Con rostros de 'Camera Café'

Cuatro echa el cierre definitivo a “La isla de los nominados”

Cuatro ha decidido suprimir definitivamente de su parrilla La isla de los nominados, la serie de humor ambientada en un reality de supervivencia, debido a su floja acogida de audiencia.

La ficción de Plural dirigida por Luis Guridi (Camera Café) y protagonizada por Arturo Valls y Carlos Areces, entre otros, ya no se emitirá este lunes y su lugar, a las 21:00 horas, será cubierto por Noticias Cuatro (de 20.30 a 21.30 horas).

La isla de los nominados arrancó el pasado 13 de julio en horario de access prime time, donde estuvo hasta el 25 de agosto con un discreto promedio de audiencia del 5.9% share.

Coincidiendo con el regreso de El Hormiguero, Cuatro reubicó la serie el pasado 6 de septiembre en la franja de las 21.00 horas, donde el seguimiento cayó a un 2.5%, lo cual ha provocado su retirada.

Un “reality” con rostros de 'Camera Café'

Tras los cameos en estos últimos días de Paula Vázquez y Yola Berrocal, Carlos Chamarro, uno de los protagonistas de Camera Café, se incorporó recientemente al reparto de La Isla de los Nominados.

El actor daba vida a Pimi, la mitad de una famosa pareja de humoristas que, tras separarse, veía como su carrera se hunde mientras la de su ex compañero consigue el éxito.

Una comedia coral con un amplio abanico de “humores”

La isla de los nominados era una microcomedia de situación, grabada en un decorado en el que se recrean varios ambientes de una isla desierta del Océano Pacífico.

Los clásicos sets de playa exótica, cabaña rústica, cueva enigmática, idílica cascada o selva amenazadora sirven de marco a las aventuras de los personajes. Cuenta con casi una veintena de intérpretes: veteranos, neófitos, rostros conocidos y muchas caras nuevas.

La Isla es una serie de sketches en la que se despliega un amplio abanico de “humores” que van de lo bufo a lo absurdo, y de logrotesco a lo fantástico.

La parodia de series o programas muy conocidos es sólo una excusa para bucear en los entresijos de la convivencia. El mecanismo de nominaciones, expulsiones y normas, vacío de sentido, deja al aire lo que de ridículo tiene siempre nuestro comportamiento.

La isla de los nominados introduce el falso-reality. Las cámaras fijas graban cuanto ocurre y los habitantes son conscientes de su presencia. Tanto más cuando entran en el “confesionario”, donde actúan para el público sin interferencias. Sin embargo, también podremos contemplar a los protagonistas cuando se saben fuera del alcance de los objetivos; sólo entonces muestran su verdadero rostro.

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