Editorial El Periódico

Letizia y la telebasura

La decisión del príncipe Felipe de convertir a Letizia Ortiz en su esposa y futura reina de España pondrá a prueba varias cosas, entre ellas la profesionalidad de los medios de comunicación. Para empezar, los ciudadanos podrán demostrar si realmente están libres de prejuicios que la Casa Real sí ha superado al aceptar que el heredero se case con una mujer divorciada y de clase media. Para seguir, los periodistas deberán exigirse no edulcorar la realidad ocultando datos que son públicos y relevantes, aunque para algunos resulten incómodos. Y estarán sometidos a una doble responsabilidad: no convertir en espectáculo elementos de la vida privada que merecen intimidad incluso cuando se trata de personas públicas, y no utilizar el chismorreo como instrumento de descrédito de la Corona, una institución que debe poder ser debatida, defendida o criticada, pero con argumentos serios. En esta España de la apoteosis de la telebasura será curioso analizar si hay ejercicio de rigor. Para este caso tan particular, las televisiones quizá sí sabrán fijar un listón digno. Pero no estaría mal que, en vez de tratarse de una excepción, fuese el inicio de un cambio de actitud más general que no sólo beneficie a quienes se pueden defender.

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