Director de contenidos de TVE

Pablo Carrasco considera que una audiencia elevada es factor de calidad

Por su interés reproducimos el siguiente artículo de Charo Marcos que publica hoy elmundo.es. Pablo Carrasco, director de Programación y Contenidos de TVE, ha desgranado las que, a su juicio, son las claves que determinan la calidad de un programa de televisión. Una de ellas es, en su opinión, la capacidad de un espacio para captar la atención del espectador.

Carrasco ha expuesto su postura sobre este asunto en el marco del XX Congreso Internacional de Comunicación de la Universidad de Navarra, centrado en desentrañar los desafíos a los que se enfrenta la televisión pública en Europa, en un momento en el que la mayoría de las radiotelevisiones del Viejo Continente se enfrentan a importantes cambios. Para Carrasco, la calidad es un elemento subjetivo que, además, no es absoluto, sino que se establece “en una escala que va del cero al cien”.

Según su exposición, la calidad de un programa de televisión puede medirse teniendo en cuenta cuatro aspectos. “Ninguno de ellos por sí solo -ha advertido-, determina la calidad de un programa”. Sin embargo, ha añadido que habría que obtener “al menos un aprobado en todos ellos”.

El primer factor es, a su juicio, puramente técnico, y está fundamentado en la elaboración práctica de los espacios, en su realización. El segundo, “y tal vez más polémico”, ha dicho, es “la capacidad de convocar a telespectadores delante de la televisión”. Carrasco ha advertido que “esto no significa que un programa que congregue mucha audiencia sea de calidad” aunque ha señalado que “todos deben estar pendientes de su capacidad para atraer seguidores”.

En esta línea, ha subrayado que se ha instaurado, a su juicio, la errónea idea de que “lo minoritario está relacionado con la calidad y el servicio público”.

En tercer lugar, el director de Programación y Contenidos de TVE ha señalado que “el mínimo exigible a un programa es que, al menos, sea neutro” en cuanto al efecto que provoca en el espectador. Por último, ha establecido como fundamental el que lo que difunda el emisor “refleje la realidad de forma fidedigna”. En cualquier caso, ha subrayado que esta exigencia es más bien aplicable a la tónica general de una cadena y no de un solo espacio.

Todos estos criterios, en opinión de Carrasco, deberían aplicarse tanto a televisiones públicas como privadas, “aunque en la primeras la exigencia sea mayor”.

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