Según lo previsto

La MIR acabó sus días

Todo ha salido según lo esperado y Rusia recibe hoy elogios por lo bien que han dirigido las maniobras de destrucción de la estación espacial MIR. “Todavía somos capaces de demostrar que somos buenos en algo», ha dicho el astronauta Alexander Lazutkin que estuvo seis meses en la estación orbital. El certificado de defunción se plasmó en una leyenda aparecida a las 06.57 (hora peninsular española) en la pantalla gigante del Centro de Control: OK MIR.Los fragmentos que han resistido los 3.000 grados centígrados de la atmósfera han caído a unos cinco mil kilómetros de Australia.

Los habitantes de la islas Fiyi han sido los más privilegiados a la hora de disfrutar de un espectáculo que ha iluminado el cielo como si de una lluvia incandescente se tratara. “La luminosidad del cielo era fenomenal”, ha detallado el corresponsal, quien ha descrito la entrada en la atmósfera de los fragmentos como «una prolongada lluvia naranja que ha atravesado el cielo durante un minuto y medio“. Según han informado las autoridades neozelandesas, ninguno de los 27 barcos pesqueros que se encontraba en la zona donde han caído los fragmentos de la estación orbital han sufrido daños.

Con la MIR, han dicho adiós, 11 toneladas de equipo científico, una biblioteca de 100 libros, entre ellos sendos ejemplares de la Biblia y el Corán, y una foto del primer hombre en viajar al espacio, Yuri Gagarin, también han desaparecido.

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