Los vídeos de la última entrega

Las tribus de 'Perdidos en la ciudad' dijeron adiós con trajes de faralaes, fiesta, clases de conducir y un mar de lágrimas

Las tribus de 'Perdidos en la ciudad' dijeron adiós con trajes de faralaes, fiesta, clases de conducir y un mar de lágrimas

Las dos tribus de Perdidos en la ciudad dijeron ayer “hasta siempre” a sus “familiares” españoles con la última entrega del programa, que congregó a un 9.4% de cuota de pantalla y 1.454.000 espectadores en Cuatro, acusando el partido de Copa Málaga-Barça, que arrasó en la noche.

Los Suri y los Shiwiar vivieron una última jornada en la que fueron rebautizados con nombres españoles, disfrutaron de la feria con vestidos de faralaes incluidos, cumplieron su sueño de conducir un coche y finalmente fueron despedidos con un “consejo tribal” y una fiesta en su honor.

Lágrimas de los Shiwiar y los Merino: “Es duro despedirse de un hermano”

El momento del adiós, inevitablemente, tenía que llegar. La despedida de los Shiwiar y los Merino fue muy emotiva, dramática y más dura de lo que familia y tribu podrían imaginar, pues nunca pensaron que fueran a estar tan unidos. Todos se consideran una gran familia, pese a la distancia entre el Amazonas y España.

Los Suri y los Navarro, un “hasta siempre”... aunque esperan volver a verse

La tribu guerrera de los Suri dejó por un momento de lado su dureza antes de partir hacia Etiopía. Después de ayudarles a hacer sus maletas, los Navarro dijeron “hasta siempre” a sus amigos africanos. Incluso su jefe tribal, Arbula, reconoció que no le gustaban las depedidas, pero que no podían evitarse. Al final, el adiós también acabó cubierto por un mar de lágrimas.

Con traje de faralaes, los Suri estrenaron nombres españoles desde la feria

Los Navarro querían que los Suri tuviesen “doble identidad” antes de volver a Etiopía, como ellos. Fernando, Curro, Pepe, Marifé de Triana y Macarena. Esos son los nuevos nombres de los Suri, que tras aprobar con creces su aventura en la ciudad, se merecen una identidad andaluza.

Antes del adiós definitivo, los Navarro quisieron que los Suri se marcharan a Etiopía con una buena dosis de Andalucía en las venas, y para ello, los llevaron a estrenar sus nuevos nombres a la feria. Ellas, con traje de faralaes; ellos, intranquilos por el baile.

Aunque no todos estaban intranquilos... A Tamaru poco hubo que animarle para que, sin complejos, no parase de bailar, cantar y ligar. Él mismo se considera el alma de la fiesta, y en la feria lo demostró con creces. Mientras Arbula mantenía su pose seria, Tamaru disfrutó a lo grande.

Ya más en la intimidad, los Navarro quisieron que los Suri se despidieran de todos los amigos que habían conocido durante su estancia en España. El actual portero titular del Betis Adrián, o Sandra, la amiga de Chabeli, además de su otra “familia”, los Berhanyer, acudieron a la fiesta sorpresa para despedirles.

El jefe Shiwiar Yambia por fin pudo conducir y dijo adiós con su “mini-yo”

El gran momento de Yambia le llegó en el último programa. El jefe de los Shiwiar había dejado claro una y otra vez que, igual que él enseñó a los Merino a remar encima de las barcas, él quería conducir. Y lo consiguió poco antes de despedirse.

Todavía con la sonrisa en la boca, Carlos guardaba para el momento del adiós un regalo sorpresa para Yambia. Juntos, se hicieron una réplica de ellos mismos y llegó la hora de entregárselo. El jefe Shiwiar estaba encantado con su muñequito.

Para acabar, los Merino, durante este tiempo anfitriones de los que les enseñaron a vivir en la selva, quisieron dar una sorpresa a los Shiwiar y organizaron un consejo tribal en el porche de su casa para evaluarles (con muy buenas notas). La escena, antesala del adiós definitivo, no pudo ser más emotiva.

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