Gran Hermano

Por fin se hizo justicia

Una de cal y otra de arena en la jornada de ayer. La organización no debe confiar mucho en la memoria retentiva de los concursantes. O a lo mejor resulta que a quien le falla es al resto de los espectadores. O a lo mejor la organización nos quiere inducir a una amnesia colectiva. Y ya una vez vale con la trepanación a la que nos quieren someter con la canción del verano y su correspondiente coreografía. El caso es que el objetivo de esta prueba era aprender la letra de memoria. Pero la organización les puso la letra. Así que los habitantes pudieron destilar todo su arte en las canciones que Gran Hermano les puso en el karaoke. Y como en botica, hubo de todo. Víctor Manuel y Ana Belén podrían entrar en estado de shock emocional si llegan a escuchar a Kaiet cantando La puerta de Alcalá. Pena y lástima hay que tener por Alonso ya que le cayó el sorteo caracterizarse de King África y destilar la R hasta el infinito. En definitiva, que como los chicos no pertenecen al mundo de la farándula, pues tampoco es plan de observar minuciosamente cada una de sus octavas. Pero lo que sí es increíble es la ayuda que tuvieron por parte de la organización. Prueba superada y cincuenta por ciento más de presupuesto para la compra semanal. Eso se traduce en más alcohol y tabaco. Además hay que recordar que Kaiet es comercial de teléfonos móviles y Ángel estudia criminología...así que de endocrinología poca cosa. Pese a todo aún se permiten imponer su criterio de mistela y pasta como fundamentos nutricionales. Otra semana sin fruta, dos tomates por barba y cada concursante guardará su parte de comida en un cajón. Pero ellos siguen siendo la mar de amigos. Fuera el parchís La ley es dura, pero es la ley decían los sabios latinos. Y ayer en la casa de Guadalix se aplicó este principio legal. Que los niños jugaban al pictionary y al parchís, pero además se tomaban la licencia de hacer el presupuesto en dos horas y media ya forzaba el límite de resistencia mental de los espectadores. Así que la organización los ha castigado sin juegos. Y como buenos adictos al juego que son, han comenzado a sufrir síndrome de abstinencia. Menos mal que ellos son la mar de activos y lo supieron suplir con otra de las cosas que más les gusta: Dormir. Fran fue ayer otra vez objeto de los comentarios de sus compañeros. La verdad es que ni las riñas son originales, porque el tema principal fueron, de nuevo, dos huevos fritos. Que si mientras los demás racionaban la comida, el otro a escondidas se comía los huevos. Que si comprábamos ternera se la comía él toda. Pobres ellos, todo un ejemplo del compañerismo. ¿O acaso hay que recordar los tiempos del comodín? Seguro que eso se ha acabado, pero los sorteos aleatorios de Fran también. Más vídeos y noticias en el especial Gran Hermano elaborado por Latino Televisión.

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