Mª Teresa Campos: “Asumo mi fracaso en Antena 3 y ya está”

Mª Teresa Campos, que hoy estrena programa en Telecinco, ha concedido una nueva entrevista a El Semanal XL que reproducimos a continuación y de la que se pueden extraer los siguientes titulares:

- “Asumo mi fracaso en Antena 3 y ya está”

- “¿Ana Rosa Quintana?... No voy a hablar de esa señora”

- “Me fui de Telecinco por una tontería”

- “A veces te confundes y te vas al sitio equivocado”

- “El que se dedique a esta profesión movido sólo por el éxito, va listo”

- “El éxito me ha durado 17 años y lo lógico es que se hubiera acabado mucho antes”

- “Un cierto grado de soberbia no está mal en la vida”

- “Yo no me exijo ser ‘lo más’, te lo exige la cadena”

¿Trabaja por dinero o por necesidad de seguir en los medios?

No trabajo para sobrevivir, como diría mi amigo Jaime Peñafiel: «Yo ya tengo la luz pagada hasta que me muera». Trabajo en lo que me gusta y, a estas alturas de mi vida, no haría un programa que no me gustara. Además, nunca he trabajado por dinero, no hay más que ver que he estado hasta más de los 50 años fija en TVE con el sueldecito de 300.000 pesetas. Y todo el mundo me decía que era tonta.

Por eso dejó TVE en busca de mayor fortuna

No, a mí me llamaron y me ofrecieron un buen contrato; yo no busqué nada. Cuando hablan de la cantidad de dinero que he ganado, siempre digo que por qué no hablan de otros que lo llevan ganando desde los 30.

¿Sabe cuánta gente dejaría de trabajar si tuviera pagada la luz de por vida?

Y lo entiendo perfectamente, la peor condena de esta vida es trabajar en algo que no te gusta o en un ambiente hostil. Es un privilegio que mi trabajo sea mi afición. Yo podía haber seguido como estaba: jugando al gym rummy con los amigos, leyendo libros, viajando... Quería volver porque, después de tantos años en los que la gente me ha querido y seguido, no quería quedarme con un mal sabor de boca.

¿Qué le pasó cuando dejó Antena 3?

No voy a hablar de Antena 3.

Pues demos un paso más atrás: ¿Por qué se fue de Telecinco a Antena 3, con lo bien que le iba? A Ana Rosa le vino a ver Dios con el cambio de cadena.

Tampoco voy a hablar de esa señora. Pero, si lo pienso ahora, me fui de Telecinco por una tontería, porque teníamos ya el contrato convenido. Fue por un pique tonto y Antena 3 me estaba haciendo ofertas desde hacía cuatro años. A veces, te confundes y te vas al sitio equivocado. Pero de Antena 3 no tengo que decir nada, sólo eso, que fue el sitio equivocado. Si no he tenido que justificar durante 17 años el éxito, no me voy a poner ahora a justificar el fracaso del último año. Lo asumo y ya está.

Dicen que, cuando se llega muy alto, hay que saber retirarse a tiempo.

Eso puede ser cuando lo único que te interesa del trabajo es el éxito y el que se dedique a esta profesión movido sólo por el éxito va listo: ¡se puede llevar cada chasco…! El éxito me ha durado 17 años y lo lógico es que se hubiera acabado mucho antes.

También dicen que tiene mucho amor propio y que es una mujer soberbia.

Mira, a estas alturas no me voy a calificar. Los que me conocen saben perfectamente cómo soy. Pero también creo que un cierto grado de soberbia entendida como autoestima y amor propio, sin creerse por encima de los demás, no está mal en la vida. Lo que sería un ataque de soberbia es no admitir un fracaso y retirarse por eso, y yo lo he admitido y sigo trabajando.

El expediente de regulación de empleo aplicado en RTVE ha jubilado a grandes profesionales con cincuenta y pocos años.

No lo entiendo, porque a esa edad están curtidos y en lo mejor de su carrera. No sé si es inevitable que midan a todos por el mismo rasero, pero ha sido una descapitalización enorme de profesionales de reconocido prestigio, que en cualquier otro país estarían muchos años más trabajando.

Con su trayectoria, ¿se exige estar entre los número uno?

No, se pueden hacer muchas cosas bien sin necesidad de ser siempre la primera. Eso es algo que te exige la cadena para la que trabajas y por eso te esfuerzas y luchas por conseguirlo, pero es terrible. Nunca fue una exigencia personal, yo no me exijo ser ‘lo más’, te lo exige la cadena.

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