Internacional

Los reality shows ganan prestigio en Estados Unidos

Lejos de morir, como muchos vienen augurando desde finales de los años 90, la telerrealidad se ha convertido en una pieza absolutamente indispensable en las parrillas de televisión estadounidenses. Un artículo del Chicago Tribune explica bien el asentamiento que está experimentando el género en EE.UU. y pone como ejempo, entre otros, el hecho de que la cadena UPN se haya convertido de la noche a la mañana en una de las emisoras de cable más seguidas del momento gracias a sus formatos “Amish in the City” (reality revelación del verano) y “America’s Next Top Model”, uno de los más vistos de la pasada primavera, del que UPN emitirá próximamente una tercera edición. “Un reality puede salvar una cadena” La directora de la cadena, Dawn Ostroff, explica de esta manera el fenómeno que ha vivido su emisora. “Al igual que la comedia y el drama, la telerrealidad se ha hecho imprescindible en cualquier cadena porque los programadores se han dado cuenta de que un reality show puede cambiar el rumbo de cualquier emisora”. Y no le falta razón. UPN ha doblado el número de sus espectadores de 18 a 34 años que tenía hace un año, cuando no tenía ningún reality en antena. El primer reality que cambió el rumbo de una emisora en EE.UU. fue “Survivor” en el verano de 2000. Cuatro años más tarde, el formato de la CBS sigue igual de fuerte. La novena edición del concurso de supervivencia (uno de los formatos de telerrealidad más seguidos en Estados Unidos), es el producto estrella de la CBS en el prime time del jueves. La ABC espera encontrar su propio “fenómeno” en “El benefactor”, un reality en la línea de “El aprendiz” apadrinado por el magnate Mark Cuban que la cadena lanza en noviembre, con 16 concursantes compitiendo por un premio final de un millón de dólares. Mientras, la Fox prepara una apuesta con concepto similar, “The Billionaire: Branson's Quest for the Best”, apadrinado por el magnate de la Virgin, Richard Branson. Los realitys desplazan a las series como productos estrella Por primera vez en las últimas dos décadas, el prime time más competitivo de la NBC (el del jueves) no está ocupado por una serie de éxito. En su lugar, el éxito de la cadena en este día de la semana reside en “El aprendiz”, el reality de empresarios que apadrina Donald Trump. Lo mismo ocurre en la Fox, donde “Los Simpson” han cedido el testigo a “American Idol” como “joya de la corona” tradicional en la emisora.

El salto que ha dado la UPN también demuestra que se está produciendo un cambio importante en la consideración de las cadenas por los reality shows y su manera de programar estos espacios en sus rejillas. Si antes era considerado un “género rentable, pero poco culto”, ahora la telerrealidad se ha convertido en el género de primera división en todas las cadenas de televisión. Se triplica el número de realitys en las cadenas Un dato: el otoño pasado las seis cadenas principales sólo habían programado siete reality shows en total. Este año hay hasta 23 formatos de realidad diferentes en esas mismas emisoras (el triple), además de muchos otros repartidos en el prime time de cadenas de cable como HBO, Showtime, Bravo y A&E. Esta temporada, por primera vez, los reality shows constituyen la piedra angular de todas las televisiones excepto WB. La telerrealidad ya es un género respetable Pero no se trata sólo de una cuestión de cantidad. “Por primera vez, no sólo ha aumentado el número de reality shows en las parrillas, sino que éstos están ganando el respeto que se merecían”, opina la directora de la UPN, responsable del giro positivo que ha dado la cadena. Que la telerrealidad ha conquistado a la audiencia en todo el mundo es un hecho indiscutible. Pero su asignatura pendiente era -y sigue siendo en muchos países-, ganarse el respeto de los críticos y quitarse de una vez por todas la “mala fama” y etiqueta de género menor, e incluso el estigma de “telebasura”. Otro ejemplo de cómo los reality shows han ganado prestigio en Estados Unidos es el hecho de que los Emmy le hayan dedicado una categoría a este tipo de formatos (el premio en los dos primeros años ha sido para “The Amazing Race”). “Todo el mundo ha pronosticado la muerte del género desde finales de los 90, pero éste no ha hecho sino crecer y crecer”, opina Jonathan Murray, productor ejecutivo de “Billionaire”. “El fenómeno es internacional. Algo tienen estos programas que atraen a los jóvenes de todo el mundo. Y eso es algo muy importante como para que los programadores lo desprecien”.

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