiburón que sabía demasiado» con anuncios. El texto de la sentencia afirma que «los cortes realizados durante los largometrajes con objeto de emitír publicidad -costumbre que por otra parte no viola la Ley de Televisión y Radio del año 2002- crearon un no deseado anticlimax en los relatos de Sjöman y Eriksson y violaron la calidad artística de sus obras». Un gran número de amantes del buen cine que se habían reunido en la antesala del tribunal celebraron la sentencia con hurras y aplausos. Según Vilgot Sjöman, esa victoria supone un ejemplo para toda Europa. El director no cabía de satisfacción y, a pesar de su fama de huraño, dedicó mucho tiempo a la Prensa para poder arremeter contra las televisiones nórdicas y acusarlas de haberse americanizado y de comercializar el arte: «No es deseable que se aprovechen del buen nombre y fama de los creadores para conseguir los codiciados ingresos. En la televisión, como en las salas de cine, las películas tienen que emitirse desde el principio al final sin interrupciones inútiles que además de cortar el hilo de la narración, destrozan el ambiente creado por el director». Por su parte, Eriksson aseguró que fue «muy desagradable» ver su película en televisión: «Desde que rodé «Macken» en 1986 mi política ha sido siempre no participar en ninguna clase de publicidad ya que hacerlo es una prostitución o forma de venderse».

Un fallo histórico

En el 2000, la citada televisión adquirió los derechos de autor de las dos películas. Siguiendo su costumbre, interrumpió la emisión cuando era mayor el grado de suspense de uno de los pasajes. Ese descanso no deseado hizo poner el grito en el cielo a los productores que decidieron llevar a TV4 ante los tribunales por haber «violado el carácter de su arte». Göran Ellung, jefe de Información de TV4, se declaró «asombrado» al conocer la opinión del Tribunal, pero opinó que en el futuro se incluirá una cláusula extraordinaria en el contrato de compra que les permita hacer las pausas que se consideren necesarias.

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