Curiosidad

El gran timo del reality show

Todo comienza cuando un productor de televisión convence a 30 ingleses anónimos para que dejen su trabajo y viajen a Londres para vivir allí durante un año y formar parte de un reality show de la cadena nacional Channel 4. El incentivo es un premio de 150.000 dólares para el ganador y, como no, la oportunidad de salir en televisión. Como en cualquier reality show, todos los aspirantes pasan por un casting en un elegante estudio londinense, y firman sus respectivos contratos con la productora. Además, el productor encargado del programa, de nombre Nikita Russian, les dice que a cambio de participar en el concurso, se les proporcionará alojamiento, comida y ropa durante todo el tiempo que dure su aventura, de la que aún no conocen nada. Todos los concursantes son citados en Londres a mediados de junio pasado, donde se les comunica en qué va a consistir el programa. Se les dividirá en tres equipos de 10 persona cada uno. Cada grupo habrá de competir con el resto por ser el primero que recaude 1,5 millones de dólares. A partir de ahora todo comienza a resultar sospechoso. Primero descubren que, como parte de la competición, son ellos los que deben buscarse la vida para conseguir comida y alojamiento. (Qué raro, ¿no se les había dicho que eso lo tendrían garantizado sólo por participar en el programa?) La cosa empeora. El productor del programa, muy amable en sus primeros contactos, comienza a no devolverles las llamadas telefónicas. Russian se delata a sí mismo al presentarse en la casa de uno de los cámaras, que resulta ser un becario que trabaja gratis en el programa. Entonces, al supuesto productor no le queda otro remedio que admitir a los concursantes que todo el reality show para el que han sido seleccionados no es otra cosa que un cuento chino. No hay ningún contrato con Channel 4. No hay premio económico. Con un enfado considerable y comprensible, los “inocentes” concursantes encierran a Russian en la casa y se dirigen a una cadena de televisión local para contar su historia. Aquí es donde la historia toma otro giro inesperado. Lo lógico sería que la policía detuviese al falso productor, con probables antecedentes legales, los concursantes rehicieran sus vidas, y ahí terminara todo. Pero no, los concursantes, lejos volver a sus respectivas vidas, deprimidos, y tratar de olvidar esta mala experiencia, optan por buscar el lado positivo a este percance. Se dirigen a una productora de televisión, llamada Christmas Televisión, y proponen que su historia se convierta en un documental. La productora acepta y procede a vender la idea a varias cadenas de televisión hasta que una la compra y, casualidades de la vida, resulta ser Channel 4, el canal en el que arrancaba toda la historia y donde, supuestamente, se iba a emitir el reality show ficticio. Los productores utilizaron el bruto grabado por el becario. El resultado es un documental titulado El gran timo del reality show que se estrenará en la televisión británica en diciembre. Así, los participantes “estafados” lograron liberarse de los daños psicológicos que les causó esta mala experiencia y, finalmente, consiguieron lo que buscaban desde un principio: ser las estrellas de un reality show. Fuente: Media Life Magazine

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