Entrevista

Vicente Romero: “Lloré en Ruanda y no me avergüenzo, el periodista debe mostrar sus sentimientos”

Lleva sobre sus espaldas 176 reportajes de Informe Semanal, más de una treintena de En Portada y más de mil crónicas para los telediarios de Televisión Española. Vicente Romero (Madrid, 1947) es un periodista de «conciencia crítica muy elevada» y que, tras casi dos décadas dando la cara ante las cámaras de TVE, aún habla emocionado de la injusticia. Romero, que con 22 años fue el corresponsal español más joven en cubrir para el diario Pueblo una guerra, la de Vietnam, considera que la ética es la gran derrotada en el periodismo en los últimos años.

A Romero le da pavor hablar de la objetividad cuando recuerda lo que ha sido su carrera profesional, y considera que es «lícito en el periodista transmitir sus sentimientos al espectador cuando trabaja». Cree que la objetividad es «la mayor mierda» que se teoriza en las universidades de periodismo y afirma que se basa en que el periodista esté al lado de los débiles y en dar voz a los que no la tienen. «No hay que tener miedo en transmitir sentimientos», resalta.

«No me avergüenza decir que en Goma (Ruanda) me eché a llorar al ver el magnicidio de 20.000 personas y a los rebeldes dando patadas a los cadáveres para confirmar que estaban muertos». Para el reportero de Informe Semanal, hablar de cifras de muertos es irrelevante, lo importante es el estilo a la hora de contar los hechos de las historias de interés humano. Y de eso sabe mucho.

Romero, que participó en El Escorial en el curso 30 años de Informe Semanal, no se olvida de la repercusión que han tenido las declaraciones, en este mismo curso, del octogenario periodista estadounidense Don Hewitt, director del programa 60 minutes, de la CBS. «Hablaba de fascinar, de informar y entretener», dijo. Y es a partir de este híbrido de donde ha surgido el «infoespectáculo», que «no es más que una mezcla de información y espectáculo que ha hecho mucho daño a la ética del periodismo».

Puro espectáculo Fue en El Salvador en 1989 donde surgió por primera vez este fenómeno. «Allí, tres equipos de televisiones estadounidenses filmaban los llantos de una mujer salvadoreña que gritaba que habían matado a su hijo, para que después los telediarios emitieran esa imagen antes de pasar a publicidad». Sobre Hewitt destaca que «nunca he coincidido con un equipo de 60 Minutes».

«En Liberia no estaban, creo que tienen la perversión de mirarse a su propio ombligo y contar las historias con material de agencia». Vicente Romero tiene la conciencia crítica muy elevada. Un carácter que le costó su salida del programa durante unos meses cuando era directora María Antonia Iglesias, «aunque luego me llamó para viajar a Ruanda», recordó Romero.

Informe Semanal ha marcado la vida de este curtido corresponsal. Prefiere los doce o quince minutos que le permite el reportaje de Informe Semanal que el minuto y medio de los telediarios, «porque así puedo contextualizar las noticias».

Haciendo gala de un profundo humanismo, Vicente Romero cree que lo más meritorio de su profesión es que el equipo pueda entrar, estar allí, salir del país y emitir». «Después se estructura y se cuenta sin caer en el infoespectáculo», resalta.

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