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Los talk shows “basura” están de capa caída en la TV americana

La televisión es una cuestión de ciclos y la moda de los talk shows matinales en Estados Unidos podría estar llegando a su fin, según predice la publicación americana Media Life. En EE.UU. se emiten diariamente un mínimo de 30 programas de este tipo. A pesar del indiscutible tirón que tienen para los espectadores, los críticos nunca han acompañado a este género que se caracteriza porque sus invitados terminan a bofetadas por temas como “Hermana, quiero confesarte que me acosté con tus cuatro maridos”, “Querido, quiero que sepas que soy un hombre” o “Quiero que mi novio se entere de que soy puta”. De hecho, allí se les conoce como day time trash talk show (talk show basura matinal). El más veterano y controvertido, El show de Jerry Springer, ha ido perdiendo audiencia de manera paulatina. Eso, sumado a que el presentador ha anunciado recientemente su voluntad de emprender una carrera política, hace cada día más improbable la continuidad de su programa. Otra presentadora de talk show muy popular en la televisión americana, Jenny Jones, se enfrenta a la supresión de su programa después de 12 temporadas consecutivas en antena. ¿Qué esta ocurriendo con este género, tan popular en la última década, y cuya fórmula se ha exportado con éxito a multitud de países como México (Cristina) o Perú (Laura)? “La fiebre de la audiencia por programas como el de Jenny y similares se ha ido apagando en los últimos años, especialmente a raíz de que se prohibiera en 1999 la violencia en el show de Jerry Springer”, dice Shari Anne Brill, vicepresidenta y directora de programación de Carat. Resulta difícil saber hacia dónde han migrado esos espectadores. Quizá la audiencia haya madurado y se haya cansado de los repetidos temas que se tratan en este tipo de programas. También es posible que se hayan cansado de los presentadores. “Me cuesta creer que la gente haya perdido el apetito por el escándalo, porque eso es algo que sigue funcionando muy bien, incluso en prime time. Más bien creo que tiene que ver con los presentadores, que van perdiendo gancho por una razón o por otra”. “Dr. Phil”, el talk show revelación de la temporada Jenny Jones comenzó a perder popularidad en 1996, cuando uno de sus invitados mató a otro invitado que había confesado en directo estar enamorado de él. La audiencia ha caído en un 16% desde el año pasado. Actualmente, se encuentra en el puesto número 92 del ranking de programas sindicados. La audiencia de otros talk shows similares también está bajando. Maury ha descendido un 3%; Jerry Springer ha caído un 11%; Montel Williams, un 8%; y Ricky Lake, que tiene la misma audiencia que Jenny, ha bajado un 11%. El desgaste de estos programas se debe, en parte, al ascenso de otros espacios matinales como Dr. Phil, presentado y producido por Oprah Winfrey, quien ha vuelto a demostrar con este programa que por algo es la presentadora mejor pagada del mundo, ya que todo lo que toca lo convierte en oro. Además de ser el segundo talk show más visto de esta temporada, después del clásico Oprah Winfrey Show, Dr. Phil ha dado una vuelta de tuerca al género optando por temas serios, más relajados y, sobre todo, positivos. La filosofía del programa es “ayudar a mejorar la vida” de los invitados, algo de lo que se encarga Dr. Phil, un psicólogo muy popular que a acompaña a Oprah Winfrey en la conducción del programa y da consejos a los invitados después de escuchar su historia. Otros talk shows “tranquilos”, como el de John Walsh, también se están beneficiando de esta tendencia. Junto a Dr. Phil y Wayne Brady, es el único estrenado esta temporada que ha renovado para el siguiente año. “El público se ha cansado de ver siempre lo mismo”, dice Myers. “Antes se llevaban los talk shows combativos, pero ahora el público busca otra cosa. El buen funcionamiento de Dr. Phil demuestra que quizá haga falta comenzar a pensar en formatos diferentes”, opina una analista de Kagan World Media.

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