Jueves, 13 de diciembre

'Pesadilla en la cocina' japonesa, el reto “más radical y ambicioso” de Chicote

'Pesadilla en la cocina' japonesa, el reto "más radical y ambicioso" de Chicote

Esta semana, Alberto Chicote se enfrenta a un nuevo desafío en un restaurante de comida oriental en Ronda (Málaga): el Osaka, informa laSexta en una nota. Se trata de un local japonés regentado por una familia china cuyo joven dueño, Ángel Pan, no es capaz de controlar su negocio debido a su falta de seriedad, a su inmadurez y a cierta soberbia. La falta de experiencia y la poca formación del equipo del restaurante hacen saltar las alarmas de un Alberto Chicote amante y experto en cocina oriental.

Alberto Chicote tendrá que soportar la falta de compromiso del dueño del Osaka, sus constantes risas ante los problemas más serios y un caos completo en la gestión del local y la organización del servicio. Pero su objetivo es claro y sus métodos muy poco ortodoxos.

De la manera que sea, Chicote intentará que Ángel tome conciencia de la enorme responsabilidad que tiene en el negocio familiar para evitar que el joven dilapide todos los ahorros conseguidos hasta el momento por el simple capricho de jugar a ser hostelero. Además, Alberto Chicote y el equipo del programa acometerán en el Osaka el cambio de menú y de local más ambicioso y radical hasta la fecha de Pesadilla en la cocina.

Osaka, un peculiar restaurante con problemas de identidad y de actitud

Esta semana, Pesadilla en la cocina viaja a la emblemática ciudad de Ronda, en la provincia de Málaga. Calles y bares rebosantes de turistas disfrutando de la tradición y el folklore. Y, en medio de todo, el restaurante Osaka. Un peculiar restaurante japonés abierto hace algo más de un año por Ángel Pan, el único hijo varón de una familia china con acento andaluz.

Durante mucho tiempo la familia regentó un restaurante chino con cierto éxito, pero ahora los padres de Ángel se han separado, su padre se ha marchado a vivir fuera y la familia ha decidido convertir su oferta en un negocio de cocina japonesa así como poner al frente al joven Ángel. Sin embargo, esta decisión está llevando a la ruina al restaurante. Como único varón de una familia con marcadas costumbres, Ángel está acostumbrado a que se lo toleren todo. Con sólo 26 años ha tenido ya varios negocios, ha querido convertirse en director de cine y ahora tiene al Osaka como su nuevo capricho.

Pero Ángel no tiene experiencia en hostelería. Todo lo que sabe lo aprendió en dos semanas con su padre y el resto lo busca en vídeos de Youtube. Una falta de formación que se extiende al resto del equipo. Las camareras son las hermanas de Ángel, varias jóvenes que trabajar en el restaurante por tradición familiar pero no por vocación. Y el resto de empleados tienen el mismo conocimiento de hostelería que el dueño. Además, la soberbia de Ángel se traduce en serios problemas de entendimiento con los empleados y ha convertido al Osaka en un hervidero de roces y disputas que están a punto de llevarse por delante a la familia Pan.

Ante esta situación es necesario que Alberto Chicote saque lo más exigente de sí mismo e intente cambiar las cosas si no quieren que el cierre se les precipite. El chef tiene muy claro cuáles son los problemas del Osaka y está dispuesto a darle un giro completo al lugar. Para conseguirlo, lo primero que hará será recurrir al padre de Ángel, única persona capaz de poner a su hijo en su sitio. Durante veinte años llevó la cocina del restaurante chino familiar y desde que se separaron trabaja como chef en un prestigioso restaurante japonés de Tenerife.

Hasta el momento jamás había probado la comida de su hijo, por lo que Alberto lo considera la mejor opción de que Ángel tome conciencia de que algo está haciendo mal. Sin embargo Ángel no lo pondrá nada fácil. Se ríe de los consejos de Chicote, no le toma demasiado en serio y su compromiso está lejos de ser el adecuado. Alberto tendrá que trabajar duro para darle a Ángel y al Osaka el rumbo necesario. Junto con el equipo del programa, Alberto Chicote acometerá en este restaurante el cambio de carta y de local más ambicioso y radical hasta la fecha. Junto con un cambio de actitud completo de su dueño, es posible que el restaurante pueda tener el Ronda el sitio que la familia Pan siempre quiso para su negocio.

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