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Menos audiencia, menos ventas, menos actuaciones y menos cachet para los chicos de “Operaciòn Triunfo”

El año pasado, antes de que su cuerpo le dijera basta, el cachet de Rosa igualaba el de Joaquín Sabina: 60.000 euros (10 millones de pesetas). Este año, en cambio, contratar a Beth no necesita de ningún esfuerzo titánico, sólo de 15.000 euros.

El año pasado, Rosa llegó al número uno de la lista de ventas con 400.000 discos en una semana. Este abril, Beth, con su disco Otra realidad, también fue directa a la cima del ránking, pero ni siquiera había colocado 50.000. Hasta Nuria Fergó, que no quedó entre las finalistas de la primera edición, la ha ganado. La malagueña vendió 100.000 ejemplares en siete días. Y qué decir de Ainhoa. La última ganadora, que sigue recuperándose del accidente de coche que sufrió el domingo pasado, ha vendido poco más de 100.000 unidades en seis semanas.

Con las cifras en la mano, se puede decir que Operación Triunfo ha perdido fuelle. El espectáculo televisivo ha tenido menos audiencia (la gala en la que se eligieron a los seis finalistas de OT 2 tuvo 5,5 millones de espectadores de media, cuatro millones menos que en la primera edición) y sus conciertos no han sido igual de apoteósicos que el año pasado, cuando los jóvenes artistas eran capaces de reunir a 54.000 personas en el Sant Jordi en tres noches consecutivas. Este año satisficieron la demanda con una sola actuación para 18.000 espectadores.

“¡Pero hay que ser realistas!”, se queja ahora Àlex, ex de Fórmula Abierta, cuando se le pregunta por la caída de las ventas. “Con 50.000 discos cubres para un segundo trabajo. En España siempre ha sido así”. El artista catalán editó en junio su primer disco, Inquietudes, del que aún no ha vendido esos 50.000 ejemplares de los que habla, un listón que OT ha dejado muy bajo. “Si el año pasado vendiste 200.000 y este año no llegas a 100.000, a lo mejor no hay tercer disco”, dice, angustiada, Geno, de Fórmula Abierta. “Ahora hay que trabajárselo más. En la primera edición todo iba por inercia. Daba igual lo que sacaras. Lo que venía lo compraban”, admite Miguel Ángel Silva, el concursante de OT 2 que ha sustituido a Àlex en Fórmula Abierta.

“Estos chicos van a gastarse mucho dinero en psicólogos. Les han creado un mundo que no existe”, declara Alberto García, gerente de Ritual Music, promotora que lleva, entre otros, a la Fundación Tony Manero y Gerard Quintana. “Lo más preocupante es el empobrecimiento cultural. Ahora, entre el top manta, internet y OT, a ver qué discográfica se arriesga a apostar por grupos especiales o que se salgan de esa nueva línea de música ligera que han vuelto a poner de moda”.

García explica que este verano ha notado mucho el frenazo de los triunfitos. “El año pasado, cualquier ayuntamiento quería contratar a alguno de ellos y, claro, con los cachets que tenían se gastaban todo el presupuesto en esa actuación”, afirma. “Análisis absurdo y partidista” En la discográfica que lleva a la mayoría de los concursantes, Vale Music, no son tan agoreros aunque su actitud los delata. Se acabó la alegría con la que daban las cifras de ventas el año pasado. Saber cuántos discos han colocado sus artistas de OT 2 es una información casi imposible de conseguir y la ofrecen con mucho recelo.

Uno de los consejeros delegados de la discográfica, Narcís Rebollo, cree que hablar de operación fracaso es “absurdo, partidista y falto de objetividad”. Rebollo apuntala su discurso con tres afirmaciones: OT 2 ha tenido una audiencia media del 30%, se han vendido más de un millón de discos de las galas semanales y más de un millón de singles. “Si a eso se le puede llamar fracaso, cualquier compañía de nuestro país desearía fracasar durante mucho tiempo”.

O puede que no. Es el caso de la discográfica EMI, que no tiene ningún triunfito en cartera. “Somos una compañía seria”, dice con sorna José Antonio Gómez, jefe de producto. ¿No será que se les ha escapado de las manos el negocio? “No. Desde un principio tomamos la decisión de no contratar a ninguno. Televisivamente tendrá muchas virtudes, pero musicalmente no tiene ninguna. No son buenos”. Gómez pinta de negro el futuro de los concursantes. “Con el casting que hacen cogen a personas que son como recipientes vacíos. Ninguno tiene carácter ni talento previo. Se ve que se dejan llevar por las cuatro indicaciones que les dan en la Academia”.

Críticas internas Una de las pocas cosas positivas que señalan los empresarios que no han ganado ni un euro con el fenómeno OT es que la música ha vuelto a la tele. “Había quedado reducida a unos pocos programas. Ahora se ha comprobado que gusta y, además, a todas las edades”, declara Josep Sanz, mánager de Vip Music.

Hay quien achaca la pérdida de ventas y audiencia al abuso que se ha hecho del programa. “Los Triunfomanía y las Generaciones OT sobraban”, se queja Àlex. “Si tú haces un formato que funciona, lo pones durante tres meses, consigues puntas de 14 millones de audiencia y punto. Pero si tras la final, sigues metiendo dos meses más el programa, la gente no lo digiere”, se queja Àlex. El catalán augura que OT 3 no funcionará. “El público ya está quemado”, declara. Una crítica que otros compañeros de Academia (Miguel Nández y Núria Fergó) están empezando a hacer.

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