Trabajando ya en la cuarta edición del programa de Telecinco

Alejandro Sanz habla de su ruptura con su representante y su polémica en 'La Voz'

Alejandro Sanz habla de su ruptura con su representante y su polémica en 'La Voz'

Alejandro Sanz ha hablado sobre su cacareada ruptura con su mánager de toda su carrera, Rosa Lagarrigue. El cantante asegura que la relación es cordial: “Concidimos en 'La Voz' y nos saludamos sin problemas”, dice a Teleprograma. No hay que olvidar que, pese a su sonado divorcio profesional, esta sigue ejerciendo de representante de Malú. Ambos artistas y amigos repiten un año más como coaches de la versión española del talent show, que emite Telecinco.

Y de la adaptación española a la mexicana, donde el madrileño también hizo esta misma labor en la más reciente edición. Esta precisamente, estuvo marcada por una supuesta enemistad con J Balvin, otro de los mentores del programa. “No es cierto que haya tenido problemas con los concursantes de México, es un bulo que lanzó la prensa sensacionalista de allí”, dice. “Yo voy al programa a disfrutar, a pasármelo bien, no a pelearme con nadie. Tengo compañeros maravillosos allí y también aquí”, agrega.

Por último, el responsable de éxitos como 'Corazón partío' o 'La música no se toca' se ha acordado del incidente vivido en su concierto celebrado en febrero en México, donde expulsó a un hombre que estaba agrediendo a su pareja.

“Me salieron de dentro todos los demonios del mundo y me bajé del escenario para increparle. Quiero creer que cualquiera en mi situación habría actuado de la misma manera. No hice nada extraordinario creo que actué por puro instinto”, explica en retrospectiva. “Me sorprendió que todo el mundo me felicitara al día siguiente, porque a mí me pareció lo normal”.

El suceso, comenta, le afectó especialmente puesto que le retrotrajo a un episodio traumático de su infancia: “Iba con mi madre y un hombre la empujó bruscamente en el metro, saliendo de la parada de Ciudad Lineal, en Madrid. Y un señor que lo vio, salió del bar y cogió al otro por la solapa para que pidiera perdón. A mí se me quedó grabado”, recuerda. “Desde entonces, todos los hombres que agreden a una mujer son aquel tipejo que salía del metro y yo quiero parecerme al señor que salió del bar para defendernos”.

“Me declaro antiviolencia totalmente, creo que hay un trabajo muy grande por hacer todavía”, concluye.

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