El póker conquista el late night de la televisión americana

El programa, que ya fue comentado en Vertele, es “Late night póker” y consiste, lisa y llanamente, en transmitir partidas de póker reales. El propietario de Fox, Rupert Murdoch, que asegura que no juega al póker, vio el programa en Channel 4, en Inglaterra, y decidió importarlo porque consideró que era el mejor cóctel de “psicología, azar e inteligencia” y –tal como opinan sus fans ingleses- “el mejor dramático de la televisión”. El programa se difunde actualmente en Estados Unidos a través de Fox Sports pero el formato ya había sido adquirido por países tan dispares como Australia, Polonia o Corea del Sur y está triunfando en Gran Bretaña desde 1999. Actualmente se está difundiendo también en la cadena “Discovery Home and Leisure” desde el pasado año 2003. En Gran Bretaña era seguido por un millón de personas cada día, entre medianoche y la una de la madrugada. Fue el origen de un “Celebrity Poker Club”, un torneo que reunió en Cardiff a 42 personalidades entre las cuales el novelista Martín Amis, o el hijo de Camilla Parker-Bowles (Tom). Otra originalidad del formato es que la compañía productora es francesa, Presentable Productions. La directora general, preguntada por la guía del ocio londinense “Time Out”, dice “que nadie podía imaginarse que el póker era un juego apto para la televisión, pero nos dimos cuenta enseguida que era posible transmitir la sutileza de las partidas y la concentración de los jugadores a través de las cámaras”. Para conseguir un mayor nivel de implicación de los espectadores, asegura la ejecutiva Megan Stuart, decidimos situar unas cámaras debajo de las mesas de cristal en las que se juega de manera que desde casa se pueden ver las cinco cartas de cada jugador y anticipar las jugadas que se van a producir“. Los buenos conocedores de la Gran Bretaña coinciden en que es sorprendente que triunfe en el país un juego esencialmente ”americano“ como el póker, relevando en la pasión popular y el hit parade de los juegos de salón al tradicional y aristocrático bridge, que causa furor en los encuentros de la alta sociedad británica.